En ella, una actriz debe ir a Londres a cumplir con un
contrato, así que decide llevar a su hijo a vivir con su abuelo, un pintor
bohemio con el que al principio choca un tanto, pero que luego poco a poco le
introducirá en esa bohemia. Y cuando más se quieren nieto y abuelo, llega la
actriz para llevarse al primero.
La película, distribuida en su momento por el magnate Manuel
Salvador, estrenada en los USA con el título de “A Man of Passion” y firmada
allí por de la Loma como J. Anthony Loma,
se lanzó a las salas con una campaña promocional que incluía el
lanzamiento simultaneo en librerías de la novela “Pasión de hombre: Mi abuelo y
yo” escrita por el propio de la Loma y que editaría Planeta; pues aún así, la
fueron a ver a las salas tan solo 53.000 espectadores del año 89. Y eso que en
el reparto tenía a Anthony Quinn como absoluto protagonista –y que en los
ochenta trabajaba en españa con bastante frecuencia, ya que eran momentos de,
más o menos, decadencia- secundado por la ex-chica Bond, Maud Adams, Elisabeth
Ashley y Ray Walston, amén de tener al hermanísimo de Charlie y Emilio e hijo
de Martin, Ramón Sheen (que menudo carretón se gastaba habiendo rodado a las
órdenes de de la Loma o de Jess Franco en “La Bahia Esmeralda”-. Pero es que
era una película muy cutre y chabacana, no solo la historia no interesa un
carajo, sino que tendemos a confundirnos en todo momento, porque, tal y como es
mostrada la relación entre Anthony Quinn y su hija, parece que vamos a
adentrarnos en una espiral de incesto con abrazos demasiado afectivos y besos
en la boca, para luego no tener la historia nada que ver con eso, tan solo que
está todo tan mal mostrado, que parece que vaya a haber incesto; nada más lejos
de la realidad.
Por otro lado, el niño protagonista, R.J. Williams, es de
un repelente que tira de espaldas, por
lo que cada vez que aparece en plano, el espectador reza para que ese niño se
vaya con su madre.
Muy mala, pero es una cosa curiosa que solo por eso hay que
ver. Aunque la puta peli no arranque nunca y lo que pase en ella es como si no
pasara.