lunes, 13 de junio de 2016

MARBELLA, UN GOLPE DE 5 ESTRELLAS

La prueba de que Miguel Hermoso era un director bastante manazas la tenemos en que tras “Truhanes”, que le salió cojonuda, y hasta los noventa que se adaptó al cine que se estilaba en la época –el subvencionado- no atinaba el pobre. Solo generaba mierdotes.
Y “Marbella, un golpe de 5 estrellas”, su segunda película lo deja claro.
Con producción de José Frade, que en aquella época le encantaba introducir en sus películas elenco Norte Americano –Ray Milland  y Timothy Bottons en “Serpiente de Mar”, casi todo el reparto de “Descanse en piezas” y “Al Filo del Hacha”, Sharon Stone en “Sangre y Arena” o  Clayton Rohner, RoddyMcdowall y Anthony Perkins en “Los gusanos no llevan bufanda”, lo que es muy gracioso porque están ahí para dotar la película de glamour, pero claro, al contratar solo actores alcohólicos, en decadencia e inmersos en la tercera edad,  las películas se convierte en más roñosas y cutres de lo que por si eran- se procura esta vez un reparto con lo más granado del cine español de la época , Fernando Fernán Gómez, OscarLadoire, Paco Rabal, Emma Suarez (y sus estupendísimas tetas, que muestra sin remilgos) para que secunden al protagonista, un Rod Taylor (mitiquísimo protagonista de “El tiempo en sus manos” o “Los Pájaros”) colorado por los alcoholes y con muy poquitas ganas de estar en la película que estaba, con un guion que el propio director escribió junto a Mario Camus. Pues la película se le quedó grande al caballero porque ¡menudo pedazo de mierda!
Queda claro que “Truhanes” le salió así de casualidad o, como decía Carlos Pumares, Se la hizo un primo, porque esto es la obra del más penoso director de serie Z contando una historia enorme cuyo presupuesto no deja ejecutar debidamente. No parece obra del mismo director.
Cuenta la historia de un americano afincado en Marbella, al que una noche estando en su yate, observa como una mujer se tira al agua desde un barco. Al ver que nadie en ese barco la socorre, decide tirarse al agua para salvarla, lo que en consecuencia propicia que el dueño de ese barco, envista con este el pequeño yate de nuestro protagonista, destrozándoselo. Tras denunciarlo y comprobar que tiene a la policía comprada y que no puede hacer nada al respecto, investigará con el afán de ver a que se dedica. Cuando lo descubre, se hará pasar por él ayudado por una serie de especialistas, para cobrar las comisiones que el megalómano cobra en sus transacciones por la venta de armas.
Mala es decir poco. Y aburrida. Y cutre.
Al ser Marbella una localidad provinciana, a pesar del lujo y la corrupción que se menea por allí, se ve que la película levantó expectación durante su rodaje, porque rodaban en exteriores y se utilizaba gente local como extra. En diferentes blogs perpretados por autóctonos Marbellíes, se jactan de que la película está rodada en localizaciones de Marbella y del Puerto de la Luz, y que a la hora de montar, un plano pertenece a un lugar y el contraplano al otro en la misma escena. Obviamente, esto a los Marbellíes les parecerá muy gracioso, pero los de fuera de allí, que somos la gran mayoría, no solo no nos damos cuenta de ello, sino que además, nos la pela.
La película tuvo una distribución discreta en cines, que logró acumular el número de 222.284 espectadores. Muy pocos, pero en justicia, se merecía menos.
Por otro lado, Frade distribuyó la película internacionalmente bajo el título de “Marbella”. Supongo que encontraría su nicho en los videoclubes Americano y poco más.