lunes, 6 de junio de 2016

XXX 2: ESTADO DE EMERGENCIA

La secuela de “XXX”, es muy graciosa. Hay que hacer un esfuerzo para comprender lo que ocurre en la película, pero tras consultar varias sinopsis, lo que pasa es que en la película no ocurre nada.
La Agencia de Seguridad Americana es atacada por unos soldados híbridos entre los filones de “Galactica” y los soldados imperiales de “Star Wars”, por lo que el agente Gibbons (Samuel L. Jackson) llega a la conclusión de que han sido un equipo terrorista formado desde la Casa Blanca (¿???). Entonces, para que se los cargue, busca a un nuevo agente “XXX” que sea, literalmente, más cabrón que el anterior, por lo que se va a buscarlo a la prisión donde cumple su condena y dónde dará comienzo el festival de fantasmadas que es “XXX 2: Estado de Emergencia”.
Acción por acción para  lucimiento de Ice Cube, quien  gracias a esta película se dio cuenta de que si cuando hacía una película de acción esta sufría un descalabro económico, pero que cuando hacía una comedia tonta resultaba siempre un blockbuster, el como le quería ver el público era blanco y en botella. Cube a partir de entonces se dedicó al cine familiar y a la comedia indie, y ya no volvió a hacer acción. Todo eso compaginándolo con su carrera como “Gangsta Rapper”. Una credibilidad terrible, tiene Ice Cube. Además, para esta película luce especialmente estilizado, pues siendo un actor gordo y rechoncho, se preparó físicamente para esta película, por lo que tiene los brazos notoriamente musculados… pero es barriguilla no fue capaz de quitársela. En cualquier caso, su presencia, su carisma y su frases sentenciosas y chanantes son lo mejor de una película que es verla para creerla.
El guion es la cosa más espantosa que se puede echar uno a la cara, plagado de momentos de vergüenza ajena, y los efectos especiales generados por ordenador a veces cantan más que un tenor, pero al final, tanto dinamismo y un pequeño sobre exceso de ritmo convierten a “XXX 2: Estado de Emergencia” en un entretenimiento de menos de 90 minutos que vemos, nos echamos unas risas –involuntarias- y nos vamos a masturbarnos pensando en otra película
Lo curioso es que en la preproducción se tuvo que elegir entre dos guiones existentes y el que finalmente quedó fue el escrito por Simon Kinberg. El otro, que contaba una cosa totalmente distinta, se quedó en algún cajón de los estudios con la idea de ser rodado como otra secuela o algo por el estilo. El caso es que no pudo ser, porque en su afán de encontrar el éxito con esta secuela, y encontrar sustitutos para el director Rob Cohen y Vin Diesel, que no pudieron hacer una segunda parte de “XXX” porque estaban rodando otras cosas, contrataron a Lee Tamahori, que venía de hacer cine de arte y ensayo en su tierra (“Guerreros de antaño”) – es Neo Zelandés-  y de rodar la última película de James Bond hasta la fecha, “Muere otro día” y a Ice Cube, y esto resultó dañino para el estudio que se gastó 87 millones de dólares en la película, para recaudar solo 70 en todo el mundo. Un fracaso de los de verdad, de los de desmoronarse. Aquí en España más o menos lo mismo, y si la primera entrega de la franquicia obtuvo 1.600.000 espectadores, esta secuela no llegaría a 500.000. Normal, la película es una patochada ridícula. De hecho, la crítica se cebó con la estupidez de la película, y sobre la obesidad de Ice Cube. Que hijos de puta…
No obstante, desde 2014 se viene hablando de una nueva secuela, esta vez recuperando a Vin Diesel en un proyecto que aún no ha visto luz y que se titularía “XXX 3: The Return of  Xander Cage”, cosa que dotaría a la franquicia de mayor absurdismo si tenemos en cuenta que en “XXX 2: Estado de Emergencia” se deja bien claro que el anterior agente Triple X ha muerto.
Por otro lado, para ir acabando con la reseña y con el festival de absurdidades, decir que la película en los USA de estrenó con el título de “XXX 2: The Next Level” mientras que fuera de estos, y excepto en Canadá, la película se estrenó con el título de “XXX 2: State of the Union”. ¿Qué por qué? Ni zorra idea.
Junto a Ice Cube y a Samuel L. Jackson, la película cuenta con las absurdas presencias de Willem Dafoe , el rapero Xzibit y Peter Strauss como el presidente de los Estados Unidos.