La película muestra una amalgama de conceptos difícil de
explicar; cuando se está rodando, y teniendo en cuenta que Fernando Almada es
el Charles Bronson Mexicano, se tienen en cuenta las películas de este, pero
también mucho del culebrón propio del país y, en un afán de buscar
sensacionalismo, también hay tiempo de darle unos toquecitos de “Slasher” al
asunto, con su “Psycho Killer” con máscara incluido. Algo de suspense, algo de
terror, ¡gore! Y en solo una hora y nueve minutos. Pero claro, los “Video Home”
son productos sin alma, estandartes del “cuanto más mejor” y aunque “La
Venganza del Silla de Ruedas” nos ofrezca todo esto, siempre es de mala manera,
puesto en escena, como el que caga en su propia mano y lanza la mierda sobre lo
primero que pilla, sin gracia, sin brío, sin talento por parte de nadie. Lo
importante es sacar la cinta de VHS al mercado y que la compre el mayor número
de mexicanos posibles. Entonces, nada de lo que vemos funciona, se estrella
estrepitosamente contra la pared. Como si fuera ese trozo de mierda
deliberadamente lanzado al vacío del que antes hablába. Con una dirección tan
pobre que asusta, compuesta de planos fijos, cuanto más largos mejor, una
fotografía nefasta y horrorosas interpretaciones, cuando los que eran modernos
en los años 90 hablaban de “Psicotronía Mexicana” se quedaban cortos; no debían
conocer los “Video Homes”, “La venganza del silla de ruedas en particular”.
Además, rodada en 1993, parece de rodada a finales de los 70 principio de los
setenta. Hasta tal punto está el objetivo lleno de pus.
Perteneciente a una saga de un par más de títulos (con sus
correspondientes lios y ensaladas de títulos, como si de traducciones de
entregas de “Death Wish” se tratase), más o menos –porque no hay quién desglose
su argumento- , nos cuenta la historia de una mujer cuya hija es atropellada
por un individuo, que la mata con su coche sin querer. Como esta esperaba un
hijo, cuando lo tiene intenta suplirle por la hija perdida vistiendolo de mujer
y causandole confusión sexual al pobre crío. Pronto un individuo enmascarado
irrumpirá asesinando a miembros de esa extraña familia, quedando el hombre que
atropelló a la niña, en consecuencia debido a un enfrentamiento, incapacitado
de cintura para abajo, por lo que sentado en su silla de ruedas, iniciará su
venganza.
Un revoltijo de imágenes sin ningún sentido, mal hiladas,
peor narradas, que de pura incoherencia, le hace pensar a uno que está ante un
criminal “Corta-y-pega” de padre y muy señor mío, pero a falta de corroborarlo,
tampoco me aventuro a afirmar tal cosa.
Como fuere, el único interés de esta película, radica en su
condición de “Video Home”.
Se trataría de la primera película directa a video del
director Fernando Durán Rojas, que como casi todos los directores finalmente
asentados en el “Video Home”, cuenta con casi un centenar de películas en su
haber y, últimamente, muchas sobre el tema favorito de los consumidores de
“Video Home”; Los Narcos.