No suelo fiarme mucho cuando una película arrastra un "hype" demasiado ruidoso. Al verla posteriormente me encuentro, por norma general, con un mojón considerable ("Déjame entrar", "Babadook" o "It Follows" serían ejemplos de peso). Aunque, en escasas ocasiones, sí que se cumplen las expectativas (más ejemplos: "La casa del diablo", "Bone Tomahawk", "La invitación" o "Todavía estamos aquí" fueron un "yes sir" redondo), por ello sigo dándoles una oportunidad a pesar de posibles miedos atávicos. "Ex Machina" entraba en ese grupo. Todo dios diciendo que era cojonuda y bla, bla. Coño, si hasta fue nominada al mejor guión original en los Oscars de la época (no se lo llevó, pero sí ganó merecidamente el de mejores efectos visuales). La diferencia es que esta vez el personal implicado tras su confección era de mi confianza. A saber, Alex Garland, guionista de "Dredd", dirigiendo y escribiendo el libreto. La factoría "DNA Films" apadrinando, en cuyo curriculum encontramos algunos títulos de peso para el que suscribe siendo "Sunshine" (y con permiso de la mentada "Dredd") el mayor de todos ellos (también con guión de Garland. ¡Menuda joya!). Además, todas sus aportaciones a la ciencia ficción, como era el caso, lucen acabados plásticos realmente espectaculares.
Así pues, tras varios intentos infructuosos de hacerme con "Ex Machina" ilegalmente, y a altas horas de la madrugada, la conseguí y decidí echarle un justo ojal.
Un programador gana un concurso en la empresa donde curra que le permite pasar una semana en la lujosa mansión de su excéntrico jefe. Aunque lo desconoce, el fin consiste en someterse a un experimento: Mantener distendidas charlas con la primera muestra palpable de inteligencia artificial. Esta responde a las formas de una jovencita la mar de atractiva y encantadora, lo que poco a poco irá despertando sensaciones en nuestro protagonista más profundas que la simple curiosidad científica. Y, por ende, problemillas varios.
"Ex Machina" se vendía como "ciencia ficción de la de antes", es decir, como la de los años 70: adulta, pesimista, con mensaje y no exenta de crítica. Incluyamos aquí el término "de ritmo reposado". La película es mu tranquilita... pero para el caso va que ni pintado, porque no había otra manera de contarla. Garland sabe mantenerte interesado durante las poco menos de dos horas que dura. Nunca bajas la guardia porque la historia jamás pierde fuelle. Algo a lo que ayudan las estupendas interpretaciones, y el carisma de los personajes, cortesía de gente tan válida como Oscar Isaac, Domhnall Gleeson y Alicia Vikander.
Tanto diseño de producción como banda sonora contribuyen, junto a una atmósfera opresiva y asfixiante, a la continua sensación de intranquilidad que destila "Ex Machina". Vamos, que está muy chula. Me moló un rato. Y me hizo mucha gracia la coña que suelta Isaac en referencia a los "Cazafantasmas".
El final es... mmmmh, ¿un poco previsible?. Depende. Sí, pero no. En cualquier caso, "Ex Machina" podría considerarse como una película sobre los peligros de la inteligencia artificial, pero también una metáfora sobre la maldad femenina que pondría palote a más de un misógino.
En cualquier caso, estupendo debut del amigo Garland. El tipo de peli que agradezco a estas alturas de mi vida: Género, sobriedad, inteligencia, efectos especiales justos y necesarios, diálogos bordados y sapiencia visual. Esperaré su siguiente proyecto con sumo interés (y con razón, se titula "Annihiliation" y pinta estupendo).