viernes, 3 de mayo de 2019

EMMANUELLE 2, LA ANTIVIRGEN

Regresan, un año después, los excéntricos millonarios “Swinger” más famosos del cine, en una secuela que explota el filón  y el rastro que dejó la innovadora cinta de Just Jaeckin, “Emmanuelle”, siendo esta segunda parte nada más que un producto mercantil rodado sin ganas, sin pasión y, sobre todo, sin el sentido de la estética de su predecesora, aunque, paradójicamente, se trata de una de las secuelas favoritas de los estudiosos.
No es que “Emmanuelle” tuviera un brillante guion o un argumento sobrecogedor, pero si que fue un hito que revolucionó el mercado del cine erótico amén de convertirse en un título icónico de la historia del cine y todo ellos por méritos propios. Sin embargo, “Emmanuelle 2: La antivirgen”, se queda con la idea de base, esto es, un matrimonio liberal que, sin problemas económicos, se entregan al placer, juntos o por separado, en exóticos parajes asiáticos. Y nada más. A esa premisa le secundan una buena sucesión de escenitas eróticas, tríos, numeritos lésbicos y demás, donde lo más exótico que podemos ver es a Emmanuelle montándoselo con un tío lleno de tatuajes. Por lo demás se trata de una película vacía, sosa, y de descuidada fotografía —aunque su intención sea emular, como buenamente se pueda, a la original—, cuyo resultado es igual de malo o incluso peor, que cualquiera de los exploits que fueron apareciendo posteriormente, que dicho sea de paso, aguantan mejor el chaparrón de los años que las secuelas oficiales. Aquí no hay nada de cámaras cubiertas por velos, no  hay una sugestiva banda sonora y lo que es mucho peor, se ha quedado tan anticuada que  ni tan siquiera pone cachondo a uno/a, cosa que su antecesora todavía consigue.
Por otro lado, en una escena en la que nuestro matrimonio disfruta de una serie de masajes ejecutados por bellas y menudas señoritas de exóticas razas mezcladas, vemos que una de ellas es nada menos que Laura Gemser. Gemser, sería poco después, y en consecuencia a su aparición en esta cinta, la no menos mítica Emanuelle negra que tantas y tantas películas, descabelladas, subidas de tono, locas y divertidas protagonizó, que son el legado de derribo que dejó el tremendo éxito del “Emmanuelle” original.
“Emmanuelle 2: La antivirgen” no es la peor de las secuelas oficiales, pero sí que estaría muy cerca de serlo y sería un preludio de lo que vendría en el futuro con una decadente Sylvia  Kristel muy deteriorada por las drogas y actuando con el piloto automático, convirtiéndose en otras películas, en poco más que un caricato que muestra las tetas, como se vería en alguna que otra producción de la Cannon donde se muestran evidencias de esto que digo.
Poco más que decir. Sólo para completístas.
Dirige la función el enigmático Francis Giacobetti, que no volvería a dirigir película alguna, pero que produjo, para su escarnio, la cuarta parte de la franquicia.