viernes, 10 de abril de 2020

VAYA LUNA DE MIEL

La cosa está en que son muchos los títulos que, por inacabados, o por perdidos, permanecen inéditos para el público en lo que es la filmografía completa de Jess Franco. Y de repente, a primeros del año pasado, aparecen unas latas en los archivos de la filmoteca española que contienen integra, montada y sonorizada la película “El Escarabajo de Oro”, basada libremente en un relato de Edgar Allan Poe. Casi por casualidad se descubren estas latas y, tras revisar el primer rollo, el de créditos, se descubre que se trata de la película perdida de Franco, solo que se ve que a última hora, la producción decidió cambiarle el título de marras por el de “Vaya luna de miel”, quizás más acorde al material rodado por su definitivo tono cómico, y que es el que reza en los créditos. Pero efectivamente, se trata de “El escarabajo de oro”.
Lógicamente, este descubrimiento se vuelve un acontecimiento para los francófilos y la película se estrena en Febrero de 2019, con todos los honores, como uno más de los actos de celebración de los 30 años en activo del madrileño cine Doré como sede de la filmoteca Española. Y poco después de un año, y coincidiendo con el estado de alarma por coronavirus que ha dejado a la mitad de los españoles confinados en sus hogares, la filmoteca pone en su canal de Vimeo la película para su visionado gratuito, de manera temporal, para deleite de propios y extraños.
El caso es que cuando se encontró la película esta estaba en perfecto estado, y aunque se desconocen los motivos de porqué permaneció oculta todo este tiempo, se especula que el laboratorio donde se reveló el negativo, Fotofilm, secuestró la película por impago de facturas por parte de Franco y sus productores. Todo esto no deja de ser más que una especulación, máxime, cuando se encuentra también un documento que prueba su envío para exhibición a un cine de Barcelona. Sin embargo, no se encuentra ni una sola prueba de que “Vaya luna de miel” llegara a estrenarse.
Como fuera, el privilegio de poder verla ya pasó a mejor vida en el momento en que se compartió en Internet y cientos de usuarios tiraron de páginas de descargas de vídeo para quedarse con su copia personal de la película.
Al margen de esta historia, lo cierto es que “Vaya luna de miel” no ofrece nada excepcional. Se trata de una de las primeras películas de la etapa ochentera de Franco, etapa esta durante la cual rodó mil locuras y se rodeó de un equipo de habituales compuesto de Lina Romay, Antonio Mayans y otros tantos, y durante la cual se desata el Franco más loco y guerrillero. Así, tenemos a una mujer que, tras un seguimiento, selecciona al muchacho más rico de los que se encuentra en la playa y le seduce con malas artes. Se casan, y se van de vacaciones a Bananas —exótico lugar que se soluciona aquí, poco menos que filmando una costrosa feria o parque de atracciones de Alicante—. Allí, y debido a un equívoco, el muchacho es confundido con un tal Simón con el que comparte nombre, y en un enredo de padre y muy señor mío (para los protagonistas y para el espectador) se meten en una trifulca de mafiosos, tesoros, y un escarabajo de oro, en una comedieta medio slapstick, medio de aventuras, que se convirtió en todo un antecedente accidental de cintas de aventuras románticas al estilo de “Tras el corazón verde”, eso sí, rodada con el presupuesto que tuvo Michael Douglas para tinte del pelo en aquella película.
Se trata de un título muy del montón en la filmografía de Jess Franco, en el sentido que, ni es de las malas, malas (lo cual siempre sería un motivo de festejo), ni es de las buenas (lo cual también merecería ser festejado), si no todo lo contrario. Es una “de las otras” que diría Franco, de aquellas que poseen planteamiento, nudo y desenlace  y que por ser más convencionales, resultan a todas luces mediocres.
La comedia funciona cuando es involuntaria (porque cuando es voluntaria da vergüenza ajena) y, en general, tampoco es especialmente aburrida, pero, desde luego, es uno de los títulos más insípidos de cuantos rodó. Luego, escarabajos y joyas compradas en el chino, chinos interpretados por españoles sin apenas maquillaje, esqueletos de plástico y mucha cochambre, podredumbre y tercermundismo, aderezado por las carnes magras de una Lina Romay ya fondona, que se lo pasa teta rodando este tipo de películas.
 No posee nada especial, de no ser porque ha aparecido en sus latas cuarenta años después de ser rodada. Por lo demás, ni fu, ni fa.
Junto a Lina Romay en el reparto, tenemos a Max B. ("Cazar alnegro") doblado para la ocasión por, creo reconocer en la voz a Ricardo Palacios, Emilio Álvarez, que salía en “El fascista, la beata y su noviadesvirgada”, Antonio Mayans, o Susy Boulois (También presente en “Cazar al negro”).
Los completistas la agradecerán.