Aunque con el transcurrir de los años (y el notorio descenso de la economía) mi devoción por el formato VHS ha perdido intensidad, en mi fuero interno sigo amándolo -y añorándolo- como siempre, y como tantas veces he demostrado en este ciber-antro. Por ello, cuando caen en mis manos un par de papelotes relacionados con esos tiempos, y esas prácticas, me urge el acto de escanearlos y mostrárselos a aquellos de ustedes que compartan mi enfermedad, es decir, dar valor a dos chorradillas fútiles como estos certificados de origen / garantía según "RCA / Columbia Pictures" y "Lauren Video Hogar" -cedido amablemente por el bueno de Tío Vicente-, que acompañaban a las respectivas cintas, bien metidos en sus estuches, calentitos y resguardados del vil exterior.
Mírenlos atentamente, regodeense en ellos.... ¿verdad que casi pueden tocarlos, incluso olerlos? ¿verdad que sienten como su adrenalina se altera mientras una sensación entre devoción y dolor va arremolinándose en su cerebro? Enhorabuena, son ustedes unos fanáticos de los mágicos tiempos en los que las estanterías repletas de caratulas coloridas, sitadas junto al señor antipático de mostacho y camisa amarillenta que les atendía, formaban parte de su normalidad. Dicho de otro modo, son ustedes nostálgicos incurables de una época dorada que ya no volverá.... pero tuvieron el infinito privilegio de vivir en su apogeo.
Son ustedes... somos todos nosotros... unos suertudos.