sábado, 21 de diciembre de 2024

CREEPSHOW TV (4ª TEMPORADA) 2ª PARTE Y FINAL

Segunda y última dosis de este repaso a la cuarta temporada del "Creepshow" televisivo. Aquí disponen de la primera.

"Meet the Belaskos" nos sitúa en una especie de realidad alternativa en la que los vampiros se consideran algo medianamente normal... aunque no para todo el mundo. Como el tipo que ve instalarse a los Belasko, familia de chupasangres, en la casa contigua. Ahora son sus vecinos y los detesta. Así que imaginaos el percal cuando su hijo y la hija de aquellos se enamoran perdidamente.
Si hay algo que chirría en el "Creepshow televisivo" es cuando les entra la vena panfletera. Y en este capítulo se gastan una evidente metáfora en torno al racismo y la intolerancia. Cambien a judíos o niggas por vampiros y, ¡voilá!. Encima, lo revisten todo de historia de amor trágico. Ugh!!... La culpa la tiene John Esposito. Productor ("Abierto hasta el amanecer", "Policía de acero"), guionista ("La sombra del faraón", otros capítulos de temporadas previas) y, pal caso, director debutante.
En "Cheat Code" un "fricazo" de los videojuegos, ahora papá viudo, localiza un antiguo juego supuestamente maldito. Se lo muestra a su hijo y este comienza a darle al joystick junto a unos amigos. Descubren que existe una clave para lograr terminarlo. Al aplicarla, acaban atrapados entre píxeles, enfrentados al "jefe supremo".
Otro capítulo que me deja algo confundido. Por un lado, la historia de base es interesante, incluso entretenida. Por otro, al final se les va la olla, rozando el ridículo. Pero, así en general, resulta consumible aunque, una vez más, casi sin gota de "creepshowismo". Como ocurre con "Meet the Belaskos", las truculencias y, pal caso, las típicas virguerías visuales propias de la saga, se notan muy muy forzadas. En la peli original estaban perfectamente integradas, formaban parte del pitote. Aquí es solo un adorno más que, si no estuviese, nadie echaría en falta.
Repite Justin G. Dyck en la dirección y el protagonista adulto es un rostro medianamente familiar, Lochlyn Munro, casi especializado en roles de policía de distintos rangos. Lo has visto en un millón de productos televisivos y cinematográficos. Destacan el "Predator" de 2018, "Dance Movie: Despatarre en la pista", "Hack! (Corten!)", "The Tooth Fairy", "Dos rubias de pelo en pecho", "Freddy contra Jason", el primer "Scary Movie" (donde se haría amigo de los Wayans, a tenor de sus siguientes colaboraciones) y... ¡"Sin Perdón"!.

Vale, comencemos la casa por el tejado: Si "
Something Burrowed, Something Blue" destaca por algo, es por la presencia de un grande, uno, además, ligado total y completamente al universo "Creepshow", Tom Atkins (o, dicho de otro modo, el padre que en 1982 abroncaba a su hijo por leer tebeos macabros) Aquí, más mayor, obvio, interpreta a un anciano millonario que, consciente de su final, reclama el amor y las atenciones de una hija que le detesta. Aunque tras todo ello haya algo más: Una bestia innombrable que el tipo esconde en su sótano y a la que debe alimentar cada quince años o saldrá al exterior a liarla. En breve toca proceder, así pues el abuelo intentará convencer a su futuro yerno para que siga la tradición.
Nada nuevo bajo el sol. La verdad es que si algo caracteriza a esta cuarta temporada es la similitud de todos sus capítulos, en lo estético, lo formal y lo narrativo. No maravillan, pero son lo suficientemente amenos como para evitar acabar tirándose de los pelos. Alguien diría que es la peor forma de "arte", la normalidad... aunque a mi, eso de que no me saquen de quicio, me vale. Repite en la dirección John Esposito. El guion lo firman un par de medio-novatillos, Todd Spence y Zak White. Los tres siguientes son también cosa suya.
"Doodles" no se mata mucho y recurre a una idea ya muy explotada, aunque siempre efectiva, el dibujante (aquí LA dibujante) cuyos garabatos se tornan realidad. En este caso para castigar a aquellos que la han tratado malamente. Pero ¡cuidao!, que como no atine la cosa se puede volver en su contra.
Interpreta a la muchacha Anja Savcic, con esa curiosa cara entre angelical y de lerda que me sonaba de algo. Salía en la divertida comedia "Ricky Stanicky". Pero también en otro producto no demasiado alejado de "Creepshow", el "Tales from the darkside" de 2015, o el fracasadísimo intento de Joe Hill por revivir la serie "cult" que George Romero apadrinó en su día. No cuajó, quedando todo en un piloto. Y si no lo digo, reviento: otra de las joyas que la Savcic tiene en su filmografía es "Chupacabras vs. El Álamo" junto a Erik Estrada.
Pero no perdamos los papeles. Regresemos al "Creepshow" televisivo y este "Doodles". Que sí, tiene su coña... un gore llamativo... pero al final te quedas igual que con el resto, bien, del montoncico. Reincide en la dirección P.J. Pesce.
¡Siguiente!

Comentaba antes que, a pesar de su sosería formal, esta cuarta temporada había logrado evitar que me arrancara los ojos de ira. Y que la ausencia de comidas de polla al fandom era algo agradecido y positivo. Pos bien, parece que han esperado a la dosis final para arrasar con todo ello. Y, además, por obra y gracia de Greg Nicotero, que no dirigía desde el primer capítulo -en esta cuarta temporada, digo-. Claro que, pal caso, le toca muy directo, al corazón, porque la cosa, la historia, gira en torno a George A. Romero himself. Tanto como para titularla "George Romero in 3D".
En una vieja librería apunto de chapar encuentran una misteriosa caja. Y no, no hay monstruos dentro, sino añejos tebeos en tres dimensiones sobre zombies, apadrinados por el director de "La noche de los muertos vivientes" in person. En eso que el hijo de la dueña se pone las gafas rojiazules para verlos y, pumba!!, uno de los zombies cobra vida. ¿Cómo solucionarlo? pidiendo ayuda al mismo señor Romero, versión dibujada.
¡¡Ouch!! ¡¡Ay!!! ¡¡Uf!! El visionado de este capítulo fue doloroso. Pura vergüenza ajena. Evidentemente por la comida de rabo, claro, pero también porque es increíblemente tonto y casi ridículo. E inexacto. Oye, ya que vas a tributar a tío Georgie, y lanzas un montón de coñetas que solo el fan reconocerá (como la insistencia del cineasta en llamar "ghouls" a sus criaturas en lugar de zombies) y recrear, sin florituras, momentos icónicos de "Dawn of the dead" (el zombie / ghoul con la cabeza partida por una hélice), al menos se más cuidadoso con otros detalles. No me cuela que, en los tiempos de "Image Ten" -la primera productora de Romero, a la que se alude alegremente, y época en la que sitúan la confección de los tebeos-, nadie hubiese pensado en facturar comics de zombies / ghouls de aspecto tan moderno y referencia equivocada (el uso de la palabra "Brains" retrotrae más a la competencia) Por entonces Romero solo buscaba un éxito financiero, y robó la esencia de la novela "Soy Leyenda" para facturar su primer legendario largometraje. Dudo mucho que se planteara a los muertos revividos como estrella de la función, ni el convertirse en un especialista del género. Así pues, asumir todo ello me suena más a insulto que tributo. ¡¡Ya, ya, lo sé, son chuminadas propias de pajero!! Pero, cojones, eso es justo lo que soy.... Ya que nos ponemos, hagámoslo en serio y bien. ¿Se nota que no disfruté de la experiencia?
Claro, ante semejante panorama, nada de lo que viniese después podía disgustarme. Cualquier cosa sería mejor, incluso este "Baby Teeth" del que apenas entendí un "caralho" (como dicen los brasileños) pero tampoco me desagradó. La cosa va de madre sobreprotectora de una hija adolescente la mar de estúpida y detestable. Dicha actitud -la de la mamá- viene justificada por la existencia de una especie de hada de los dientes con muy mala gaita y que, aprovechando que a la chavala le han extraído sus últimos piños de leche, aparecerá dispuesta a reclamarlos.
Mmmmh... como lo digo... "Baby Teeth" es un caos, pero tiene algunas cosas chulas. El look del hada diabólica mola, resulta casi aterradora -ver imagen-. Y los toques truculentos son bastante sabrosos. Amena, sin más. Reincide en la dirección John Harrison.

Recapitulemos: Tono general tirando a soso, pocos nombres "cult", escasa comida de polla al fandom, Greg Nicotero menos activo y "creepshowismo" prácticamente nulo. Procediendo de ese modo, el "Creepshow TV" va perdiendo su identidad para convertirse en otra serie más de historias de terror. ¿Contradicción por mi parte, considerando lo mucho que he rajado de todo ello? Pos no, porque casi que lo prefiero así, oiga (aunque, puestos a soñar, lo ideal sería que jamás hubiese existido). Ahora bien, la cuestión es ¿¿seguirán por esos derroteros, la desprenderán todavía más de su esencia en la quinta temporada?? Pues tal vez nunca lo sepamos, porque de momento no hay nada anunciado y abundan los rumores de una cancelación. Veremos.

Y por si quieren empaparse con el resto de temporadas, ya saben....
PRIMERA, SEGUNDA y TERCERA.

Creepshow TV (4ª temporada)