viernes, 29 de julio de 2011

TUCKER Y DALE CONTRA EL MAL

Esta peli triunfó bastante en el pasado Festival de Sitges, muchos me la recomendaron y desde entonces que estaba deseando verla. En esencia se trata de una comedia, una de enredos, en la que se parodia y homenajea al "slasher" campestre pero, sobre todo, al cine de supervivencia (y ambos son subgéneros que adoro). Por eso no ha de extrañarnos, ni atemorizarnos, que de entrada nos topemos con un grupo de universitarios metidos en un coche dispuestos a pasar un grato fin de semana entre la naturaleza. La novedad es que, paralelamente, vemos como un par de paletos montañeses hacen exactamente lo mismo. La gracia aquí es que cuando interactuan, las cosas comienzan a ponerse feas a base de absurdos pero ingeniosos mal entendidos. Donde todo son buenas intenciones y genuina inocencia por parte de los paletos, los universitarios lo toman como acciones hostiles... hasta el extremo de estar convencidos que quieren matarlos y devorarlos. Bien, este es sin duda el mejor punto de "Tucker and Dale vs. Evil", porque en su convicción, los jóvenes no pararán de morir en absurdos accidentes auto-inducidos. Les pongo un divertido ejemplo: Un paleto se curra un tronco con su sierra mecánica. Resulta que dentro hay un panal de abejas, estas salen y le atacan. Histérico, el tipo comienza a correr blandiendo la sierra. Un estudiante lo presencia y, convencido que va a por él, huye aterrorizado... tanto que, en fin, termina atravesado por una rama. Ello provoca que los amigos del muerto crean que ha sido asesinado, lo que complica aún más las cosas... y así buena parte de la peli.
Hasta ahí todo bien... muy bien, el problema viene cuando, obviamente, el director intenta contarnos una historia y desarrolla los acontecimientos de tal modo que estos se vuelven demasiado racionales y pierden su "punch". La parte final es demasiado standard, demasiado "mainstream", narrativamente hablando al menos, y ahí el espíritu gamberro del que la peli ha hecho gala durante un buen rato se evapora por completo.
Pero no hagan mucho caso de mis quisquillosas observaciones, como entretenimiento tontorrón, sano y funcional, "Tucker and Dale vs. Evil" funciona.