lunes, 22 de febrero de 2010

TORMENTED

No me resulta para nada sorprendente el hecho de que el mejor slasher visto últimamente sea de factura Inglesa (porque le mejor comedia de zombies es también del iunaited quindon). Y mientras el fandom apuesta fuertemente por las propuestas de nuestros vecinos los franceses, yo quiero romper una lanza a favor de los británicos, que aunque tienen a gente como Johannes Roberts (este cabrón me atrae tanto como aburren sus pelis), Edgar Wright, y ahora este Jon Wright (¿serán hermanos?) quien se monta con "Tormented" un slasher que, aún excediéndose en cuanto a edición vídeo-clipera, iluminando más que en la tele y pasando la mayoría de los asesinatos de día, es más fiel a la esencia del subgénero que otros títulos actuales que pretenden imitar lo de antaño y, encima, colgarse una medallita.
Un joven, gordo, feo e introvertido al que los molones del instituto conocen como “Shreck”, se suicida debido a que A) no soporta la presión del “buying” al que es sometido y B) la chica de sus sueños, una empolloncilla, finalmente acaba en el grupo de los chachi pilonguis.
Al cabo de unos días, el grupito de molones empieza a recibir mensajes desde el móvil del fallecido, y pronto y sin contemplaciones, serán masacrados por “Shreck”.
La gracia es que vemos al muchacho gordo, con su uniforme de colegio privado y cara sutilmente “zombificada”, pero en ningún momento se nos cuenta qué hace allí, si ha resucitado, o si no murió. Y eso está bien. Además da igual, porque aquí de lo que se trata es de ver los asesinatos, esta vez creativos, gráficos, brutos y bien salpicaditos de rojita sangre.
La peli es un poco (muy de refilón) un homenaje, revisión, vuelta de tuerca o como coño quieran llamarlo del slasher ochentero de institutos como telón de fondo, recordando ligeramente a clásicos del género tipo "El día de los inocentes", en la que es también un “nerd” el que toma cartas en el asunto y por idénticos motivos. Y sí, mama de todo aquello, pero lo actualiza tremendamente. El abuso de montaje videoclipero palidece al lado del abuso de música electrónica… pero me parece un acierto y también muy original el hecho de que cada asesinato se ilustre con bases de lo más discotequeras.
La peli tarda un pelín en arrancar, incluida toda la chica, pero la última media hora es un “tour de force” de lo más espectacular, burro y slashero.
Muy, muy recomendable, muy fresca y de lo mejorcito parido recientemente.