
Unas chavalas se van de fin de semana desmeleando. Entre ellas, además de dos muy zorras, hay una atormentada por el reciente suicidio de su hermana y que, fíjate, arrastra una maldición. El charro, forajido que mató y murió por amor, maldijo a sus antepasados y esa noche ha venido a cebarse con ella... con ella y sus colegas, lo que ya es mala suerte.
Supongo que podríamos tildar a esta peli de slasher, aunque su realizador, el normalmente compositor Rich Ragsdale, se esfuerza en aportar algo más. Incluso me atrevería a decir que intenta dárselas un poco de David Lynch, metiendo en la trama personajes y situaciones inquietantes (especialmente los que pueblan una siniestra taberna), así como alucinaciones visualmente creativas (el flash-back contado en plan cine mudo, o la efectiva pesadilla en el coche), algo muy honorable por su parte, pero que no compensa la rutina del resto de su trama repleta de clichés y un gore standard poco llamativo.
El eterno Danny Trejo le pone voz al Charro y Lemmy de "Motorhead" se marca un cameo como predicador loco.
Pues eso, "La maldición del Charro" es un film completamente prescindible... tanto que se puede ver perfectamente y te quedas tan ancho.