La primera vez que tuve conocimiento de una edición videográfica española de "Blob, masa mortal", fue yendo de mercadillos. Allí la localicé, pero por desgracia su formato no era VHS, ni tan siquiera Beta, sino Video-2000. Y el precio un tanto exagerado, así que allí se quedó. Tiempo después, mi amigo Enorm, que también fue testigo de aquella primera vez, la encontró en VHS, la compró a cambio de una suma muy razonable y, conocedor de mi deseo y morbo enfermizo, me la prestó (¡gracias querido!). Esperé al momento adecuado para disfrutarla, consciente de su condición de rareza y de que tenía que consumirse y consumarse con todos los sentidos activados. Quedé con mi otro amigo videoadicto Mr.Pajarillo y, aquella misma noche, la metimos en el reproductor y le dimos al "play". Bien, al terminar, y a pesar de las tremebundas ganas que arrastraba desde hacía tiempo, no sabía qué coño podía decir/escribir sobre ella. Estaba lo que se dice, totalmente desarmado.
Después de reflexionarlo mucho, llegué a la conclusión de que la única manera posible de comenzar un análisis de "Blob, masa mortal" era a través del film original que motivó su existencia, es decir, "The Blob", la primera, el clásico, la de 1958. En teoría su título oficial español es "La masa devoradora", pero yo la conocía como "La burbuja del terror". La primera vez que la vi fue en Super 8. Mis padres tenían una de esas versiones resumidas que uno podía comprar o alquilar antes de la aparición del vídeo, y fueron unas cuantas las ocasiones en las que la vimos proyectada en la pantalla. A veces marcha atrás, lo que la hacía especialmente divertida. Finalmente terminó destrozada y mutilada cuando me entró la vena de hacer extraños experimentos con celuloide. Obviamente me arrepiento de ello, pero era joven e iluso. No pasaron muchos años hasta que supe que existía también una secuela de aquella vieja película, pero la verdad es que desconocía por completo que había llegado a estas tierras y tampoco tenía especial interés en consumirla.
Por lo visto el productor de la original, Jack H. Harris (impulsor también del posterior remake y de títulos tan atractivos pal fan como "Equinox", "El monstruo de las bananas" -la primera peli de John Landis, "Dark Star" -la primera de John Carpenter-, "Ojos" -de Irvin Kershner, con guión de Carpenter- y "Prison Ship" -¡¡de Fred Olen Ray!!-) llevaba tiempo queriendo parir esa segunda parte, ya que la primera había sido un exitazo, pero por alguna razón no lo logró hasta pasados 14 años y en parte fue gracias al interés que en ella puso un actor y director televisivo joven y hambriento de éxito, Larry Hagman, sí, el legendario "J.R." de la no menos legendaria serie "Dallas".
Todo eran buenas intenciones por parte de Harris y Hagman, el problema fue que, en 1972, las cosas habían cambiado mucho. Estados Unidos había mutado, aún andaba calentita la revolución hippie y el cine se encontraba en pleno periodo de cambios. Larry Hagman apenas contaba con 30 tacos, así que imaginaos el percal. Resumiendo, "Blob, masa mortal", conocida en v.o. como "Beware! The Blob" o "Son of Blob", terminó convertida en una comedia altamente improvisada. Según declaraciones del guionista original, se pasaron su libreto por el forro de los cojones. En general la improvisación es un sistema que me mola, pero no cuando se resuelve a base de interminables diálogos y monólogos que los actores sueltan para rellenar el silencio de forma desesperada (como es el caso). Todo acabó resultando muy caótico, anárquico y, yes, muy hippie. De hecho estos tienen una notable presencia en el film, o se les ve en plena fiesta psicodélica o son motivo de chistes y chascarrillos. Y, acorde a todo eso, la peli está rodada muy toscamente, con una cámara nerviosa que se pasa casi todo el metraje apoyada en el hombro del operador y una fotografía algo cerdosa y oscura. En este campo merece la pena destacar la presencia nada menos que de Dean Cundey, futuro colaborador de John Carpenter y Steven Spielberg (!!!), que aquí, joven e inexperto, limitó sus tareas (como bien se indica en los títulos de crédito) a las "secuencias con animales", que no son muchas (??).
Pero el de Dean Cundey no es el único nombre (+ o -) famoso asociado a este descalabro, hay más. Tenemos a Robert Walker Jr. (que recientemente asomó en este blog por su protagonismo en "Olivia: Dulce asesina"), Carol Lynley, el gran Gerrit Graham en un rol muy pequeño, Dick Van Patten (sí, el de "Con ocho basta") y otros que tampoco necesitan presentación como Burgess Meredith (el entrenador de "Rocky Balboa") o Sid Haig (la última musa de Rob Zombie, haciendo casi de extra). Como vemos, muchos de ellos eran -y serían- rostros habituales de la caja tonta, entorno natural del mismo Hagman, que venía de dirigir algunos capítulos de una serie y, tras "Blob, masa mortal", no volvería a comandar nada más (y no me extraña). Él también se marca un papelillo como vagabundo. Y no podemos olvidarnos de Doug Wesbick encargándose de ciertas escenas de animación, que poco después repetiría en tan sórdidos ámbitos con "Las aventuras de Flesh Gordon". Poco imaginaba él entonces que terminaría involucrado en algunos de los films más legendarios e importantes de la historia del cine fantástico (mira Imdb si te pica la curiosidad).
Para hablar del argumento del film, tenemos dos opciones. O leemos y hacemos caso a lo que dice en la parte de atrás de la caratula, o directamente le damos al "play" para percatarnos de que todo lo ahí descrito es, en cierto modo, falso. Dice así: "El geólogo GODFREY CAMBRIDGE, trae a su casa de una expedición en el Polo Norte un interesante trozo de roca rojiza dentro de un envase herméticamente cerrado. Por extrañas circunstancias, la tapa del envase se abre cayendo la roca al suelo a la vez que se convierte lentamente en una repugnante masa gelatinosa... bla, bla". Bien, el tal GODFREY CAMBRIDGE (¿por qué en mayúsculas?) es un "nigga" algo tonto y gordo que va desesperado por tirarse a su injustamente atractiva mujer. Para demostrarnos que es científico (apellido aparte), vive en una tienda de campaña montada en su propia sala de estar (??). Eso de que es geólogo y que viene del Polo Norte se me escapó. Lo que está claro es que "las extrañas circunstancias" que liberan al "blob" son, simplemente, que la palurda de su esposa encuentra el frasco en el congelador, lo abre y lo deja expuesto al aire, de ahí que la masa se descongele y comience a devorar. El amigo GODFREY no tarda en caer en sus pringosas zarpas, justo en el momento en que estaba sentado frente al televisor viendo... sí, ¡¡el "The Blob" de 1958!!.
Sigamos con el texto de la caratula, termina así: "¿Qué es esa extraña "cosa" que les ataca vorazmente?, ¿de dónde procede?, ¿quién lo envía?". En fin, ninguna de estas preguntas son respondidas a lo largo de la película, así que ¿¿qué demonios importa??. Lo que sigue a la liberación de la criatura son un puñado de escenas, sin verdadero hilo narrativo o estructura, en las que, por un lado "the blob" se come a alguien, y por otro, la pareja prota y sus amigos hippies se lo pasan bien, corren de aquí para allá y, en fin, no sé, que todo es muy desquiciante y aburrido.
"Blob, masa mortal" apesta a "locuras de juventú", a gamberrada de la que, años después, todos sus implicados se avergonzarían. Eran tiempos de desfase y cachondeo, ¿quién podría culparles?. Bueno, para comenzar los admiradores del film original, claro, cuyo clasicismo, calidad y convencionalidad queda a millares de quilómetros de distancia de lo aquí comentado. Seguidamente, cualquier fan del cine de ciencia ficción con un mínimo gusto. Tercero, cualquier cinéfilo que se precie. Y cuarto, yo, que me cago en las muelas y los premolares de Larry Hagman.
Más allá de sus efectos especiales más o menos potables (aunque los del film original, o los de su imitación italiana, "Caltiki, el monstruo inmortal", son incluso mejores, a ratos esta burbuja del terror en color parece directamente zumo de tomate), no hay nada salvable en "Blob, masa mortal". Como comedia es terrible, no hace puta gracia. Y como peli de ciencia ficción, no hay por donde cogerla. Digamos que toda la parte final intenta centrarse más en ese apartado, cuando el invasor se cuela en una bolera, y vienen los agentes de la ley a detenerla y tal y pascual (obviamente, el sheriff es especialmente malcarado y antipático, ¡hey, man, es la autoridad, y la autoridad no mola!), pero a esas alturas estás tan aturdido por su estridencia, que ya todo te la sopla y solo quieres que la jodida peli termine cuanto antes, y lo hace con un gag tan malo como los previos.
Sí amigos, "Blob, masa mortal" es horrible. Así de simple, no tiene ni encanto. Pero por rara, merecía la pena que apareciera en este blog, masa mortal. Y aquí la tienen. Creánme si les digo que esto ha sido un auténtico sacrificio para mi, aunque sepa a ciencia cierta que ninguno de ustedes lo merece!.