jueves, 5 de diciembre de 2013

I LOVE HITLER

Extraña película perteneciente al catalogo del enigmático Francisco Herrera, que cuenta en su poder con los derechos de los films rodados por los cineastas del tercer Reich, además de aparentar cierta simpatía por lo nazi en general, así mismo poseedor de los derechos de las películas de Germán Monzó y tantas otras joyas inencontrables que, de vez en cuando,  edita en DVD y la mal distribuye por según que establecimientos. Y de vez en cuando también,  te topas con uno, y si es de interés (por lo general el catálogo de este señor siempre lo es) puedes comprarlo. Como me ha sucedido a mí con este “I Love Hitler” en una tienda de segunda mano, a un precio más que justo, 1 Euro.
El DVD entero es un poema; desde las ilustraciones de dentro del digipack, que nada tienen que ver con la película (un dibujo de lo más corrientucho en el que reza la inscripción “Hail Hitler”) hasta lo de tratar de edición especial para coleccionistas un disco que viene pelado de extras, aunque, eso si, plagado de trailers de las películas nazis de Leni Riefenstahl (“El triunfo de la voluntad”, “Olimpiada”) u otras del mismo palo como “Adolph Hitler, Mi lucha” convenientemente remasterizadas y dobladas al castellano para la ocasión. Vamos, todo de lo más cantoso.
Y en una edición como esta, donde reza que “El número de expediente está en trámite”, la obsesión  de la distribuidora es la piratería, y si un DVD estándar lleva un anuncio anti-piratería, este lleva cuatro seguidos, además de otro sobre dolby surround, para un producto que está en mono. ¡Que país!.
Vayamos a la película; “I Love Hitler” es una especie de obra de ficción, medio documental, medio experimental y medio surrealista, y en definitiva una cosa rara cuyo interés radica, precisamente, en la rareza, que sin un hilo argumental va combinando mogollón de escenas de archivo del “führer” y de la guerra mundial, con filosofadas baratas pretendidamente profundas y cómicas que pegan sin parar los protagonistas, Emilio Linder (según los créditos del DVD, Emil Von Linvder), Lázaro Escarceller, prota absoluto, y  Fabián Conde con una marioneta de Hitler, haciendo de mago ventrílocuo o algo así. Todo ello para explicar que el dictador del mostachillo no murió, si no que escapó a España y desde entonces vive como comediante en algún pueblo perdido. Y se nos da a medio a entender que Hitler es  en realidad Lázaro Escarceller, todo ello en distintas localizaciones que van desde un cementerio, pasando por el campo, terminando en el museo de cera.
Una paranoia que encima pretende más de lo que ofrece, con un carácter cinematográficamente español por aquello de que hasta las filosofadas profundas hay que tomárselas a cachondeo, y de ideología un tanto ambigua, al igual que la de su distribuidor.
No dejan de ser curiosos los momentos en que, a sabiendas de que la película posteriormente será doblada, se filma a los actores de espaldas mientras oímos largas parrafadas, o comprobamos que Lázaro Escarceller suelta sus diálogos pausadamente y mirando detrás de cámara entre frase y frase. Obviamente, el director le está dictando lo que tiene que decir y el hombre se limita a escucharlo y repetirlo. O esas bocas que nunca coinciden con lo que oímos, simplemente, porque al no saberse el guión, decían cualquier cosa y en doblaje se ponía el texto.
No obstante, absolutamente toda la película despide ese rollo experimental involuntario y surrealista que la convierte en una cosa curiosa y a tener en cuenta, solo en los casos más extremos de cinefilia, porque es mala como ella sola. Se podría decir que el material filmado sirve de mera excusa para mostrar lo que el director quiere mostrar realmente, que son ese mogollón de material de archivo perteneciente al "No-Do" o documentales sobre Hitler.
Ahora vayamos a lo que interesa: Junto al trío protagonista, destacar la presencia de Paco Porras, el vidente de las hortalizas… Sí, al que arrastran por el mar en “F.B.I. Frikis buscan incordiar”, en una de sus primeras incursiones en el cine, como travestí que aparece un momentín  en un teatro y, tras las cámaras, fabricante de la marioneta de Hitler.
La película viene producida por Juan Piquer Simón, que firma su participación con el avergonzado seudónimo de Alfredo Casado. Váyanse ustedes a saber, con la de mierda que filmó como director, por qué oculta su función como productor ejecutivo en este caso.
Y por último, de la dirección se responsabiliza un tal Félix Varón. Bien, pues este director no existe. En realidad es el seudónimo que utilizó Ismael González, otro misterioso cineasta que dentro de las muchas facetas que desarrolló a un nivel de cine, digamos, siempre marginal, destaca por haber dirigido unos cuantos documentales, películas infantiles a mayor gloria del gordito que salía en los vehículos de “Parchís”, Rodrigo Valdecantos, así como productos porno que firmó o bien con su nombre o con el de Félix Varón,  tales que “Escuela de grandes putas” o “Los Pornoaficionados”.
Muy interesante todo. Y por 1 Euro, la cosa está que te cagas. En un lugar de honor dentro de mi dvdteca. Pero por los 19,95 Euros que pide Herrera desde su página web, como que no.