viernes, 6 de diciembre de 2013

HUMANOIDES DEL ABISMO

Soy muy consciente de la importancia que tiene la figura de Roger Corman dentro de la Serie B, pero nunca me han interesado en exceso sus producciones ni me ha dado por seguirlas, así que prácticamente, y quitando sus películas más obvias, soy un completo desconocedor – mas que desconocedor, digamos que no he visto- de la obra de Corman.
Es por eso que a estas alturas todavía no había visto “Humanoides del Abismo”. Todo el mundo la tiene en un pedestal, pero yo no la había visto. Hasta anoche.
Bien pues una vez visionada, comprendo perfectamente las pasiones que desata ¡es cojonuda!
El argumento es tan sencillo que asusta:
En un pueblo pesquero, algo está matando brutalmente a  los perros de los pescadores. Como han muerto todos excepto el de un Indio que rula por ahí, creen que este hombre ha matado a los perros, y estos se toman la justicia por su mano matando al suyo. Claro que la cosa se complica en el momento que empiezan a morir seres humanos, y se dan cuenta que de quienes lo hacen son una suerte de animales marinos que debido a las mutaciones de los productos químicos para acelerar el crecimiento de los salmones, han crecido y desarrollado cierta inteligencia, la suficiente para violar salvajemente a toda tía buena que se les ponga a tiro, amén de destrozar (mortalmente) de cuanto maromo disponen.
A parte del  trepidante ritmo, los obvios homenajes, los chulos monstruos y efectos especiales, la violencia desatada y el puro y duro entretenimiento del que hace gala la película,  “Humanoides del abismo” destaca por la crueldad que se gasta – Los bichos matan, sin concesiones, niños y perros-, el macabro sentido del humor que destila toda la película, sin tocar la comedia en ningún momento- aquí no hay tiempo para chistes, no sea que la cosa sufra un bajón- y los diálogos, ingeniosos, pero sutilmente estúpidos de las escenas de transición. Sin ir mas lejos, justo unos instantes antes de que uno de los monstruos destroce a una pareja de campistas (y de follarse a ella), estos están tonteando en una tienda de campaña. Él es ventrílocuo y lleva un muñeco consigo, que le está soltando guarrerías a ella, mientras se preparan para el sexo, hasta que son interrumpidos por uno de los monstruos. Bien, pues la conversación no tiene desperdicio Hablan de la polla de madera del muñeco, que tenga cuidado no sea que se le vaya a astillar en el coño y cosas de lo más garrulas, pero soltadas por los actores con todo el desparpajo. Y así todo.
Como la película es cruel, yo también lo seré; en el reparto tenemos en destacados papeles a Vic Morrow (“En los límites de la realidad”, “Tiburón 3”), un par de años antes de que perdiera la cabeza ( Ja!), Doug McClure, cuya carrera llegó al mainstream Hollywoodiense por los putos pelos, papeles secundarios para Linda Shayne, la cachonda de “Los Rompecocos” a la que tantas pajas dedicamos en la adolescencia los que ya estamos mayorcitos, o David Strassman y sus muñecos, ventrílocuo de cuarta bastante popular en los USA que protagoniza la escena que les he comentado antes.
Dirige Barbara Peeters, que venía de firmar un par de peliculillas y acabó dirigiendo episodios de “Falcon Crest” y, no acreditado en el film pero sí en IMDB, co-dirige el cotarro Jimmy T. Murakami, conocido, más que por cualquier otra cosa, por “Los Siete Magníficos del espacio”.
Cosa más entretenida y divertida que esta, no van a encontrar.
Muy recomendable, si es que son, al igual que yo, de los indocumentados que aún no la habían visto.
Y si quieren saber más, no duden en preguntar a Naxo, autentico experto en esta joya.