viernes, 20 de junio de 2014

LA NOCHE DE LOS SEXOS ABIERTOS

Seré breve, porque lo mismo expuesto en anteriores reseñas de películas de Jess Franco de la primera mitad de los ochenta, se puede aplicar a esta “La noche de los sexos abiertos”. Película de aquellas rodadas en Benidorm por packs, deprisa, corriendo y sin cuidado, en la que Mayans interpreta a Al Pereira (en esta ocasión rebautizado como Al Crosby)  y Lina Romay hace las veces de (belluda) musa y que para ser una película estándar es muy mala, pero demasiado buena para ser una de esas películas clasificadas “S”, porque aquellas si eran películas malas de pelotas y, a ese género, Franco aportaba la inventiva que otros directores del sub género no tenían. Lo que les he explicado ya mil veces.
En esta ocasión, se cuenta la historia de una exhibicionista de discoteca (que en un escenario se toca y demás) que, debido al gran parecido con  otra pava, se infiltra en casa de un general Nazi para sonsacarle información sobre ciertos lingotes de oro, mientras que una gente, por otro lado, trata de encontrarlos también. Entre tanto –y de manera soft- follan.
Destaco, fíjense ustedes, los títulos de crédito. La cámara está en el interior de un coche, intuyo que sostenida por el propio tío Jess, en el lado del copiloto y va filmando el trayecto de carretera, pero de vez en cuando, se gira, y saca a Mayans que está conduciendo. ¿Y por qué destaco ese plano? Porque es el típico plano que cualquiera que va de copiloto en un coche captura. Es decir, que la falta de espacio te limita y solo puedes hacer ese plano, si o si. Ergo, cualquier película comercial, descartaría siquiera la idea de rodar desde el asiento del copiloto a la carretera y al conductor… pero Jess Franco si lo hacía, de la misma forma que un turista lo hace cuando graba en vídeo sus vacaciones familiares. Que quieren que les diga, eso me hace gracia.
Por otro lado, el título poco tiene que ver con el contenido de la película, pero si que tiene tirón comercial, ya que parodia de manera erótica, un título famoso reconocible por todos; en este caso “La noche de los muertos vivientes”, aunque me hace infinita más gracia otro como es “Mil sexos tiene la noche”, en alusión a la peli de Piquer Simón “Mil gritos tiene la noche”.
Por lo demás, flojita, ni especialmente curiosa, ni estridente.