viernes, 20 de diciembre de 2019

SEDUCCIÓN SANGRIENTA

“Home Video” mejicano del año 1992, rodado en vídeo de aquella época, que cuenta la historia de una tienda de antigüedades a la que llega una cajita de madera forrada en terciopelo que trasmite unas raras energías en quien la toca. Junto a ella, una nota que dice que solo ha de ser vendida a aquel que ande buscando algo muy especial. Precisamente, llega a la tienda un caballero que quiere algo muy especial para regalar a su esposa, así que el anticuario le vende la caja. Al recibirla la mujer, esta será poseída por las energías malignas de la caja, que nos remiten a 300 años atrás cuando la brujería hacía estragos y de ahí, la proveniencia de la maldición de la caja. La señora, poseída por esta, asesinará a sangre fría a su marido, a cuchilladas.
Nada demasiado nuevo o sorprendente en el horizonte. Estamos ante una película de terror rodada con escasos medios y para la distribución directa a vídeo (ya saben que en México esto está a la orden del día), que con look de culebrón sudaca nos cuenta una historia trillada plagada de efectos especiales de la más baja alcurnia y efectos de edición de vídeo que se limitan a las transparencias y el cambio de color. La narración de “Seducción sangrienta” avanza a trompicones mientras nos ofrece reiterativas escenas de asesinato donde la sangre brilla por su ausencia. Pero como suele ser habitual en el cine barato mejicano, la cosa funciona y nos ofrece —si tenemos buenas tragaderas— un funcional entretenimiento. Y menos mal, porque de lo contrario se quedaría en una más de miles películas a las que nos acercamos por puro exotismo; “Seducción sangrienta”, con su título molón, no es una excepción, pero tiene cierta gracia.
Protagoniza la cinta Lina Santos, una especie de Vedette de por allí que, además de dedicarse al mundo de la canción, se convertiría en una habitual del cine de ficheras junto al mítico Alfonso Zayas, así como en una especie de Scream Queen de la serie B mejicana que gozó de cierto renombre en el mundo del espectáculo. Lina, obviamente, es el reclamo de la película y luce palmito en la misma y en el póster, junto a esa calavera con ojos directamente expoliada de “Terroríficamente muertos”, como  bien mandan los cánones del exploit de mierdecilla.
Dirige Aldo Monti, actor de cine popular mejicano que  protagonizó cintas como “El tesoro de Drácula”, para lucimiento del Santo y dónde da vida al mismísimo Drácula, o “La venganza de las mujeres vampiro”. Como actor, pronto se haría fuerte en la televisión participando en un sinfín de culebrones, pero, se recicló en director de cine y ahí es responsable de títulos como “Anónimo mortal”, también para Santo, “Acapulco 12-22” o la que nos ocupa, que formaría parte de una trilogía sin conexión alguna en la que las otras dos películas serían “Secuestro sangriento” o “Vacaciones sangrientas”. Todo muy sangriento. Cualquiera diría que tiene la menstruación.