“Black is beautiful, Africanus sexualis” no es más que una
película porno camuflada de película educativa, al más puro estilo años sesenta,
que además explota la figura de los negros. Porque, aunque se nos vende un documental
sobre las distintas costumbres sexuales de diferentes tribus africanas, lo que
en realidad vemos es una película porno con negros echando sus casquetes. Pero,el
engaño absoluto era la única forma de rodar a gente follando y ganar dinero con
ello, porque antes de la legalización del porno la industria del cine para
adultos se sustentaba de este tipo de documentales “educativos” siendo los de proveniencia
escandinava los más populares entre los pajilleros. Es decir, en los sesenta,
si querías rodar porno tenías que hacer un documental sobre el apareamiento
entre las especies, o explicar cómo se hacen los niños para que eso fuera
calificado y finalmente exhibido. Cuando el porno duro se legalizó, se acabó el
documental educativo, motivo por el cual, a posteriori, este cobra cierto
interés con respecto al porno convencional. Por otro lado, también era común comprar películas porno de diversos
países donde la pornografía sí era legal y añadirle insertos que hicieran ver
que en realidad se trataba de un documental educativo, y en cierto modo, “Black
is Beautiful, Africanus sexualis”, tiene pinta de ser algo así.
Entonces, tenemos durante los créditos un discurso que, en
su afán por no parecer racista lo que consigue es todo lo contrario, un
discurso exageradamente racista ya que se está hablando de los negros como si
de ganado se tratase, desacreditando al hombre negro y tildándonle de bestia
sexual o de ser un peligro para la mujer
blanca. Después aparece un afro americano, supuestamente un doctor, que comienza
a explicar lo distinta que es la sexualidad en el áfrica negra y, a
continuación, da paso a una pareja de negros africanos en pleno frenesí sexual
mientras una voz en off explica, como si el público fuera idiota, lo que la
pareja de negratas está haciendo. Luego, para justificar todas estas escenas,
vemos a una tribu, haciendo cosas de tribu, entre escena de folleteo y escena
de folleteo. Y como lo que importa es solamente el sexo, las escenas de tribu
se las han currado lo mínimo, por lo que se apañan con un decorado de cartón
piedra y pintando a los negros con pinturas de guerra como si fueran indios. Y ya está. Así transcurre la escasa hora que dura la
película, sin que dejemos de escuchar la narración del supuesto doctor que
aparece al principio de la película, mientras negros de pelo crespo (y con
peinados Afro muy a la moda de entonces) se echan unas folladas.
Nada nuevo en el horizonte, películas como estas las hay a
patadas y su único valor es meramente antropológico. Pero no está mal de vez en
cuando echarle un ojo a alguna y ver que se cuece. Visto lo visto y, al margen
de su divertido y musical título, “Black is Beautiful, Africanus sexualis”, no
es de las cosas más infames y soporíferas que haya visto. Las hay mucho peores.
Y con un poco de esfuerzo, puede servir para paja.
Para finalizar tan solo decir que con los años, formaría
parte del exótico catálogo de Something Weird Vídeo.