Fui a ver la famosa/infame secuela de "1997: Rescate en Nueva York" cuando se estrenó en una sala medio vacía. Al salir, la sensación no era demasiado entusiasta. Aún así, cegado por mi fanatismo juvenil hacia su director, corrí a escribir una reseña muy positiva para un fanzine de naturaleza punk/radikal llamado "Sancocho Metálico", donde me centré en el notable lado subversivo del film, demostrando de esta manera que, ocasionalmente, las películas más comerciales y aparentemente tontunas son las más críticas con el "establishment", las más transgresoras, sin necesidad de dárselas de cine de autor y/o intelectual. No obstante, en mi fuero interno sabía que John Carpenter y su troupe (Debra Hill y el mismo Kurt Russell, los tres autores del guion. Me los puedo imaginar embriagados de nostalgia y echándose unas escandalosas risas entre tecleo y tecleo) me habían fallado. Pero ya saben como es esto del paso del tiempo y la perspectiva. Ayer, aprovechando que la daban por la tele, me animé a verla, sin el peso de todo el trajín emocional.
La hija del presidente de los USA se ha liado con un revolucionario y huido hasta la ciudad de Los Ángeles, convertida ahora en una isla donde deportan a todos los ciudadanos indeseables (que roban, violan, asesinan y estafan, pero también van los que fuman, comen carne roja, beben, dicen tacos y son ateos) En su huida se llevó un aparato capaz de dejar sin electricidad al planeta entero y temen que lo utilice. Una vez más, engañan a Serpiente Plissken -y mira que es lerdo- para que acuda y, en tiempo límite -antes de que le mate un virus inoculado en su sangre-, recupere el trasto y elimine a la niña, al revolucionario y a todo aquel que se ponga a tiro.
Entramos de lleno en la etapa "flojucha" de la filmografía de Carpenter. Dejadas atrás sus aportaciones más o menos dignas de finales de los ochenta ("El príncipe de las tinieblas", "Están Vivos" o "Memorias de un hombre invisible") en los 90 vivió años no demasiado inspirados. Todo lo parido entonces era más bien desangelado y patosillo (salvo "En la boca del miedo", pero por los pelos) Y "2013: Rescate en L.A." le va a la zaga. Lo que ocurre es que es la secuela directa (o más bien remake encubierto) de una peli muy querida. Y un personaje igual de apreciado. Y eso pesa. En una no muy antigua convención visitada por John Carpenter, hubo quien se atrevió a esputar una pregunta mal intencionada sobre el film reseñado, ¿y qué hizo nuestro querido filmmaker? -en una época en la que ya se había vuelto la mar de gruñón-, responderle con un seco y significativo "Fuck you!"
Aceptémoslo, "2013: Rescate en L.A." es malilla. Muy tonta. Además, gasta unos efectos visuales dolorosamente malos. El CGI aún andaba en pañales, sí. Pero es que también los "mate paintings" dejan mucho que desear. A pesar de ello, vista ayer, y consciente de que no podía esperar gran cosa, la disfruté. Me entretuvo. Tanto por sus momentos buenos (el duelo con la oxidada lata de por medio), como patéticos (el famoso surfeo en la cresta de un tsunami. De verdad, ¿qué se habrían fumado Carpenter, Russell y Hill en ese momento?). Y, como decía al principio, por todo ese saludable espíritu crítico -y premonitorio- hacia los Estados Unidos y sus poderes fácticos (con un presidente cobarde que solo sabe rezar, el parafascismo ultra-moral, etc), así como las ideas delirantes (el grupo de deformes adictos a los retoques de cirugía estética. El gang compuesto de niños altamente violentos armados hasta la sobaquera), la aniquilación de algunas convenciones narrativas (evitar cualquier subtrama amorosa acribillando a la chica de la peli cuando menos te lo esperas) y el brutal desenlace. Decir que "2013: Rescate en L.A." es una película mala pero divertida sería excesivo, pero sí es cierto que gasta un sutil tufo a "placer culpable" del todo entrañable.
Estaremos de acuerdo en que su verdadero fuerte es la tremenda galería de rostros que van asomando a lo largo de la función, casi todos habituales "personalidades cult", y acaparan desde el protagonista hasta, casi, los extras. Ahí va el listado completo (Kurt Russell aparte): Stacey Keach, Cliff Robertson, Valeria Golino, Steve Buscemi, George Corraface, Bruce Campbell, Robert Carradine, Peter Fonda, Pam Grier, Paul Bartel, Peter Jason, Leland Orser, Al Leong, Thomas Rosales Jr. y, aunque no aparezca acreditado en ninguna parte, un fugaz Marco Rodríguez (el psycho del supermercado en "Cobra"). Tremendo ¿verdad?, es un auténtico regalo para el aficionado. No obstante, este no respondió con mucho entusiasmo y la peli se estrelló en taquilla. Otro palo gordo para un Carpenter que veía como, poco a poco, su llama se apagaba sin remisión. Desde entonces, el único medio por el que Serpiente Plissken se ha movido ha sido el noveno arte. En lo referente al audiovisual, ha habido rumores de series, secuelas y remakes... pero, hasta ahora, na de na. Si algo de todo eso prospera, seguramente será ya sin un Kurt Russell que anda pensando en retirarse. Francamente, mejor así. Es este uno de esos personajes que solo funcionan con un rostro y unas maneras, las del actor que le dio vida desde buen principio. ¿Se imaginan otro tipo haciendo de "Harry Callahan", "John Rambo", "Indiana Jones" o "John Matrix"? No, no molaría nada.