jueves, 22 de septiembre de 2011

EL PODER DE LAS ARMAS

Tengo un ejemplar de la revista francesa "Impact" -Octubre del 87- con una entrevista muy maja a Fred Olen Ray. En ella, el amigo comenta literalmente que le gustaría trabajar para compañías de más peso como "New World Pictures" o, ya puestos, "Paramount". Sí queridos, Ray tuvo también sueños de grandeza. Nadie nace aspirando a ser el rey de la serie B o Z. Por eso "El poder de las armas" (originalmente titulada "Armed Response" y "Respuesta armada" en su "nueva" versión castellana) es una peli tan importante en su carrera. Fue la primera (¿y la única?) que rodó con un presupuesto algo holgado (un millón y medio de dólares del año 1986), la primera para la que tenía un equipo en condiciones (en "Impact" cuenta lo flipante que le resultó ver una calle entera cortada para su rodaje y con una filera enorme de caravanas) y la primera distribuida por una "major". Diré más, fue la única peli de Fred Olen Ray estrenada en los cines de Barcelona. Incluso se habló de ella en algún que otro programa dedicado a los estrenos semanales. Inaudito. A toda esta ensalada de virtudes, debemos añadir una más: seguramente sea su peli más soportable y entretenida.
Dos detectives contratados por la mafia japonesa la lían parda en un intercambio de intereses. El uno traiciona al otro. Este segundo, muere, por lo que su familia al completo decide tomarse la revancha.
Llevo tantos años viendo ponzoñas firmadas por Fred Olen Ray que había olvidado lo placentero que resulta, para variar, encontrarse con una realmente visible. "El poder de las armas" es un thriller de acción sencillito, correcto, pero sobre todo, que no aburre y pasa relativamente rápido (además dura 80 minutos). Bien facturado técnicamente, con las justas dosis de explosiones y tiros y un reparto muy carismático y simpático que, esencialmente, contribuye también al buen regusto que deja. Acompañando a los astros David Carradine y Lee Van Cleef (este segundo especialmente gracioso), nos encontramos un montón de rostros de serie B como los de Dick Miller (un clásico en el cine de Roger Corman y Joe Dante), Laurene Landon (musa de Larry Cohen), Brent Huff (trabajó en más de una ocasión para Bruno Mattei) o el mítico Michael Berryman (el feo de "Las colinas tienen ojos" original) en el rol de un simpático matón al que le encanta repartir galletas de la fortuna. En el lado de los malotes (bueno, Berryman también entra), mucho rostro asiático reconocible de mucha peli videoclubera, destacando el jefe de todos ellos, Mako, que has visto en tropecientos títulos (realmente, "El poder de las armas" parece un regreso a la época en la que la serie B de Hollywood estaba volcada en explotar el "terror amarillo", dato este evidenciado por el visionado de uno de esos añejos films en un televisor). Y claro está, no podemos olvidar a la escudería Olen Ray, que salvo Ross Hagen (otro de los malos), se limita a papeles muy pequeños o minúsculos: Susan Stokey, David O´Hara, Dawn Wildsmith (ex-señora Ray), Bobbie Bresee, Fox Harris y Michelle Bauer... enseñando teta, cómo no. El propio Ray se reserva su papelito como soldado amigo de Carradine en los flash-backs situados en Vietnam (donde muere acribillado). El guión corre a cargo de otro clásico de la casa, T.L.Lankford (suyos son también los de "El misterio de la pirámide", "Cyclone", "Hollywood Chainsaw Hookers" o "Espacio Profundo").
Vale, hay algun momento que descarrila un poco (el tiroteo del clímax final es bastante torpe), pero acostumbrados a las ñordas haituales de Fred Olen Ray, "El poder de las armas" vendría a ser el "Ciudadano Kane" de su carrera. En serio.