
"Aenigma" fue, precisamente, el "return" al horror puro de Fulci tras su fallida "Manhattan Baby" y después de probarlo en otros terrenos como la ciencia ficción, el drama, el thriller (que no "el terror" en el sentido estricto y sobrenatural del término) o la espada y brujería. En la prensa especializada franchute se le dio mucho bombo, y las fotos prometían mogollón. Pero, por supuesto, una vez disponible en los video-clubs Españoles y visionada, el hostiazo fue tremendo. De ahí en adelante Fulci no levantaría cabeza.
"Aenigma" es una mezcla de "Carrie" y "Patrick" con gotas de "Suspiria". La chica tontica e introvertida del colegio para señoritas es blanco de una broma exageradamente cruel que, tras un accidente, la lleva directamente a una camilla en el hospital, donde reposará en coma el resto de la peli dispuesta a vengarse desde el mas allá -sin saber muy bien cómo- de los que la llevaron a ese estado. Las muertes se pretenden impactantes, no por su violencia sino por su surrealismo y absurdismo, pero no cuela.
Hace unas noches atrás, y en un burdo ataque de nostalgia, intenté echar un segundo ojo a otro de los films que Fulci facturó en los inicios de su duradera decadencia, "Murderock", pero no pude con el. Seguidamente recordé "Aenigma", y decidí también darle otra oportunidad convencido de que, por mala que fuera, no podía serlo tanto. Y no, TAN MALA no es... pero le queda cerca. Ambas tienen en común una estética monótona y artificial, unos actores nivel "maniquí", horribles bandas sonoras (¿de dónde sacaría Fulci canciones tan espantosas?), gore bajo mínimos (desde luego nada remotamente próximo a sus mejores tiempos) y la habitual ausencia de ritmo que en este caso, y a falta de sangre y tripas, se torna insoportable.
Lo único divertido de "Aenigma" consiste en descubrir con qué posters las escolapias protagonistas adornan sus dormitorios: Tom Cruise en "Top Gun", Sylvester Stallone en "Rocky 3", Christopher Lambert o "Yoda". ¡Vaya tela!.