jueves, 1 de septiembre de 2011

REPTILICUS

Indiscutible clásico del despropósito o, lo que es lo mismo, la versión Danesa de una "monster movie" facturada el año 1961. ¡Guau!. Ello, inevitablemente, da como resultado uno de esos productos que, de tan malos, terminan por resultar ideales para el visionado colectivo acompañado de bebercio, palomitas y muchas, muchas ganas de cachondeo.
La historia no tiene truco: Unos mineros localizan el extremo de la cola de un reptil prehistórico. Lo llevan a un laboratorio y allí, por culpa de las incapacidades del personal, se descongela. En lugar de pudrirse, cobra vida y se regenera hasta dar forma al bicho completo que no tardará mucho en atacar Copenhague y enfrentarse a militares y lo que haga falta.
Todo lo necesario para que una peli de monstruos resulte ridícula está en "Reptilicus". No falta nada, a saber: Un monstruo patético que apesta a muñeco y no articula ni brazos, mi mandibula, ni mueve los ojos. Maquetas que cantan a la legua... tanto es así que incluso algunas, al ser destruidas, dejan a la vista su interior confeccionado a base de marquetería. Actores que parecen menos vivos que el propio monstruo, y el que se mueve un poco más, directamente resulta histriónico (atención al militar, llega a cargar mucho... también por lo feo que es el cabrón). Personajes absurdos que ni van ni vienen (¿qué hace ahí la científica americana, a parte de mostrar palmito?). Las hijas de los científicos, todas guapas, rubias, tontas y especialmente salidas. L
a comparsa cómica, tan inadecuadamente exagerada como molesta (y nada graciosa). Y los extras... en fin, en las secuencias de "pánico en las calles" vemos perfectamente cómo algunos se descojonan en la huída.
La peli fue adquirida por la mítica "American International Pictures" quienes, para dar más lustro al invento, colaron material facturado en animación tan y tan triste, que aún incrementa más el patetismo general. El monstruo echa una bilis verde horripilantemente mal integrada... aunque nada comparado con la secuencia que devora a un granjero... de infarto, verla para creerla.
En fin, que sí, que es una pedazo de ñorda sin nombre... pero lo que os digo, vista en las condiciones adecuadas puede ser un FESTIVAL.
Ib Melchior es el co-responsable del guion. En su currículum como guionista y director hay algunos títulos bien reconocibles para el aficionado, como "La furia del planeta rojo", "Robinson Crusoe de Marte" o la mítica "La carrera de la muerte del año 2000" (de la que aportó únicamente la historia de base).