martes, 12 de enero de 2010

MONSTER

Versión "Asylum" de Cloverfield" (curioso que el título español de esta -"Monstruoso"- se asemeje tanto al del refrito chusquero del que ahora me dispongo a hablarles). Con "Monster" ocurre como con "I am omega" / "Soy leyenda" o "Paranormal Entity" / "Paranormal Activity", ¡¿cómo negarse a imitar una peli de éxito cuando, por su estética y sus formas narrativas, no requiere de un excesivo despliegue de medios?!, pocos actores... una cámara de vídeo en constante movimiento... un caramelo demasiado tentador para alguien como los del asilo.
Pero lo fuerte es que, si los elementos necesarios ya son los "justos" en la versión Hollywood, en la versión "Asylum" son incluso ¡¡menos!!. Las asyladas ya suelen ser minimalistas, aburridas, vacuas... pero con "Monster" llegan a su cénit (y no comprendo eso de "uncensored version" cuando ¡¡¡NO HAY NADA DIGNO DE CENSURAR!!!... en un sentido moral, porque bien harían en prohibir el visionado de esto, al completo).
Dos chicas que no están nada nada mal, y visten ropas veraniegas y ajustadas (aunque a su alrededor todo el mundo va mas bien tapado), van a hacer un reportaje a Japón sobre el cambio climático (digo yo que será porque uno de los mayores inversores de los productos "Asylum" es de allí, de hecho, el título de "Megashark vs Giant Octopus" o el que al final de "Snakes on a train" salga una serpiente gigante, es cosa suya). Una vez en esas tierras, surgirá un monstruo tentaculoso que armará la jarana frente a la cutre-cámara de las muchachas (y digo lo de cutre por la pasmosa facilidad del aparato por estropearse, quedarse en negro -muy beneficioso para alargar metraje-, virar imágenes, pixelarlas y otros defectos nada corrientes en cualquier cámara moderna). Ante el resultado, uno se percata del poco ojo de las churris a la hora de elegir los planos (con una agradecida tendencia a encuadrar sus generosos escotes).
Tentáculos moviéndose en el aire, coches volando, incendios y alguna explosión sí las hay, pero son pocas y pasan fugazmente ante nuestros sufridos ojos. En cambio, secuencias de tonterías, diálogos chorras, correteos por las calles y, sobre todo, mucho melodrama barato de las muchachas hablando a cámara, sufriendo, confesando su condición virginal ("Aunque parezca mentira" aclara una) y, en general, creyéndose que van a llevarse un Oscar por su papelazo, las hay para dar y tomar. Son las que provocan más descojono, a lo que contribuye el doblaje latino de la versión que yo vi... risibilidad esta que se extiende a las parrafadas en Japonés y a la mención del título.

Bien, estoy bastante convencido de que no se rodó en el Japón... como mucho, en su aeropuerto y alguna calle, pero no abundan ni los japoneses (solo dos escenas con 10 extras, que encima se repiten, tanto las imágenes -como la del tío disparando una metralleta- como los actores -en un país tan repleto de gente, tienen la suerte de cruzarse dos veces con el mismo tipejo
-), ni rótulos o carteles en Japonés. El efecto de caos se busca a base de efectos de sonido con sirenas y gentío gritando que, lo has adivinado, nunca es retratado por la cámara.
Resumiendo... ¡¡que es una mierda infame!!... tremendamente aburrida y despiadada... y sí, por mucho que les joda a los del asilo, lo digo habiéndola visionado gratuitamente, porque una cosa no quita la otra.
Sin embargo, y llámenlo masoquismo extremo, en el fondo hasta le encontré un ocultísimo y siniestro gracejo, y todavía conservo mi simpatía por esta factoría de morro elevado al cubo.