domingo, 5 de septiembre de 2010

END OF THE LINE

"End of the line" es una peli Canadiense rodada hace tres sorprendentes años. Y digo "sorprendentes" porque no me explico como un producto tan válido y potable, precisamente ahora que el buen terror escasea, no haya hecho más ruido del que merece... incluso a pesar de tener bastantes premios acumulados. La vida es injusta, amigos. Paradójicamente, ayer noche me la puse a ver sin tener ni puta idea de qué era aquello, sin disponer de ningún dato, y me sorprendió mucho y bien.
Una enfermera se entera de que una paciente joven que decía ver demonios se ha tirado a las vías del metro, harta de vivir atormentada por imágenes horribles. Apenada e intrigada, va a investigar y acaba metida en los vagones del transporte público junto a una serie de personajes. En pleno trayecto, y respondiendo a cierta señal en su busca, unos pocos individuos, de aparente aspecto pacífico y religioso, se ponen en pie, sacan sus cruces-cuchillo y, tras asegurar que los demonios están llegando y que su acto es en realidad positivo, comienzan a apuñalar brutalmente a todos los pasajeros. Entre pitos y flautas, unos pocos logran escapar, y son perseguidos por los fanáticos, dando pie a una noche repleta de tensión, asesinatos y persecuciones.
Los primeros 15 o 20 minutos de esta peli son la polla. Entre que no sabes de qué va, y lo bien parida que está, te pegas unos cuantos buenos sustos, a lo que contribuye una incómoda sensación de inquietud. A medida que la historia avanza, pierde esa capacidad, pero tampoco es que se vuelva mala o mediocre, que va, sabe mantener el ritmo y el interés (nada como el terror en tiempo real, amigos). De hecho, llegado a cierto punto parece que te vas a comer otra variación más de "La noche de los muertos vivientes", o cualquier Carpenterada, con la eterna movida de las víctimas encerradas en un espacio limitado luchando contra el mal exterior. Pero no, aquí los buenos deciden salir y enfrentarse a los problemas.
Los actores son un pelín malos, pero no tanto como para cargarse el conjunto, resultan bastante humanos y no especialmente odiosos (salvo uno, puesto ahí para ser odiado, algo muy fácil no solo por sus actos, también porque se parece a Quentin Tarantino!!!). Sin ser un film repleto de gore hasta la bandera, sí es cierto que los momentos truculentos son muy crudos y generosos en líquido rojo.
Lo dicho, tensa, bien facturada, impactante, entretenida... un producto muy solvente y recomendable parido por un cineasta, Maurice Devereaux, que en un mundo justo ya hubiese recibido la etiqueta de "joven promesa" (su anterior y primera peli es una cosa muy curiosa titulada "Slashers").
"End of the line" merece ser descubierta!.