Honestamente, no soy de los que consideran al italiano Lucio Fulci ni un maestro, ni un astro, ni un genio. Creo que los que recurren a tales calificativos se dejan cegar por el único elemento que de verdad ha hecho atractivo alguna vez el cine del caballero: el gore. Sí amigos, pertenezco a esa ralea de chavales que en los 80 fliparon -y mucho- con los desvaríos hiper-truculentos de lo que, a fin de cuentas, es su mejor y más florida etapa: "Nueva York bajo el terror de los zombi", "El Mas Allá", "Miedo en la ciudad de los muertos vivientes", "Aquella casa al lado del cementerio" y "El destripador de Nueva York". De hecho, entre estas hizo otras dos producciones de horror, "El gato negro" y "Manhattan Baby", pero ninguna de ellas es recordada con fervor. ¿Por qué?, pues porque NO son tan sangrientas como las antes mencionadas.
"Aenigma" fue, precisamente, el "return" al horror puro de Fulci tras su fallida "Manhattan Baby" y después de probarlo en otros terrenos como la ciencia ficción, el drama, el thriller (que no "el terror" en el sentido estricto y sobrenatural del término) o la espada y brujería. En la prensa especializada franchute se le dio mucho bombo, y las fotos prometían mogollón. Pero, por supuesto, una vez disponible en los video-clubs Españoles y visionada, el hostiazo fue tremendo. De ahí en adelante Fulci no levantaría cabeza.
"Aenigma" es una mezcla de "Carrie" y "Patrick" con gotas de "Suspiria". La chica tontica e introvertida del colegio para señoritas es blanco de una broma exageradamente cruel que, tras un accidente, la lleva directamente a una camilla en el hospital, donde reposará en coma el resto de la peli dispuesta a vengarse desde el mas allá -sin saber muy bien cómo- de los que la llevaron a ese estado. Las muertes se pretenden impactantes, no por su violencia sino por su surrealismo y absurdismo, pero no cuela.
Hace unas noches atrás, y en un burdo ataque de nostalgia, intenté echar un segundo ojo a otro de los films que Fulci facturó en los inicios de su duradera decadencia, "Murderock", pero no pude con el. Seguidamente recordé "Aenigma", y decidí también darle otra oportunidad convencido de que, por mala que fuera, no podía serlo tanto. Y no, TAN MALA no es... pero le queda cerca. Ambas tienen en común una estética monótona y artificial, unos actores nivel "maniquí", horribles bandas sonoras (¿de dónde sacaría Fulci canciones tan espantosas?), gore bajo mínimos (desde luego nada remotamente próximo a sus mejores tiempos) y la habitual ausencia de ritmo que en este caso, y a falta de sangre y tripas, se torna insoportable.
Lo único divertido de "Aenigma" consiste en descubrir con qué posters las escolapias protagonistas adornan sus dormitorios: Tom Cruise en "Top Gun", Sylvester Stallone en "Rocky 3", Christopher Lambert o "Yoda". ¡Vaya tela!.