Robert C. Hughes había dirigido el mediocre "survival" video-clubero "La sangre del cazador" y, pasados dos años, se puso a los mandos de esta cosilla que algunos califican de "slasher". Yo no lo veo tan claro, para mi se trata de otro "survival" en la carrera del Sr.Hughes, quien hizo dos pelis más y desapareció. Desde entonces, nadie le ha llorado.
Los campistas de un parque silvestre son atacados y asesinados por un especie de troglodita demenciado que, encima, guarda alguna clase de parentesco con uno de los responsables del emplazamiento.
¿Cual es el mayor problema de "Masacre en Memorial Valley"?, pues su año de producción, 1988. Estaban a punto de llegar los temibles 90, y el cine de terror entraba en crisis, la misma que lo mantendría casi una década entera en estado de "sosería congénita". Esto se agravaba si la peli en cuestión tenía campistas y asesinos con hacha en su trama. Habíamos dejado atrás la crudeza y la mala leche, para adentrarnos en terrenos casi telefílmicos. Algo de lo que hace mucha gala la peli de Robert C. Hughes. Muy light, muy sosa, muy tonta, con un look demasiado nítido (características estas también presentes en "La sangre del cazador"), humor inoportuno y sin gracia alguna, música irritante y plagada de personajes desagradables y estúpidos (luego pretenden que sintamos empatía con ellos cuando arranca la "masacre"... lo llevan claro), incluído aquí un asesino totalmente anticarismático. Los últimos 20 minutos los vi tirando del socorrido "fast forward".
Por ahí pululan Cameron Mitchell y William Smith, más perdidos que un hijoputa el día del padre.