De siempre he sido un fan acérrimo de los hermanos Belushi. Antes de James que de John. Y lo cierto es que James gozó de gran popularidad, al menos durante un periodo de cinco años, del 87 al 92. Y al año siguiente comenzó su declive, relegada la estrella a la televisión y a producciones de poca monta que no consiguieron distribución comercial, como el caso de la película que nos ocupa.
Curiosamente, mi interés por el actor desapareció justo en la época de su declive. Cosas de la adolescencia. Pero más tarde, lo recupero, justo cuando más difícil es encontrar por ahí las películas y/o telefilmes de su periodo más negro.
En cuanto a “Las dos caras del asesino” – “Angel´s Dance” en su versión original- la opinión que otro amigo mío, tan fan de Belushi como yo, era bastante mala. Me espetó un literal “Es malísima”, que no me extrañó en absoluto. Así que con ánimos de “la pongo un rato y si no me gusta la quito”, me dispuse a verla. Y me encantó.
La mafia, para agradecerle a un individuo que encajara una bala destinada a un miembro de la familia, envía a este tipo a ver a su sicario particular, Steve “La Rosa” Rosellini, un tipo pulcro en sus asesinatos, implacable e impecable, para que sea adiestrado por el.
Durante su aprendizaje, eligen al azar una víctima inocente, así que, lanzando un puñal a una guía telefónica, asesinara de primeras a quien haya salido marcado en la guía. La victima resulta ser una maquilladora de cadáveres de la funeraria, algo desquiciada, que no será tan fácil de matar como en un principio parece.
La película es pequeñita, de una factura muy pobre, que suponiéndose de acción carece de ella, carece de disparos, y de efectismos, e incluso de tempo anda tambaleándose, sin embargo es una trama muy curiosa en cuyo desenlace logra alcanzar altas cotas de delirio.
Pero el 90% de la película, es James Belushi. Sin el, no hay película. Y ustedes dirán: “Será el Belushi serio, el de “El rector” o el de “La marca del asesino””, pero curiosamente, y a pesar de la seriedad de la trama, se trata del James Belushi de “Millonario al instante” o el de “Super agente K-9”. O sea, James Belushi haciendo de si mismo, haciendo, también, de Señor Miyagi, haciendo chistes, y mas preocupado por mostrar el muestrario de camisas Hawaiianas o su panza al viento, que de hacer una interpretación creíble. O sea, que en absoluto te crees que Belushi sea el asesino más implacable de la Mafia. Pero, eso es precisamente lo que convierte esta película en una rareza, que por otro lado, funciona. El entretenimiento queda patente en ese amasijo de conversaciones, situaciones absurdas, e incluso momentos de vergüenza ajena. Ya digo que el final, es para llevarse las manos a la cabeza.
Junto a Belushi, otra “loser” como es Sheryl Linn, que gozó también de mucha popularidad gracias a la serie “Twin Peaks” y a películas como “Corazón Salvaje”.
En las labores de dirección, David L. Corley, sin una carrera como director conocida, y guionista de otra obra maestra del absurdo como es “Solo, el destructor”
Mucho mejor de lo que parece.