Tercera película del tándem fascio Vizcaíno Casas y Rafael Gil, que cierra la trilogía más granada del cine facha junto a “Y al tercer año… resucitó” e “Hijos de papá” y que en clave de comedia, critica a los “Chaqueteros” que se pasaron de la falange española al partido comunista con el paso de los años, con el fin de no perder su estatus en el poder. De hecho, la película (y supongo, la novela en que se basa) no se plantea ni por lo más mínimo, un cambio de chaqueta por convicciones. Pero no es ya que ni se lo planteé… ¡Es que ni lo tolera!.
Manuel Vivar, es un alto mando del régimen Franquista, que se dedica a cumplir ordenes y a apoyar a Hitler en su cruzada. Cuando los nazis pierden la guerra, reniega del tercer reich, y se pasa a la corriente política mayoritaria, y así sucesivamente hasta llegar a los años ochenta y acabar liderando el partido comunista, mientras en un alarde de hipocresía, mantiene sus empresas, sus lujosos coches y su enorme casa. Todo ello entres situaciones supuestamente cómicas.
Independientemente de la ideología que profesan estas películas dirigidas por Rafael Gil, he de confesar que a mí me hace mucha gracia que estos films sean tan abiertamente fachas, y la naturalidad con la que exponen ciertos temas. Sin ir más lejos, al final de esta película, durante los créditos, y por si no nos había quedado claro, suena una burlona y discotequera canción que arremete contra los “Chaqueteros” de la forma más agresiva. Por lo demás, gags fascistas poco afortunados en un producto bien rodado, ingenuo y hasta entretenido en cierto modo, porque te tienes que acabar riendo en según que momentos, que son justo en los que los que el director no pretende que el público se ría.
Lo irónico de todo esto, es que durante la transición, había libertad a la hora de hacer una película, incluso una de una temática tan deleznable como esta. Se hacía, y se estrenaba, y que el publico eligiera verla o no, era su problema.
Sin embargo en los tiempos que corren, que somos tan modernos y se aboga tanto por la libertad, sería imposible que se diera luz verde a una película como esta, es más, sería perseguida y condenada.
Sin más politiqueo, decir que en la película aparecen José Luis López Vázquez, cuyo físico parece concebido para hacer de fascista, Manuel Codeso, Antonio Garisa, Charo López, Agustín González, y Emilio Gutiérrez Caba, que es su afán por querer ser el Al Pacino español, como ya dije en esta reseña, interpreta a un falangista de muy firmes convicciones.
Rafael Gil rodaría después dos películas más “Las autonosuyas” y “Las Alegres chicas de Colsada”, y poco después moriría, dejando un basto legado de películas de temática fascistoide, o alejándose de la política, de corte popular.