Extraño y corto comic que sin mostrar nada explicito, puede
llegar a ofender al lector. Sam Humphreis es el guionista y Steven Sanders el
dibujante. Del primero ha salido esta loca historia, del segundo los dibujos que
me recuerdan a una mezcla entre Romita Jr. y Steve Dillon, sobre todo en el
protagonista de la historia, con esa mandíbula cuadrada.
Esta historia corta se desarrolla en un futuro entre el
cercano y el lejano, y es que al inicio
del comic indica, “5 años después de la vacuna del Sida….” Claro, esto no tiene
visos de ser el año que viene, pero tampoco dentro de 80 años (esperemos que
antes) y la sociedad del comic no se ve que tengan coches voladores ni nada
excesivamente futurista, salvo lo que se refiere a las orientaciones sexuales,
que eso además de futurista es lo que puede llegar a ofender. Todos nos las
damos de tolerantes (bueno, todos no) pero en general a casi todo el mundo (de
bien) le sudan los cojones con quien se acueste otra persona, pero lo que este
comic plantea van tan lejos (y a la vez no tanto) que no solo ofende, sino que
da hasta asco pensar que una sociedad fuese así. Pero no quiero seguir alimentando
el misterio, el argumento es el siguiente, Jok es un policía antidisturbios que
nada más empezar la historia ya está repartiendo leña en una manifestación de vegesexuales.
Estos son personas que mantienen relaciones sexuales con plantas modificadas genéticamente
y a las que exponen a drogas extrañas. No sabemos porque se manifiestan, pero
da igual, Jok mete leña. En la manifa, ve a una joven parada de pie en la acera,
Jok se le acerca para si es necesario disolverla, pero la joven, llamada Brin
le dice que ella no tiene nada que ver con los altercados y que además es mineralsexual
(sexo con cristales a través de la meditación) por lo que ocurra en ese momento
ni le va ni le viene. Jok siente asco tanto por los vegesexuales como por los
mineralsexuales, pero se enorgullece de ser zoosexual y de la perra que le
espera en casa. Este es el punto que me ofendió, el del sexo con animales. En
esta sociedad estas conductas están al orden del día y no escandalizan a nadie,
pero sinceramente lo de los animales a mi sí que me ofendió un poco. Cuando Jok
lo dice en el comic, se justifica diciendo que su perra es un mamífero como él
y que el amor que se tienen es real, pero que con una planta o con un mineral
no tiene sentido. De todas formas Jok no puede quitarse a Brin de la cabeza, así
que con la excusa de que necesita su declaración de los hechos de la manifestación
acude a su casa. Allí Jok se lanza y besa a Brin, quien le confiesa que es un
hombre y que aunque puede sentir alguna atracción por Jok ella/el es mineralexual,
así que no tienen nada que hacer juntos. Jok se siente deprimido, ni siquiera
su perra le levanta el ánimo, pero en la siguiente manifestación vegesexual
vuelve a encontrarse con Brin, y entonces todo el mundo de Jok cambiara.
Reseño este comic porque el guionista, Sam Humphreis,
consigue lo que se propone, que es escandalizar al lector, al menos conmigo lo
ha hecho. Es una provocación a lo políticamente correcto, lo que me parece muy
bien, pero que no acaba de gustarme. Es entonces cuando me doy cuenta de que
soy tolerante hasta cierto punto, y el de los animales es uno por el que no
paso. Así que si, el comic ha funcionado conmigo y aunque nunca se lo enseñare
a mi hija (la contraportada pide que por favor se esconda este comic a los
niños) creo que como mínimo se merecía aparecer en este santo blog.