No confundir esta película con “Los placeres ocultos” de Eloy de la Iglesia, nada tiene que ver ni en formas ni en maneras, entre otras cosas porque De la Iglesia era un gran director y René Cardona Jr., director de esta, un auténtico manazas.
Eso si, Cardona Jr. le daba a los géneros que daba gusto, rodando cualquiera de ellos sin tapujos y a por el dinerito de los espectadores, que eso se le daba muy bien. No obstante, esta “Los placeres ocultos” no deja de ser una rareza dentro de la filmografía del director, que sin salirse de los parámetros del cine fantástico, si que juguetea un poco con el rollo artie, que en otros títulos no asoma ni de pasada.
Así, comienza la película con una larga escena de ¡22 minutos! En la que un individuo ataviado con careta de carnaval y peluca rubia, se cuela en un coche, haciendo que su atractiva y madurita propietaria lo conduzca hasta un descampado, a punta de navaja.
Una vez allí, la ata de manera extraña y no para de decirle guarrerías hasta que le da media vuelta y la sodomiza. Pronto descubriremos que se trata de una Psiquiatra que gusta de hacer este tipo de jueguecitos erótico-perversos con uno de sus pacientes. El resto de la película es una sucesión de estas peligrosas prácticas sexuales, sin que apenas veamos un seno y con los dos únicos protagonistas diciendo y haciendo cosas raras. Hasta que da el típico giro argumental volviendo las cosas del revés.
Bien, no es ni de lejos lo peor de Cardona Jr., es su película más visual, y si no fuera por su condición de artesano, diría que la más personal. De hecho, siendo un pelín rebuscado, diría que la película introduce elementos que el director ha mamado de cosas como “Arrebato” de Iván Zulueta, visualmente hablando (Todo el rollito del tipo masturbándose ante la cámara de vídeo mientras el espectador es testigo de estas imágenes en la pantalla de televisor, que es filmada) y de todos estos directores medio underground de los setenta. Por otro lado, la estética de la escena más impactante, que es la anteriormente mentada del principio, está claramente influenciada por el “Slasher”, de hecho, es que en un principio es lo que parece, hasta que nos damos cuenta de por donde van los tiros.
Por otro lado, la película se adelantó como tres años a “Instinto Básico”, en el sentido de que nos presenta las practicas sexuales de una pareja disfuncional como lo hiciera la de Verhoeven. Pero todo ello con el tufillo desfasado y pobretón que desprenden todos los productos Mexicanos de la época, que hacen que haya muchísimos momentos de humor involuntario. Ahora, estética y visualmente, la película gana muchos enteros, y no es la típica gilipollez a la que nos tiene acostumbrados el segundo de los Cardona.
Lenta y aburrida… para los que disfrutan de las películas lentas y aburridas, entre los cuales (y según cuales películas) me incluyo.