martes, 30 de abril de 2013

CINES DE MADRID

Cualquiera que me conozca, estará harto de escucharme hablar de los cines de mi niñez, aquellos locales de exhibición en los que adquirí mi educación y que forjaron mi personalidad. Cuando me sale la vena nostálgica, más que los programas de la tele o los tebeos de la época – que también- son los cines a los que iba los que logran hacer que suspire de añoranza. Siempre he hablado de los locales que había en Alcorcón, localidad esta, en la que tan solo quedan unas multi-salas a las afueras. No queda ni un cine. Valderas, Pachon, Estoril, Multisalas Septimo Arte, y, sobretodo, Benares, son nombres de cines que salen siempre a relucir en las conversaciones que de vez en cuando se tienen con los amigos de aquellas de “yo me acuerdo de esta película, que fui a verla a...”
Añadan a esto, mi interés por estos locales a raíz de mi profesión – ya extinta también- como proyeccionista, que es también un plus a la hora de amar estos recintos.
Por eso, en cuanto supe de la existencia de este libro, cuyo tema central son los cines de la capital, supe que tenía que hacerme con el. Sin saber mucho más, tan solo que se hablaba de estos cines, que si no me tocan tan de cerca como estos que he nombrado de la localidad en la que me crié, si que me tocan de forma directa al ser los cines dónde mis padres me llevaban cuando había ese estreno incontestable que había que ir, obligadamente, a verlo “a Madrid”, siendo yo un infante, o re-descubriendolos en la adolescencia, cuando ya me permitían mis progenitores coger solo el transporte público en la adolescencia.
Pero centrémonos en el libro que nos atañe, este “Cines de Madrid”.
Escrito (y fenomenalmente documentado) por David Miguel Sánchez Fernández, en realidad es un libro de arquitectura destinado, probablemente, más a arquitectos que a cinéfilos en cuanto que el grueso de su contenido, son detalladas descripciones de los muros, interiores y decoraciones de estos, en muchos casos, centenarios lugares, que aunque muy pocos continúan en pie funcionando, prácticamente ninguno permanece intacto como el primer día. Sin embargo, bien nutrido de fotografías e información gráfica, y que si ocurrió en algún momento algún hecho histórico dentro (o fuera) de los muros de aquellos cines, Sánchez Fernández nos lo cuenta de forma muy directa, y no deja de ser un libro muy interesante, aunque, como es mi caso no nos interese en ningún momento la arquitectura, y , confieso, pasemos largos párrafos dedicados a ese arte.
Sin embargo, datos como fechas de apertura, títulos de las películas en las respectivas aperturas y clausuras de los cines, así como fotos comparativas de como eran esos cines en su momento, y como permanecen en la actualidad, personalmente, me la ponen muy gorda. Por no hablarles de esas fotografías ochenteras en las que vemos las grandes marquesinas que anuncian cosas como, por ejemplo, “Tiburon 3”.
Así que, fuere como fuere, un libro altamente recomendable, que además, si no se es un completo lerdo como yo, y se tiene la sensibilidad suficiente para apreciar esos cines como las grandes obras arquitectónicas que son, intuyo que el trabajo del autor, es poco más que una obra maestra.

lunes, 29 de abril de 2013

IRON MAN 3

El sábado cuando salí del cine le comente a Víctor y Naxo que ya había visto la película, y que para hoy tendría la reseña. Naxo me pregunto si esta tercera parte era mejor que la segunda, y no pude decirle directamente que sí, porque esta es la película menos de superhéroes de Iron Man de las 3. Tampoco es la película oscura que querían hacernos creer que era, ni un thriller político ni nada de lo que durante la promoción nos contaron. Y es que esta película es bastante tramposa. Para no teneros en ascuas ¿Es entretenida? Sí, mucho ¿Es mejor que la 2? Creo que si,  al ser un cierre de trilogía, tiene detalles que la hacen más redonda.

No se puede contar mucho de la trama ni de sus mejores momentos sin soltar ciertos spoilers, así que no contare mucho de la misma, solo lo más simple para nos destrozaros su visionado. La película es continuista al 100%, los eventos de New York ocurridos durante Los Vengadores, han hecho mella en la mente de Tony Stark. Se siente superado por no ser más que un hombre en una armadura, y por ello se ha recluido en su casa haciendo nuevas armaduras y nuevos complementos para las mismas. Al inicio vemos como Tony prepara la tecnología necesaria para que su armadura acuda hasta el, este donde este. En cuanto a su vida personal, ahora comparte casa y lecho junto a su amada Peper Potts, quien está un poco hasta el moño del aislamiento de Tony en el sótano del hogar. Pero fuera el mundo no se ha parado, un peligroso terrorista internacional, El Mandarín, amenaza a todos los EEUU con darles ciertas lecciones, lecciones que van acompañadas de bombas. En uno de los incidentes, sale herido de gravedad Happy Hogan (Jon Favreau) antiguo guardaespaldas de Tony quien actualmente está encargado de la seguridad de Peper y la empresa de su amigo Tony. Stark que es un poco bocachancla, arremete contra el Mandarín frente a un montón de periodistas, promete que va a acabar con el e incluso le invita a que le ataque dando su dirección en directo para todo el mundo. El Mandarín no se hará esperar y destroza la vivienda de Stark en una secuencia con mucha cámara lenta y muchos cascotes volando de un lado para otro.

Ahora Tony esta desaparecido y presuntamente muerto, aprovechando esta situación, se pone a investigar la relación entre los atentados del Mandarín, pero la ansiedad que tiene por lo ocurrido en Los Vengadores, entorpecerán su labor en un par de ocasiones. No sin saber sobreponerse a ella y avanzando en la dirección correcta, ya que esto es una película de superhéroes y tal, y no hay nada más heroico que el sobreponerse a una situación adversa que viene de nuestro propio interior. Sobre los villanos no quiero pronunciarme para no destrozaros las sorpresas, pero solo diré que Ben Kingsley es un gran gran actor, y que su papel aunque desaprovechado, dará mucho de qué hablar (si para bien o para mal, es algo que ya se verá) También cuenta la película con un par de cameos, como Yinsen, el doctor que ayuda a Tony en la cueva de la primera película, o el ya esperado paseíllo por la pantalla de Stan Lee.

Acción sin agobiar, en el primer tramo del filme no hay mucha, se reserva mas para la parte final, y mucho humor, eso es lo que encontramos en Iron Man 3. En cuanto a la adaptación del comic en el que se basa la historia, Extremis, como que no, que la cosa no tiene mucho que ver, pero es que ya lo hemos dicho varias veces, el universo Marvel del cine y los comics es distinto. Lastima para ti si penabas que ibas a ver lo mismo que en el papel.

Al ser el cierre de la trilogía de Iron Man, su final es casi crepuscular, y casi da la sensación de que no habrá más Iron Man. Podría parecer que Marvel pone el primer clavo de su propio ataúd, pero por ello creo, que al final de los créditos aparecen unas letras que rezan “Tony Stark volverá”, atención que dice Tony Stark, no habla de Iron Man. Peeeeero como ya sabréis hay una escena postcreditos, y en ella Tony se ratifica como el héroe enlatado con su ya famosa frase “Yo soy Iron Man”, así que me da que hay Marvel Studios para largo.

SATANÁS, EL REFLEJO DEL MAL

Nos reencontramos con un ya viejo conocido de este blog, Ulli Lommel (pica en el nombre si quieres ponerte al día de sus pseudo-logros), para hablar de la que probablemente sea una de sus películas más populares y, ya puestos, su primer film de género puro, sin aparentes -solo aparentes- deslices artísticos.
Estamos en 1979/80, tenemos poca guita y pocas ganas de currar, pero muchas de amasar pasta, 
¿cual es el género ideal?... pues ea, hagamos una de terror y plagiemos algunos títulos estandarte... ya lo justificaremos luego con la coletilla habitual de: "Yo tuve la idea antes, pero no disponía de dinero y por eso los otros se me adelantaron (y lo hicieron mal, claro). De todos modos, mi película no es de terror, es un thriller psicológico con ribetes vanguardistas inspirado en Bergman, Kurosawa y la madre que los parió". Vamos, Ulli, confiesa que eso es lo que pasó por tu germana mente!.
Es de noche. Suena una música minimalista y repetitiva, la cámara hace lo que los listos llaman "paneo" y se centra en la típica casita blanca de suburbio americano. Dentro, una pareja se está poniendo caliente cuando, de pronto, se dan cuenta de que dos niños (los hijos de ella) están en plan mirón. Así que el amante coge al varón y, pa que no moleste, lo ata a la cama. La hija, más joven, agarra un cuchillo y le corta las cuerdas. El chaval, ya puestos, aprovecha la ocasión para asesinar al hombre con la misma blanca arma (previo paseo en cámara subjetiva hasta el nido de los amantes). Todo ello presenciado por un espejo que hay en el dormitorio. Y sí, esta notoria introducción bebe mucho, muy descarada y sobre todo sonoramente de "La noche de Halloween". Me gustaría saber cual es aquí la justificación de Lommel, porque de verdad que el elemento imitador es tan obvio que incluso parece desafiante (incluido el título, ya que en el primer "Halloween" se referían a "Michael Myers" como "boogeyman" -el  hombre del saco, por así decirlo-).
Pasan dos décadas. Ahora la niña es una mamá super-happy (interpretada por Suzanna Love, eposa del director en aquella época). El hermano, es decir, el culpable del crimen, vive con ella y, claro, se ha vuelto rarito y no habla. Juntos y revueltos ocupan una casa campestre cuya fachada se parece mogollón a la de "Amityville". Un día reciben una carta de la madre de ambos pidiéndoles que vayan a verla, lo que desencadenará los infiernos. La mujer va con su esposo hasta la casa (donde no está la madre... de hecho, esta ni tan siquiera aparece en lo que queda de película) y cuando entra en el dormitorio donde ocurrió el crimen, descubre el reflejo del amante asesinado en el espejo maldito, así que lo rompe. Mal hecho, al hacerlo ha liberado al mal (es decir, ¿era el amante de su madre el mismísimo Satanás?).
Llegan a la casa en plan "Amityville" con los cachos del espejo roto bajo el brazo, y comienzan las muertes... la mayoría de ellas altamente risibles y ridículas, pero medianamente sangrientas (atención al chaval que asoma por la ventana). Total, que en el desenlace a la prota se le pegará un cacho de cristal en el ojo (??) y se volverá un demonio capaz de levitar y lanzar destellos cegadores. El cura amigo de la familia logrará pararle los pies a base de sacrificio y sobreactuación (otra vez como en "Amityville") y todo terminará bien, salvo por el detalle que dejará la puerta abierta a varias secuelas, que las hubo. La segunda es tremenda, la tercera no la he visto y la cuarta está en proyecto y se titulará muy graciosamente "The Boogeyman 4D". O eso dice Ulli Lommel.
En fin, ¿qué decir?, pues que "Satanás, el reflejo del mal" fue una de mis sonoras decepciones adolescentes (de hecho, la conservaba en su VHS original y terminé regalándola) y motivo de que dejara de seguir la carrera del cineasta alemán. Vista ayer noche, puedo decir que sí, es rara y algo confusa e incoherente (cosa que generalmente no me molesta nada, salvo por las patéticas argumentaciones pseudo-artísticas que luego suelta el director), pero no es la mega-mierda que luego Lommel sí ha defecado (tipo "Zombie Nation", sin ir más lejos, que de tan espantosa ni siquiera reseñaré), es una cosa sosa, plana, aburrida, anodina y totalmente prescindible en la que, por cierto, sale John Carradine haciendo de psiquiatra.

viernes, 26 de abril de 2013

GUEST

La idea de partida, me parece formidable: Un director de cine, invitado a diversos festivales para presentar su película, graba  con su video cámara todo lo que pasa, más fuera, que dentro de los festivales, dando como resultado un video-diario de dos horas de duración. Algo barato de hacer, interesante de ver, e intenso en su conjunto.
Graba las palomas, las puestas de sol, las gentes de las calles. Según el país, incluso manifestaciones de protestas por las situaciones políticas de los susodichos.
En definitiva, una pequeña maravilla del vídeo domestico. Pero con un gran problema: Su director.
Porque en el montaje final, lejos de ceñirse a las imágenes bonitas, curiosas o divertidas, sin más, incluso a sus momentos festivaleros, se tira por la profundidad, lo poético y lo político, y todas esas cosas que “deben interesar” al mundo de la cultura.
José Luis Guerín hace una película barata. Pero no puede hacer una película barata sin más, no. Tiene que justificarse, añadiendo a cada uno de los planos que hace, una actitud del todo pedante. Porque una película como “Guest”, obviamente la puede hacer cualquiera con unas nociones mínimas, y eso no puede ser. Así que opto por imprimirlo todo de trascendencia y conciencia social.
Y luego detecto, cuando hace preguntas a la gente de los países de Sudamérica dónde se exhibe el film que presenta, cierto sensacionalismo, otra vez, camuflado de todo eso que les cuento arriba. Se entrevista a gente pobre, con preguntas sencillas, como para ponerse al nivel de la gente a la que entrevista, buscando el morbo… pero siendo Guerín, que no se vea el morbo… es concienciar socialmente.
Pero el público sencillo de este país, no demanda video-diarios; lo demanda el gafapastil de cuello de cisne y “guía del ocio” bajo el brazo, así pues, todo ello tiene una coherencia.
Sería maravilloso ver trabajos así despojados de todo ese halo cultureta e impostadamente intelectual. A mí me gusta el cine de género, los tebeos, las macarradas, pero también el cine distinto y la vanguardia, y me gustaría poder ver algo similar, solo que sin las ínfulas. Pero, me temo, el público así, debemos ser una rara avis. Para estos, gracias a dios, pronto se podrá disfrutar de “A ritmo de Jess”, docu-corto sobre el rodaje de “Al Pereira vs.Alligator Ladies” a cargo de Naxo Fiol, que vendría a ser el equivalente a un “Guest”, pero llevado por el camino que deberían llevar este tipo de productos.
Tras la chupada de polla a mi amigo, y tras expulsar todo el odio, diré que “Guest” tiene momentos preciosos, visualmente estimulantes, todo ello montado con brío, aunque quizás la duración es excesiva para un producto de estas características.
Mención especial para el momento, en el que Guerín se encuentra con el cineasta Underground Jonas Mekas, y tras soltar su pedanterías, que el abuelete no anda exento de ellas, le dice a Guerín algo parecido a “Muy bien chavalote, te has aprendido muy bien la lección”.
También podemos ver por ahí a Spike Lee, que camina hacia algún lugar, en algún festival en el que coincidió con el director de la película.
Odios a parte, se trata de una película agradablemente experimental, incluso disfrutable en su totalidad.

jueves, 25 de abril de 2013

A SCANNER DARKLY


Esta película está grabada con los actores y luego dibujada encima, esta técnica se llama rotoscopia, y el director Richard Linklater ya la utilizo en Waking Life (que no he visto) Esta técnica hace muy sencillo representar las alucinaciones causadas por las drogas y los trajes cambiantes de la policía secreta en pantalla. Probablemente con ordenador se podría hacer igual de bien, y puede que hasta más barato (eso no lo sé) pero lo cierto es que da a la película de un look de lo más atrayente. El guion es una adaptación de la obra de Philip K. Dick “Una mirada a la oscuridad”

Bob Arctor (Keanu Reeves) es un policía secreta cuya misión es descubrir al narcotraficante que está moviendo en las calles la droga llamada M (de Muerte, en ingles es D de Death) . Para ello Bob se mezcla con unos drogadictos amigos suyos, inunda la casa en la que viven de cámaras ocultas y se pasa el día charlando y drogándose, para luego ir a su despacho y revisar todos los videos intentando encontrar la evidencia que le marque el siguiente paso. El problema de Bob es que la droga D vuelve esquizofrénicos a sus consumidores, y el tiene que consumir para pasar desapercibido. Es tanto lo que consume que empieza a notar los efectos de la enfermedad mental, siendo incapaz de discernir que es real y que no.  Incluso empezara a pensar que el mismo es el importante narcotraficante.

La película tiene un ritmo lento, pero no por ello se hace aburrida. Las escenas en las que aparece Robert Downing Jr., que interpreta a uno de los amigos drogadictos, son para partirse la caja, ya que su personaje está muy tocado de la cabeza. Hay un momento que otro de los amigos se atraganta y cae al suelo desplomado, entonces el personaje de Downing Jr. en vez de socorrerlo se queda mirando como su amigo intenta sobrevivir. Ahí vemos que este tio es un poco cabrón, por no decir un hijodeperra de cuidado, pero aun así es un tipo simpático para el espectador, o al menos para mí. Ronda también por allí Winona Ryder interpretando a la novieta de Bob, otra drogadicta, que además de sacarle la droga que quiere a su novio, no le deja que la toque porque según ella consume demasiada cocaína y no quiere dejarse llevar.

La historia cuenta con giro de guion final que explica todo, y vemos lo que están dispuestos a hacer los superiores de Bob para que su operación tenga éxito. En cuanto a los trajes cambiantes que comentaba al principio, la policía secreta es tan secreta que ni entre ellos mismos se conocen, ya que siempre que están de “oficio” llevan puestos unos trajes de cuerpo entero que muestran tanto rasgos como ropas cambiantes constantemente, de forma que no se pueda identificar a la persona que lo lleva puesto. Esto junto con las drogas, es lo que hacen que merezca la pena usar la rotoscopia en el filme.

Ciencia ficción con algo de denuncia social al sistema. No está nada mal, pero habrá a quien se le puede atragantar, no fue mí caso, que ya la he visto tres veces.

miércoles, 24 de abril de 2013

DEMONS

Dudaba si reseñar esta película, clásica del horror italiano dónde las haya, porque ¿Qué voy a decir nuevo de una película ya de sobras conocida por todos?
Sin embargo en este ultimo visionado, ya en una edad en la que el entusiasmo por los efectos gore (solo por el hecho de que sean gore) y demás parafernalias desaparece, me hace ser más subjetivo, e incluso, más justo a la hora de valorar la –sobrevalorada- película.
Y es que la película más famosa del hijo de Mario Bava, Lamberto Bava (cuya incapacidad profesional queda más que patente en esa pedazo de mierda que es “Disturbios en el cementerio”) y producida por Dario Argento, es un producto de total entretenimiento, pero está muy lejos de ser una buena película. Está fatalmente dirigida, discretamente montada y la fotografía es espantosa. Motivos estos, por otro lado, que son un punto a su favor.
Ya saben la historia. Un individuo con media cara de aluminio, va repartiendo localidades para un nuevo cine, el  “Metropol”, donde se proyectará una película de terror. Los acontecimientos que ocurren en pantalla se irán trasladando  a la realidad de los espectadores, llenándose el cine de poseídos que Irán dando cuenta de los vivos que tratan de escapar del cine.
Así, a bote pronto, se me ocurren dos títulos de los que “Demons” mama, si no plagia descaradamente en según que momentos: “Zombi” y “Posesión Infernal”.
Similitudes a un lado, he de decir que la gracia de la película, lo que la convierte en un clásico incuestionable, serían, únicamente, su gore y su artesanía. El recital de sangre, desmembramientos y sustancias verdes, es descomunal y súper divertido.
Por lo demás, se trata de una película a la que el tiempo ha jugado una mala pasada; se la ve más cutre que hace unos años, sin embargo, la velocidad a la que ocurre todo, impide que nos aburramos. Así que sí, es disfrutable. O al menos, aún con todas sus carencias y chapuzas, no seré yo el que diga que “Demons” es una mierda de película. ¿Sobrevalorada? Muchísimo, pero hay películas de la época mil veces peores.
La siguieron una secuela oficial, esta sí, mala de solemnidad, y un montón de imitaciones y secuelas bastardas, que le confieren un lugar de honor en el género.

martes, 23 de abril de 2013

Y EN SANT JORDI, QUE NO FALTE "MALAS PERO DIVERTIDAS" (Y SUS AGRADECIDOS POSEEDORES)



Si viven ustedes en tierras catalanas (como yo), sabrán perfectamente que hoy es el día del libro, Sant Jordi, así que esta foto del Sr.Newzombie nos viene ni que pintada para recordarles a todos que nuestro librito "Malas pero divertidas" sería un presente (o un auto-presente) estupendo tal día como hoy. Venga, no nos sean vagos, cómprenlo y regalenselo a sus parejas, familiares y/o amigos. Lo agradecerán... o les meterán una coz en el bajo vientre.... pero no se quedarán indiferentes. Eso fijo.
De paso, dar las gracias al autor de la imagen, no solo por tener el libro en sus estanterías, también por la foto y por el buen gusto de la decoración, destacando esos dos VHSs de esas dos anti-joyas, ambas maravillosas (las caratulas... las pelis también, pero de otra manera).
Recuerden: "Malas pero divertidas" (Raima Ediciones)!!!. Y feliz Sant Jordi.

lunes, 22 de abril de 2013

MIS DETECTIVES FAVORITOS

Para hablar de "Mis detectives favoritos", antes hay que hacerlo de "Un cadáver a los postres". ¿Recuerdan aquella estupenda comedia guionizada por el prestigioso Neil Simon en la que diversas parodias de afamados detectives novelescos (interpretadas por notables figuras en lo suyo) se reúnen en una mansión para descubrir el asesinato orquestrado por un operístico criminal?. Pues bien, al macro-productor televisivo Aaron Spelling debió de gustarle tanto que pensó que sería un puntazo trasladar el concepto a su terreno (la caja tonta), cambiando a los detectives novelescos por los detectives (y policías) catódicos que triunfaban en aquellos tiempos. ¿Y qué tiempos eran aquellos?, finales de los 70. Así pues, lo que aquí tenemos son versiones coñeras de "Kojack", "Starsky & Hutch", "Colombo", "Baretta", "Mc Cloud", "Ironside" y la menos conocida "Suzanne 'Pepper' Anderson" alias "La mujer policía", todos ellos juntos y revueltos para cazar a otro criminal de operístico aspecto llamado "El hombre de blanco" y que intenta eliminarles uno por uno.
Cuando, buscando información sobre "Un cadáver a los postres", llegué a "Mis detectives favoritos" (en USA, "Murder can hurt you!" -"El asesinato puede dañarle!"-. Incluso en eso el parecido con "Un cadáver a los postres" -"Murder by death"- resulta descarado), me vino a la memoria la ocasión en la que, cursando estudios primarios, un amigo me habló de ella. Era la típica charla entusiasta y pre-cinéfaga a la que dedicabas tus horas de patio. ¡¡Que excitante concepto!!. Sin embargo, en la época nunca di con ella, y la olvidé. Que lástima... que lástima que la recordara, la buscara y la encontrara. Pero mucho peor que la viera. Una pena que no se quedara aletargada en mi cansado cerebelo.
Así pues, lo que aquí tenemos es una comedia... que no hace ni puñetera gracia. En realidad, únicamente me reí a gusto con UN gag. El resto del tiempo lo pasé con cara de lelo mirando la pantalla (la cara que tengo habitualmente, vamos) y sin esputar ni una sonrisa. Claro, es que "Mis detectives favoritos" es un telefilm... y uno del año 1980.... cuando la caja tonta producía su mierda más sosa, plana, edulcorada e insípida. Algo que podría haber incrementado el tono paródico al compartir los típicos tics estéticos de lo que se hacía entonces (como la fotografía sobreiluminada y los fundidos a negro para dar pie a los anuncios)... pero ni por esas. Ojalá todos los parecidos se hubiesen limitado a lo estético. El humor es de lo más blanco e inofensivo. Únicamente el personaje de "Ironside", que va en silla de ruedas, se lleva los chistes más "políticamente incorrectos"... aunque ni tan siquiera ofenderían a Stephen Hawking. Eran otros tiempos. De hecho, al final, y pese a las apariencias, no hay ningún asesinato y todo termina en plan "happy end". Eso sí, es en esta parte de la peli donde la deuda con "Un cadáver a los postres" se acrecenta ya que, a la hora de descubrir al criminal, hay unas cuantas absurdas máscaras de por medio.
El reparto, muy adecuado dado el origen del producto, tiene su guasa: Tal vez, la elección más acertada sea contar con Burt "Paulie en la saga Rocky" Young para parodiar a "Colombo" (aquí "Palumbo"), a quien clava. Jamie Farr, uno de los rostros populares de la serie "M.A.S.H", interpreta a un poco agraciado "Starsky" ("Studsky"), mientras que a su compañero "Hutch" ("Hatch") le da vida John Byner, que recordaba como el mayordomo de la fallida "Transylvania 6-5000" (la idea de unos "Starsky & Huch" feos, desgarbados pero, aún así, con gran éxito entre las féminas, tiene su gracejo, no lo niego). Gavin MacLeod, nada menos que el "Capitán Stubing" de "Vacaciones en el mar", interpreta a un "Kojack" que cambia chupa-chups por piruletas y responde al nombre de "Nojack". Victor Buono, de lustroso curriculum, interpreta a "Ironbottom", la coña de "Ironside". Tony Danza es el "Baretta" de risas, "Lambretta". El cantante country Buck Owens es el "Mc Cloud" de broma, "Mac Skye" ("cloud" se traduce como "nube", mientras que "sky" vendría a ser "cielo", ¡cuanto ingenio!). Connie Stevens es la "Mujer Policía" de mentirijilla y se marca una puya a costa de "Dolly Parton" bastante maja, aunque absolutamente obvia. Y en plan sorpresa, Don Adams narrando el inicio de la peli sin salirse del personaje que le hizo famoso, "Superagente 86".
Por coincidencia  de fechas, hay quien osa situar "Mis detectives favoritos" junto a "Aterriza como puedas" como responsables del "spoof" que a partir de entonces se convirtió en toda una moda... pero nada más falso, el humor del telefilm queda lejos de ser surrealista y delirante, limitándose a cumplir las funciones de su origen telefílmico, y ya saben lo que decían "Pulp" sobre las "tv movies": "bad dialogue, bad acting, no interest. Too long with no story & no sex". Exactamente eso.
Gran decepción. 

sábado, 20 de abril de 2013

LOS VIOLADORES

En mi lista particular de películas “Malas pero divertidas” (libro nuestro en el que Naxo ya dio cuenta de la película), está “Los Violadores”, internacionalmente conocida como “Mad Foxes” (¡¡Zorras Locas!!) Junto a “The Room”, anda a la cabeza de mis favoritas.
Y es que hasta que no salió la edición en dvd de váyase usted a saber que  país Europeo, la película, que no obstante fue lanzada en su momento en vhs en nuestro país, gozaba de un peculiar malditismo e ignotismo que hacía aún mas gozoso su visionado.
Y visionada recientemente, debo decir que su capacidad para sorprender, para dejar al espectador con la boca abierta, permanece vigente.
Y es que perpetrada por los inefables hermanos Balcázar con el fin de obtener unos cuantos dividendos en otros países, la historia no puede tener más mala idea.
Un hedonista llamado Tony Martin (Sosias en aspecto y actitud del Tony Manero de “Fiebre del Sábado noche” al que da vida Josep Gras/Robert O´Neil, protagonista de "Apocalipsis Caníbal"), que vive para el placer, comienza a ser acosado por una banda de moteros, según estos, Rockers de ideología neo-nazi.
Pronto hacen acto de presencia para violar brutalmente a la joven novia del guaperas quien, indignado, acude a pedir ayuda a sus amigos karatekas para darles una paliza, en venganza a esos malvados Rockers. Estos se toman la revancha, asesinando y violando a todo dios que se ponga por delante en su búsqueda de Tony Martin… sin embargo, nunca le destrozan el fardón coche (obviamente, porque no era propiedad de la producción, sino alquilado) que tanta envidia genera entre estos violadores.
El despropósito hecho película, y sin embargo, una soberbia y magistral clase de cómo mantener el ritmo de la acción. Con la duración perfecta, y un montaje dinámico, aún habiendo tropecientas escenas cuyo fin es engordar metraje, es imposible aburrirse con "Los Violadores". Máxime, cuando estos no se andan con remilgos a la hora de hacer sus fechorías. Además, cuenta con uno de los finales más impactantes (y absurdos) de la historia del cine.
Así, llegamos a conocer a la familia de Tony Martin, empatizamos con su madre impedida en una silla de ruedas, lamentándose de su condición, para que en el cenit de la película los violadores entren en esa casa, y se encarguen de sacar las tripas a la criada, clavar unas tijeras de podar al jardinero o masacrar con metralleta a la anciana impedida y a su sexagenario marido.
Verla para creerla.
Curioso resulta el tema de los brazaletes de los Rockers, con esvásticas que aparecen en los interiores, pero que desaparecen cuando las escenas son en exteriores, quedando el circulo en el que van las esvásticas en blanco. Esto puede ser por la prohibición Alemana de exhibir en público dicha simbología, o para no sembrar el pánico en la urbe Barcelonesa.
Otro dato curioso es que en la banda sonora, como utiliza música de CAM, esta es la misma que suena en mogollón de películas de Pajares y Esteso. Una melodía súper reconocible.
Rodada íntegramente en la Ciudad Condal, con actores habituales del porno soft Europeo, la película está dirigida por un tal Paul Gray, en realidad el catalán Pau Grau, que reservándose un papelito como instructor de karate, en su filmografía, tan maldita e ignota como la película de la que es artífice,  cuenta con algunos trabajos como actor, pocos, eso si, algunos como director de producción y tan solo otro, además de “Los Violadores” como autor y director, la comedia erótica “Sechs Schwedinnen auf der Alm”.
Una obra maestra en lo suyo, cuyo halo enrarecido y al borde de la ilegalidad, la convierten en una de las obras españolas más sugestivas de la historia.

viernes, 19 de abril de 2013

LA ADICCIÓN A "MALAS PERO DIVERTIDAS" NO ACABA NUNCA...



Y a ello hay que añadir el dvd de "Noche en el tren del terror", claro.
El amigo/lector BLOW nos manda esta afoto tan bonita, para que veamos que malgasta sus ahorros con nuesas cosas. Y para que la imagen no sea tan ofensiva, cuela un estupendo VHS, lo que nos garantiza que, ante todo, se trata de un señor con BUEN BUSTO.
¡¡Gracias don Blow!!.

"Malas pero divertidas" (Raima Ediciones)

TELEPATÍA DE UN ASESINATO

A estas alturas ya casi resulta cómico que siempre que les hablo de un cineasta específico, sobre todo si arrastra la etiqueta de "serie B", "Z" o terror, salga con aquello de "cuando era ñajo, fui fan suyo". De verdad, no lo hago por quedarme con nadie... lo que pasa es que aquellos eran tiempos tan entusiastas como inocentes y a la que descubría un realizador que, así a lo lejos, podía tildarse de "gran concepto", me emocionaba y me volvía seguidor obsesivo nivel diez. Luego pasaba lo que pasaba, que entre ver sus pelis, leer entrevistas y conocerle mejor, se me terminaba por caer el velo, finiquitando nuestra apasionada relación. El germano Ulli Lommel fue uno de esos individuos.
Visto en la distancia, Lommel pintaba bien jugoso: Alumno del reputado Rainer Werner Fassbinder, destacó a inicios de los 70 con "La ternura de los lobos", polémica -y aburrida- radiografía del psycho-killer real Fritz Haarmann (que inspiró el clásico "M, el vampiro de Düsseldorf" según Fritz Lang). Luego se largó a los USA donde hizo buenas migas con Andy Warhol, para quien rodó dos excéntricas películas, destacando "Blank Generation", un especie de drama-punk con protagonismo de Richard Hell. Y de ahí, al cine de género de segunda división, destacando "Satanás, el reflejo del mal", "Terror en Devonsville" y tantas otras (como la secuela de la primera, "Boogeyman 2", una auténtica ñorda de proporciones épicas perfectamente risible en la que Lommel interpreta a un cineasta de pelis de terror de serie B al que los productores no dejan ser el "auteur" que pretende). Tras unos años casi desaparecido, el cineasta regresa gracias al abaratamiento de la producción cinematográfica (dicho de otro modo, se aferra al vídeo como formato... aunque luego critique lo sobrecargado que va hoy día el mercado... típico temor burgués de perder la exclusividad de lo que básicamente  antes era un medio elitista) y comienza a parir un montón de roña inspirada en asesinos en serie reales que lo único que le ha reportado es, por un lado, polémica (quejas de aquellos que le acusan de explotar trivialmente lo que no dejan de ser hechos reales con víctimas de por medio), y por otro, odio, ya que el 99% de los que las alquilan (o descargan) y consumen, las detestan.
Así, por encima, pinta atractivo el asunto, ¿verdad?, el problema viene cuando descubres que Ulli Lommel es otro de esos gilipollas que, a pesar de vomitar mierda a chorro, van de artistas y se disfrazan en plan excéntrico (es decir, ridículo). Suelta aquello de "Yo no hago pelis de horror, hago cine experimental, lo que pasa es que nadie lo comprende y por eso me odian". Claro, ¿a quién se le ocurre creer que una cosa titulada "Zombie Nation" pueda ser cine de terror?. Lommel encaja en el perfil del papanatas que siempre se mete medallas, que nunca reconoce su mentalidad mercantil y acusa al "otro" (es decir, al bueno y honesto) de ser el copietas o el negado, él jamás (ejemplo: ¡que casualidad que Lommel estrenara su "Zodiac" justo cuando David Fincher lanzaba el suyo!). Sin embargo, lo peor de todo, lo más abominable y que, sin duda, marcó el final de nuesa love story fue leer en una entrevista que el muyayo detestaba el cine de venganzas, de justicieros. Urgh!. Hay muchas cosas que puedo soportar y perdonar, por ESO... ¡NO!. Desde entonces, me interesan tanto las obras de Lommel como el diámetro de los testículos de un palomo cojo. Sin embargo, hace unos días, mi buen amigo Pajarillo me ofreció la posibilidad de ver el VHS de "Telepatía de un asesinato", uno de los títulos del alemán realizados durante su mejor etapa.... o, siendo más específicos, su etapa menos mierdosa. Y yo hay dos cosas a las que no puedo negarme, una es rascarme la huevera, la otra, zamparme una cinta VHS con una peli de corte fantástico (o aledaños) en sus tripas.
La movida se inicia con un asesinato. Matan a una pava chillona, cuyo cadáver termina metido en la nevera de un hospital. Por otro lado, la madre de una familia feliz y dicharachera, sufre un accidente y queda convertida en un vegetal. El médico que la trata le comenta al marido que tienen un plan para salvarla que consiste en reactivar su cerebro mediante hondas mentales de origen electrónico. El pavo dice que palante y tras la operación, la churri poco a poco va regresando a la normalidad. Todo el mundo está super-happy cuando, sí lo han adivinado, comienza a tener visiones... las de la muerta del principio de la peli. Vamos, que las hondas mentales que le metieron en el coco, venían rebotadas de la asesinada y, claro, conserva sus recuerdos. Así pues, una vez entendido y aplicado, ella y el marido (sobre todo el marido) investigarán el asunto y darán con el asesino, que pondrá en jaque sus vidas.
Decía Ulli Lommel que esta es una de sus pelis favoritas, entre otras cosas por su indudable espíritu Hitchcockiano. Algo reafirmado por la presencia de Vera "Psicosis" Miles en un rol secundario junto a Keir Dullea, el prota de "2001: Una odisea en el espacio". Efectiviwonder, Lommel es muy fan tanto del gordo calvo como del Sr.Kubrick. A los mentados hay que sumar la presencia de un perdidísimo Tony Curtis. Uno de los mejores repartos en el cine del germano, sin duda. El resto ya está a la altura de lo habitual, como demuestra el protagonismo de la guapísima Suzanna Love, la fémina que por aquellos tiempos se tragaba la lefa del amigo Ulli (estaban felizmente casados). Entre todo eso, y el acabado más que correcto y resultón de la peli, es comprensivo que el cineasta se sienta tan orgulloso.
Sí amigos, ayer me la puse dispuesto a aburrirme como una ostra... y no, la verdad es que "Telepatía de un asesinato" ("BrainWaves" en USA) funciona a su manera. No es que chorree calidad y suspense, ni mucho menos... pero está visible, ideal para una tarde de aburrimiento, a pesar de contar con una historia de lo más trillada y tópica cuyo precedente fue "Las manos de Orlac" en 1924 (¡gracias Luis!) y que, desde entonces, ha sido copiada infinidad de veces... la del trasplante de origen sospechoso con efectos traumáticos y fines detectivescos. Ya sean manos, pies, corazones, ojos, escrotos u hondas cerebrales... da igual, siempre es lo mismo... solo que en el caso de la versión Lommel, la cosa se salva por los pelos (eso sí, al asesino lo descubrimos en seguida por mucho que intenten marcarse un detalle medianamente ingenioso con un tatuaje que porta y que, a la larga, deviene aquello que le delata).
¿¿Ha afectado de modo positivo todo esto a mi relación con el colega Ulli??... pos no, sigo pensando que es un gilipollas... pero al menos, es un gilipollas con UNA peli resultona... y eso ya es mucho.

miércoles, 17 de abril de 2013

INDIE GAME: THE MOVIE

Este popular documental, que se financio en Kickstarter, trata como su titulo indica del desarrollo de videojuegos independientes. De forma simplista podríamos decir que los videojuegos independientes son los que no cuentan con una distribuidora detrás, que  presione a los desarrolladores ni que les coarte su libertad creativa. Pero como digo esto es una forma muy simple de describirlo, aunque para nada desacertada.

Yo crecí con los videojuegos, siendo muy chaval, no tendría ni 6 años, mis padres compraron una consola clónica de Atari que solo tenía juegos tipo Pong. Pasados unos años mi padre compro mi primer ordenador personal,  fue un MSX, supuestamente para estudiar (juajuajua) luego me hice con un Spectrum, que me regalo un primo mío que ya no usaba porque se había pasado al PC (un 286) Pasaron muchos años hasta que conseguí mi primera consola como dios manda, fue una Master System II. Desgraciadamente la economía hizo que tuviera que saltarme la generación de los 16 bits, por lo que nunca tuve ni Megadrive, ni Super Nintendo, pero si tenía amigos que las tenían, así que sin probarlas no me quede. Luego fue la PlayStation 1 y 2 , la Nintendo 64, La Dreamcast, la GameCube, la Wii, la Xbox 360, y unas cuantas portátiles por ahí (Gameboy color, PSP, DS, DSi y GP32X) Vamos que toda mi adolescencia giro en torno a los videojuegos (y a las películas por supuesto, pero estemos a lo que estamos) Viví la época dorada del software español y su caída, el descalabre de Sega, el nacimiento de la “generación Play” y sus JRPGs, el inicio del juego online en consolas con la Xbox (que no tuve) y que se perfecciono con la Xbox 360 y la PS3, la sobresaturación de Shooters en primera persona, y por último el reinicio de la industria apoyándose en los independientes que distribuyen sus juegos de forma digital, quitándose de un plumazo un par de escalones de este negocio que solo encarecen el producto final. Es decir he vivido casi todas las etapas de esta industria, que para quienes no lo sepan, ya mueve más dinero en todo el mundo que el cine. Incluso he hecho mis pinitos como testeador de juegos para MSX y Spectrum (pero hechos hace unos pocos años, no en su momento) y también tengo en mi haber el guion de un videojuego tipo libro de “Elige tu aventura” para Spectrum que desarrollaron los chicos de Relevo Videogames. ¿Significa que conozco la industria? Ni lo mas mínimo.  Solo soy un consumidor más, pero puedo identificarme mas fácilmente con los protagonistas del documental dirigido por los canadienses James Swirsky y Lissane Pajot, porque ellos han vivido lo mismo que yo.

El documental gira sobre dos equipos de desarrollo de videojuegos independientes (lógico por el título) El Meat Team, Edmund y Tommy, y Polytron Corporation con Phil Fish a la cabeza. También aparece por ahí Jonathan Blow, creador de Braid y quien fue el primer independiente en triunfar mundialmente con su videojuego Braid (el cual es una delicia) De refilón vemos a unos pocos programadores y creativos de otras empresas, pero a quien más cancha se les da es a Edmund, Tommy y Phil. Ed y Tommy llevan años programando juegos en flash para páginas web, y en el momento que se rodo el documental estaban terminando su Super Meat Boy para el bazar digital de la Xbox 360 de Microsoft. Por su parte Phil Fish hace lo mismo con Fez, pero su personalidad, a veces ególatra hasta el ridículo, y otras veces deprimente hasta el suicidio, hace muy difícil trabajar con él, tanto que su socio se marcha de la empresa, su novia le deja, y para rematar la faena y hundirse más en la miseria, al padre de Phil le detectan un cáncer, lo bueno es que es tratable y por lo que se ve el hombre se curó bien. Aunque Ed y Tommy siguen pasos parecidos a los de Phil, y pasan por penurias similares, la actitud de unos y del otro son algo distintas. Mientras los dos de Meat Team se preocupan más de poder llegar a tiempo a la ventana de lanzamiento del juego, Phil es más perfeccionista y quiere pulir todo al máximo, llegando a límites de obsesivo compulsivo. El Meat Team también son perfeccionistas, no quiero que parezcan unos chapuceros, al revés, pero al ser un poco más normales que Phil, no se toman todo a la tremenda, al menos no hasta el mismo día de lanzamiento del juego. Ese día, al ver que su Super Meat Boy no está en el Bazar de la consola de Microsoft se ponen algo nerviosos, pero en cuanto aparece y empiezan a ver las cifras de ventas la situación se relaja un poco. Al menos en el caso de Ed, Tommy le cuesta un poco mas digerirlo todo y está casi en estado catatónico, pero en cuanto empieza a ver videos en youtube de la gente jugando a su juego y pasándoselo bien, es entonces cuando sale de su trance y empieza disfrutar del trabajo bien hecho. En el caso de Phil y su Fez, durante la filmación del documental, el juego no estaba terminado, pero ya os puedo decir que fue un éxito en ventas. Lo que se nos cuenta es sus penurias, y los problemas con su ex-socio. Le vemos presentar su juego en una feria, la PAX, donde la versión del juego que llevo se colgaba constantemente, pero al ver la reacción de los usuarios al jugarlo y pasárselo bien, le llena de energía y se olvida un poco de sus malos rollos. 

Tengo que decir que antes de ver el documental, ya conocía a Phil Fish por algunas declaraciones que había hecho, y que me parecía un completo gilipollas egocéntrico y engreído. Tras ver el documental, confirmo que lo es, pero ya no le tengo tanta tirria y si un poquito de lastima. Y es que no hay como ver a alguien sufrir para que empatices con él. Aun así, es un poco bocachancla.

En el documental se nos muestran las razones de estas personas para hacer sus juegos, y contra lo que muchos piensan (el dinero) lo que estos tios quieren es que la gente se divierta jugando a sus juegos, que los comenten con sus amigos y en definitiva que se lo pasen bien, al igual que ellos cuando eran chavales y se tiraban horas delante de un ordenador o consola. También vemos un poquito cómo funciona la maquinaria de la industria, porque aunque sean independientes tienen que recurrir a una plataforma propietaria como es el bazar de Xbox Live. Contratos, fechas de embargo, publicidad, ferias… esto lo vemos, pero siempre de forma tangencial, lo realmente importante son las personas que hay detrás de los juegos picando código. Decía al principio que también aparece Jonathan Blow de Braid, este lo que hace es poner un poco los puntos sobre las íes, y explicar muy bien lo que es un juego independiente. Sus palabras las veremos al principio, y al final del documental, siendo la segunda vez cuando realmente entiendes lo que Blow quiere decir. 

El montaje del documental es muy muy bueno, recurriendo a pequeños saltos temporales, o metáforas como la del hombre que vemos con un detector de metales en una playa solitaria (así es el programador independiente) El uso de música y efectos de sonidos, sacados de los videojuegos también hacen mucho por meterte de lleno en el documental, sobre todo si eres jugador, porque reconocerás tanto canciones como soniditos. Todo muy bien, y muy chulo para el aficionado al medio, los que no lo sean tendrán una oportunidad de acercarse a esta industria, y a lo mal que lo pasan los independientes en este negocio del ocio virtual. Un documental cojonudisimo recomendado para gamers y profanos.

martes, 16 de abril de 2013

VIOLENCIA EN 42ND STREET

Tim Kincaid no necesita presentación en este blog. Hemos reseñado algunas de sus pelis y recientemente le entrevistamos con pocos vistosos resultados. En aquella ocasión, mientras preparaba las preguntas,llegué a la parte en la que hablábamos de uno de sus títulos (no porno) más ignotos, "Riot in 42nd street". Originalmente la cuestión de marras se iniciaba con un "Esta peli es inédita en España", cosa que luego quité para, una vez publicado, acortarla al nivel de la decepcionante escueta respuesta. Suerte que lo hice, porque hubiese quedado como un ignorante. Es decir, como el ignorante que soy. Semanas después, visité la casa de nuestro viejo amigo Pajarillo y, ¿adivinan qué reposaba en el suelo encima de un puñado de cintas de vídeo?, pues sí, "Riot in 42nd street" titulada para la ocasión en su edición hispánica "Violencia en 42nd street" y distribuida sin mucho ahínco por "Five Video" (atención, pregunta: ¿por qué ese título y no "Violencia en la calle 42"?, ¿se imaginan a los típicos palurdos videocluberos de fin de semana intentando leer lo de "cuarentaydónnndddd"?. Supongo que la idea era aproximarse fonéticamente a la franquicia de moda entonces, "Pesadilla en Elm Street", si no, no me lo explico).
Cuando le pregunté por ella a Kincaid, su respuesta fue de lo más preclara y concisa: "Los productores se quedaron sin dinero a mitad de producción. Lo que existía se montó como se pudo y se estrenó en un cine de la calle 42 por unos cuantos días y únicamente por razones fiscales". Lo curioso del caso es que, vista hace menos de 24 horas, no he notado de ninguna manera su caótica gestación. Vale, no soy el más atento de los espectadores, y mucho menos cuando se trata de una ponzoña zetosa... pero, carajo, no sé, en términos generales me ha parecido como cualquier otra peli de Kincaid, solo que menos divertida al no incluir monstruos, mutantes o robots. ¿Quién sale más perjudicado ante tal afirmación, el cineasta o el espectador?, saquen conclusiones.
Un ex-convicto llega a su antiguo barrio. Concretamente al cine donde curraba y en el que mató accidentalmente a un individuo que vendía drogas en plena sesión matinal. El dueño es su padre, y por ahí pulula el hermano, un pandillero que le detesta. Decidido a emprender una nueva vida, convierte el lugar en una sala de fiestas, algo que no sienta nada bien al mafioso que dirige el antro situado justo delante. La cosa se complica tanto que, en la inauguración, los malos se presentan y arrasan con todos, incluido el padre del prota, quien decidirá tomar cartas in the asunto.
Resulta bastante evidente que la caratula daría mucho juego para una de nuestras habituales entradas dedicadas a la materia, ya que nada de lo que aparece en ella está en la peli. De hecho, el protagonista lleva bigote, sí, pero NO es negro. Está claro que "Five Video" robó la imagen de alguna otra peli y ni se molestaron en usar la acuarela correcta para cambiar el tono de piel. La moza de atrás, tan feliciana ella, tampoco sale... aunque sí hay strippers. De hecho, estas son lo más normal y moral de todo el pifostio, ya que "Violencia en 42nd street" va plagada de los habituales integrantes de cualquier lumpen que se jacte de serlo: prostitutas, drogatas, mafiosos, quinquis y/o punkis (Chris McNamee, la crestuda oficial de la época que has visto en "Mutantes en la universidad", "Street Trash" o la misma "Cazador de mutantes" de Kincaid). Incluso la gente normal, de a pié, también es de lo más ruda y mal educada. De hecho, Kincaid se deja las pestañas intentando recrear un ambiente casi apocalíptico donde todo el mundo es desagradable con el prójimo, las putas pegan a sus clientes, los patinadores se matan entre ellos y aquí suelta tacos hasta el apuntador. De lo más forzado, poco natural y, sí, descojonciable. Y es que la famosa calle 42 ya tenía fama de eso, de vertedero donde podías encontrar la peor gentuza, ya fuera en la calle como dentro de los muchos cochambrosos cines dedicados a proyectar las más perniciosas muestras de cine exploitation (y a las pruebas me remito, echa un vistazo a los carteles y marquesinas que aparecen en la peli y podrás encontrarte con títulos tan representativos como "Orgy of the she devils" de Ted V. Mikels, "The gore gore girls" de H.G.Lewis o la tercera parte de "Penitenciaria"). Luego vino no se quién y arrasó con la basura, convirtiendo el lugar en una especie de "paraíso perdido" para todo amante del cine chungo y zetoso, hoy día totalmente mitificado a base de libros, documentales y pelis que lo incluyen en sus tramas. También se le conocía como "The Duce", de ahí la canción final de "Violencia en 42nd street" titulada "Violence in the duce". Interesante, ¿verdad?.
La puñetera peli es puro Tim Kincaid en todos los sentidos. Tosca, patosa, recargada de diálogos, montaje escaso y con un regusto almidonado y altamente precario. Como es de ley, lo mejor lo tenemos en sus ingredientes desacomplejadamente exploitation, es decir, sexo y violencia. Secuencias como cuando la stripper anima a los mirones que la rodean a correrse gustosamente o los entrañables toques gore, que incluyen una jocosa decapitación y un cachivache puntiagudo atravesando un rostro. Aunque seguramente la guinda la ponga la matanza durante la inauguración del local, donde todos los comensales fenecen a balazos y con muy poco estilo (por si no queda claro, nos lo repiten a cámara lenta). Luego tenemos los elementos risibles, que también son muchos, destacando el aspecto de algunos personajes, las poco briosas peleas cuerpo a cuerpo (rodadas casi en plano secuencia, algo muy Kincaid), patéticas actuaciones musicales en la sala de fiestas y un comediante de esos de micrófono que es pa darle de tortas hasta en el DNI (y fallece durante el tiroteo, algo que nos invita a suspirar plácidamente).
"Violencia en 42nd street" es una auténtica cacota. Todas las pelis de Tim Kincaid lo son (y él lo sabe), solo que, como decía, molan más si hay algo de ciencia ficción y terror en la trama. No es el caso que nos ocupa, obvio. Aún así, con un poco de paciencia, un par de amigotes, algo que picar y ganas de reír, podría funcionar.
Y entre tanta podredumbre, un joven Jeff Fahey poniendo caras y posturitas. Quien le iba a decir en aquella época que lograría escapar de los viles tentáculos de la serie Z para, un porrón de años después, y tras unas cuantas pelis de peso, volver a dejarse atrapar y recaer en tan pantanosos terrenos. Trágico y sórdido. Claro que si le aplicamos el sentido de la sordidez de Tim Kincaid, básicamente lo acabamos convirtiendo en una comedia.

lunes, 15 de abril de 2013

PEDRO NAVAJA

Indudablemente si hay una canción latina, de corte macarra, conocida mundialmente y que encima es una canción adscrita a la salsa, pero que se puede escuchar perfectamente por mucho que odies el género, esa es “Pedro Navaja” del Puertorriqueño Rubén Blades. Y basándose en esa canción, los Mexicanos se sacaron de la manga una película que cuenta las correrías del personaje. Y aunque la historia de la canción transcurre en Nueva York, los mexicanos se han tomado la licencia de hacer suyo el personaje y de quitarle las zapatillas (por si hay problema salir “volao”), respetando sin embargo el resto del look que tan gráficamente nos narra la canción. Y el resultado de la película, fue un éxito a nivel mundial, estrenándose incluso en España con todos los honores.
Cuenta la historia de Pedro Navaja, un chulo de putas de los suburbios muy respetado en el barrio, pero acosado por otros chulos y la policía. En ella vamos viendo extractos de su día a día, sus trapicheos, sus romances… hasta que a trompicones se va construyendo un final con el que poder poner la canción y ofrecernos con imágenes lo que en ella va ocurriendo.
La película es bastante mala, no nos engañemos; de hecho la escena final que se supone que es el momento álgido de la película, está fatalmente rodado y fatalmente montado… estando el resto de la película más o menos decente técnicamente.  Sin embargo, a pesar de esto y de una historia que no acaba de desarrollarse bien, la película es condenadamente entretenida, pasa en un suspiro, y por eso le perdonamos las posibles cagadas. Una macarrada que recuerda por momentos al “Cine quinqui”, pero rodada con más clase, e intuyo, que incluso bastante menos dinero.
Un par de años después hubo una secuela, “El hijo de Pedro Navaja”, que no tuvo nada de repercusión.
El director, Alfonso Rosas Priego hijo,  debuta en  el largo con esta película, y al contrario que la mayoría de directores mexicanos de su quinta, su filmografía es escuetísima, contando con tan solo cuatro títulos, sin la menor relevancia comparándolos con este.
En el reparto, tenemos a Andrés García, que después triunfó en televisión llegando a aparecer en muchas populares series de Telecinco, a la imprescindible Ana Luisa Peluffo, “Scream Queen” oficial de las películas de género mexicanas, y al cómico Pedro Weber “Chatanooga”, que pone la gotita de humor al producto.
Aunque haya envejecido mal, se trata de un clásico.

SUPERLÓPEZ, OTRA VEZ EL SUPERGRUPO

Si nos preguntamos aquello de: ¿¿Por qué un regreso del mítico "Supergrupo" tantos años después bajo la batuta de sus dos padres originales, el magnífico Jan y Efepé??, encontramos varias respuestas, aunque una está por encima del resto, vender tebeos. Y para vender, hay que saber aprovechar las oportunidades, oportunidades como las modas que han brindado la resurrección de nuestro único tándem superheróico (en España, donde todo tiene que tener una pátina de humor o resulta ridículo). ¿Y qué modas son esas?, por un lado el cine de tipos vestidos con trajes de colorines y poderes extraordinarios, cuya buena racha ha esputado un título tan imprescindible y de tantísimo éxito como "Los Vengadores" que, no en balde, trata de lo que trata. Por otro, la nostalgia. La nostalgia vende, y todos los que leíamos al gran "Superlópez" cuando éramos chinorris de la mano de "Bruguera", echamos de menos aquel "Superlópez"... y también aquel Jan.
Fue Efepé quien desde buen principio quiso revivir al "Supergrupo" tras recuperar los derechos. Después de algún que otro intento fallido, la cosa finalmente ruló, aunque de primeras con un nuevo dibujante, algo que, inevitablemente, desató las "iras" de los fans del tebeo original a grito de "¿Un nuevo comic del "Supergrupo" SIN Jan?, ¿qué sentido tiene eso?". Tan poco como para que, unos meses después, se anunciara el regreso por parte del padre gráfico de las criaturas. Y sí, entonces todos respiraron tranquilos. La pregunta que yo me hago es: ¿fue el anuncio del primer tebeo SIN "Superlópez" y la reacción del posible comprador, lo que animó a la editorial a unir a los dos creadores legítimos? ¿o era ya un plan premeditado?. En fin, el caso es que probablemente las tendencias arriba mentadas hayan ayudado mucho a convertir todos estos proyectos en realidades. Y me alegro. Mucho. Como ya he expresado en este blog con anterioridad, yo eran fan de "Superlópez" (y sí, del "Supergrupo", con especial simpatía por el "Capitán Hispania"), tengo los tebeos originales de "Bruguera" (hasta que dejaron de molar) y, en fin, que la idea me pareció excitante desde buen principio. Nada más aterrizar en el Salón del Comic de Barcelona, fui al stand de la respectiva editorial y pagué -contento- los 12 euros que cuesta "Otra vez el Supergrupo". Esperé al mejor momento para leerlo, con delectación y tranquilidad... aunque temiendo que, inevitablemente, y tantos años después  Jan y Efepé no lograrían deslumbrarme. Al fin y al cabo, todos (ellos y yo) somos más viejos y eso desgasta la creatividad, el ingenio y la inocencia/capacidad de disfrutar. Normal (hablando de envejecer, ¿por qué mientras "Superlópez" ya echa canas, ninguno de los integrantes del "Supergrupo" muestra el más mínimo deterioro físico?).
Un buen día, "Superlópez" se encuentra ante la extraña situación de que absolutamente nadie le reconoce. Es más, resulta que ahora Luisa y Jaime son pareja. ¿Que ha ocurrido aquí?. Desconcertado, decide visitar a los únicos amigos que, sin duda, deberían acordarse de él: El "Supergrupo" (ingeniosa excusa para incluir a estos en la trama). De entrada reaccionan igual y, de paso, con violencia. Sin embargo, "Superlópez" les hace entrar en razón y deciden investigar tan extraño fenómeno con ayuda de las artes del "Mago". Ello les conducirá hasta el malvado "Escariano Avieso" que ha inventado una máquina capaz de alterar la realidad. "Superlópez" y el "Supergrupo" al completo deberán luchar codo con codo para devolverlo todo a la normalidad.
Lo digo desde buen principio: El tebeo me ha gustado. Me ha entretenido. Aunque, obvio, tampoco me ha hecho vibrar ni me ha parecido una obra maestra. ¿Hubiese sido distinto de haberlo consumido cuando tenía la supuesta edad adecuada?, tal vez, pero eso nunca lo sabremos. La historia es sencillita, bastante lineal, sin exabruptos, y la presencia de los habituales secundarios queda reducida a la mínima expresión (incluyo aquí a Luisa, Jaime, el Jefe, el Inspector Holmez, etc). De hecho, da la sensación de que Jan y Efepé han trabajado sobre un número de páginas limitado, lo que les ha obligado a constreñirse bastante.
A lo largo del tebeo encontramos cosas buenas y cosas no tan buenas. En el segundo caso, podemos referirnos a chistes trillados (cuando "Bruto" se pone a bailar "Cantando bajo la lluvia" para distraer al enemigo ¿¿??), salidas no muy convincentes y el aspecto de los dos monstruos "gigantes" que asoman (bastante poco inspirado). En el primer caso, ciertos y notables guiños al lector, ya sea en formato de referencia comiquil, en plan metalenguaje y, claro está, echando mano de algunas puntillas nostálgicas en referencia a los comics originales de la pandilla. Entre otros aspectos que han llamado mi atención, tenemos a la "Chica Increíble" en top-less (algo que, de chavales, soñábamos con ver) y la aparición de los llamados "Lámparas Verdes", parodia de ya saben quién y que, en cierto modo, hace las funciones de la famosa secuencia del "banco de los superhéroes" en "¡Todos contra uno, uno contra todos!", el segundo tomo de las aventuras compartidas entre "Superlópez" y el "Supergrupo", donde resultaba de lo más divertido y emocionante ir reconociendo las caricaturas de famosos personajes de la DC y la Marvel. Y ya que estamos, me gustaría hablar de estos últimos...
Uno de los aspectos más flojos del comic está en los motivos por los que "Escariano Avieso" inventa su máquina. Los editores de las más importantes empresas de comics de tipos con mallas quieren borrar todo lo que han parido hasta ahora y comenzar de nuevo en otra realidad, para terminar de exprimir a sus creaciones. Y de ahí que contraten al peculiar "mad doctor" creado por Jan. Bien, Efepé (imagino que responsable del concepto) lanza esta pullita que se repite y prolonga con el gag final, donde aparece una corporación de evidente y sospechoso nombre, "Maravillas Entertainment Productions". Honestamente, todo esto me parece muy hipócrita porque si "Otra vez El Supergrupo" existe físicamente como comic y, seguramente, se venderá bastante mejor que las últimas aventuras de "Superlópez", es debido al éxito del tema en Hollywood y al taquillazo de "Los Vengadores". Tu lo sabes, yo lo sé y ellos lo saben. Es EVIDENTE, de ahí que lo encuentre un poco ruin. No sé si lo comentado tendrá que ver con que el final de la historieta me resulte precipitado, seco y poco lustroso.
La idea de estirar el legado del "Supergrupo" y seguir editando tebeos con ellos de protagonistas es del todo atractiva. Vamos, yo los compraría. El problema aquí, o la gran pregunta, es: ¿funcionarían sin la mano de Jan? (y eso que en "Otra vez El Supergrupo" sigue desarrollando su actual estilo, bastante menos bonito de ver que el de antaño... aunque aceptable). Y cuando digo Jan no digo "Superlópez", digo Jan. El "Supergrupo" podría seguir dando mucho de sí sin la presencia del de la capa y el bigote pero ¿¿con otro dibujante??... no sé, no sé. Tal vez Jan y Efepé sean los únicos capacitados para dar vida a "Latas", "Bruto", el "Mago", la "Chica Increíble" y el "Capitán Hispania" correctamente, como es debido, y que nos hagan disfrutar durante el proceso. Si deciden ponerse con ello, ya tienen en mi a un fiel seguidor.
De mientras, pueden pasar el tiempo con esta nueva aventura que, sin ser la repanocha, tampoco ofende y, lo que es más importante, entretiene.

viernes, 12 de abril de 2013

BARCELONA CONNECTION

Miguel Iglesias Bonns, de dilatada carrera y que dirigió algunas películas de Paul Naschy, se despide del cine casi entrando en los noventa, con la ley Miró ya en ciernes, atreviéndose con un thriller basado en la novela homónima de Andreu Martín.
Las mafias internacionales comienzan a instalarse en  la ciudad de Barcelona, y un policía comienza a investigar para intentar impedir que esto ocurra.
Así de simple es la trama de la película. En realidad un ir y venir por parte del protagonista, que pregunta, vuelve a preguntar y compra jaco para confidentes yonkies, mientras las subtramas se van resolviendo ellas solitas.
Alguna persecución de coches más o menos aceptable y poco más.
Lo bueno de la película, es que se atreve con un género puro y duro en unos tiempos en los que ya se había instaurado el tipo de cine de los Carlos Sauras, Jose Luises Cuerdas, Vicentes Arandas y demás, que acabaron asesinando el cine español, y ya solo por eso, se merece mi respeto.
Sin embargo la película es lo que es; un pequeño bodriete con un argumento y una trama de lo más endeble que no se sostiene por ningún lado porque no hay una historia (ni buena, ni mala) que contar.
Las maneras de dirigir de Iglesias Bonns, a estas alturas están trasnochadas y le dan a la película apariencia de película chunga, y pese a que de ritmo anda la cosa bien, incluso con momentos trepidantes, al final, mientras la vemos, nos preguntamos que cojones estamos viendo y por qué nos aburrimos tanto con tanto camelleo, poli duro, juez corrupto y persecución, cuando todo esto debería ser, a priori, harto vibrante.
En el reparto, actores de la escuela Catalana de toda la vida como Alfred Lucheti, Jordi Torras o Sergi Mateu, junto con Fernando Guillén, Joaquín Kremel y una jovencísima Maribel Verdú, que, como siempre, nos muestra sus redondos pechos y rosados pezones… pero todavía no iba de diva...

jueves, 11 de abril de 2013

FRINGE

ATENCION en esta reseña hay pequeños spoilers sobre la trama de la serie, no son cosas excesivamente importantes, pero si de verdad quieres no saber absolutamente nada, no leas mas allá del segundo párrafo.

Nuestro amigo JJS me hablaba maravillas de esta serie, que cuenta entre sus creadores con J. J. Abrahams. En el blog de su alter-ego Félix Pumares, también hace un par de alusiones a la serie. Así que poco a poco me iba picando la curiosidad. Charlando con unos amigos les comento que me han recomendado esta serie y los colegas se ponen como locos, me dicen que la serie esta de puta madre y que hago que no la he visto ya, cuando justo ese mismo fin de semana daban el último episodio de la última temporada.  Así que cuando Fringe termino para el público que la había seguido semana a semana, es cuando empezó para mí. Y la verdad es que lo prefiero así, porque había días que con un solo episodio no te basta, necesitas mas, y eso solo indica una cosa, que la serie te ha enganchado y te está gustando. Como me pasaron las temporadas completas podía verme dos o incluso tres episodios en un mismo día. ¿Posible sobredosis? Cuando “la mierda” es tan buena, te da igual morir de gusto. 

La primera temporada es probablemente la más flojita, no solo por tener que presentar personajes, sino porque en los 10 primeros episodios no deja de ser un Expediente X sin alienígenas. Es decir, casos extraños que una división del FBI se encarga de investigar. A partir de entonces se nos abre un mundo nuevo, con  respuestas, pero también con muchas mas incógnitas. Pero vayamos por el principio. Olivia Dunham es una agente del FBI que necesita la ayuda de un extraordinario científico, que en los años 70 trabajaba para el gobierno de los EEUU en el campo de la ciencia límite. Esto es, telepatía, control mental, mutaciones genéticas, aumento de tamaño, cibernética…. Todo lo que escapa a la ciencia normal y va un paso mas allá, pero sin llegar a la parapsicología, todo con una base científica real. El problema es que este científico, Walter Bishop, lleva 15 años recluido en un hospital para enfermos mentales. Tuvo un accidente en su laboratorio donde falleció una ayudante suya, y eso junto a todo lo que había hecho anteriormente (principalmente drogarse con todo lo que pillaba) le llevo a la locura y a tener grandes lagunas en su memoria. Para poder sacar a Walter del hospital necesitan que el hijo de este, Peter Bishop, firme la autorización y se haga responsable de su padre. Peter es un “vivalavida”,  algo pícaro, por no decir un estafador, que no quiere saber nada de su padre, y al que llama siempre por su nombre de pila. Peter acaba aceptando y padre e hijo, junto con Olivia Duham y la agente Astrid Fansworth, componen el núcleo duro de la división Fringe.  

Como decía antes, los primeros episodios son casos raros, que tienen que ver con los experimentos que Walter Bishop realizo en el pasado. Luego se descubre el verdadero pastel de la serie. Existe otro mundo paralelo igual que el nuestro, salvo pequeñas diferencias. Desde ese mundo es desde donde nos están llegando las amenazas tan extrañas relacionadas con el trabajo de Walter. Incluso el descubrimiento de este mundo paralelo y como llegar allí, es uno de los resultados de los antiguos experimentos de Walter. La trama se complica cuando conocemos a los personajes del mundo paralelo y las motivaciones que tienen para librar la guerra entre mundos. Curioso es el cambio de cabecera de la serie, dependiendo del mundo en el que se desarrolla el episodio. Si la cabecera tiene tonos azules transcurre en el mundo normal, si los tonos son rojos es el mundo paralelo. Una pequeña ayuda al espectador para poner sobre aviso por dónde van a ir los tiros en ese episodio. Además poco a poco Walter ira recuperando partes de su memoria perdida, y conoceremos sus experimentos, algunos de ellos con niños y casi todos ellos regados con drogas alucinógenas por todas partes.

Si en las dos primeras temporadas hay una pequeña tensión sexual no resuelta entre Olivia y Peter, se agradece que no sea excesivamente obvia, e incluso yo personalmente hubiera preferido que la cosa no cambiara, dejando por una vez que protagonista masculino y femenino se traten como dos compañeros mas y no como personas de distinto genero que quieren copular. Esto está muy bien llevado por ejemplo con uno de los compañeros del FBI de Olivia, que se tratan como iguales dando igual su sexo. En la tercera temporada es cuando esta tensión se medio resuelve, confiándose sus sentimientos el uno al otro. Pero lo que en uno o dos episodios parece que va a ser la historia típica de enamorados, la cosa cambia rápidamente y casi que volvemos al status quo original, salvo que ahora ya saben lo que piensan el uno del otro, o al menos mas o menos. Vamos que incluso ese enamoramiento está bastante bien llevado y no acaba de agobiar o llevar la serie por otros derroteros de dramón, que sinceramente, no le van nada bien al argumento principal.

Aun me falta por terminar de ver la cuarta y última temporada  la quinta temporada* de 13 capitulos (y de terminar la 3ª por unos pocos episodios) pero como últimamente estoy muy perro y no actualizo nada el AVT, pues os voy reseñando y aconsejando muy fuertemente esta serie. Además, como ya está acabada podéis hacer sesiones maratonianas, que quieras que no, cuando la serie está bien, mola mucho verse varios episodios en casa una tarde lluviosa.

*Gracias a Julián por el chivatazo ;)

martes, 9 de abril de 2013

ALIEN NACIÓN

Con toda la nostalgia ochentera que hoy día impregna hasta las putas piedras, y lo que mola reivindicar todo "blockbuster" de la década calificándolo casi de arte a pesar de que en su estreno no recibiera más que palos por parte de la miserable crítica, resulta extraño que "Alien Nación" siga estando tan olvidada. Fue un éxito (aunque no sé si modesto o no) y en general no especialmente mal tratada por los gacetilleros de siempre. Sin embargo, nadie parece recordarla, ¿tal vez por pertenecer a la segunda mitad de la década de oro (concretamente 1988)?, ¿tal vez porque su reparto no tiene ningún actor realmente característico de aquellos entonces?. Ni idea. Pero así es.
Estamos en 1991. Hace tres años que los extraterrestres llegaron a la tierra y desde entonces que luchan por integrarse, a pesar de que el 90% de los humanos los tratan con desprecio (y los llaman "escorias"). El prota es un poli que una noche se cruza en un tiroteo entre marcianos, en el que fallece su negro compañero. Decidido a hacerle justicia, y convencido de que la movida no es un crimen casual y que hay algo más oculto en la inaccesible sociedad alienígena, se junta con el primer detective venido del espacio muy a su pesar (porque no hace falta decir que los odia a muerte). Obviamente, a medida que van investigando y descubriendo, nace entre ellos una fuerte amistad. La cosa gira en torno a una droga super-chunga a la que los visitantes fueron adictos en el pasado y que un empresario de renombre intenta recuperar para lucrarse. Algún crítico sesudo dirá que la peli es una metáfora sobre el racismo y la integración... y sin duda, lo es... pero vamos, no creo que ello sea muy importante ni aporte nada.
"Alien Nación" entra de lleno en la lista de "películas que funcionan incondicionalmente". Da igual cuando las ves, a qué hora y en qué condiciones... nunca aburren, siempre entretienen. Vamos, son muy agradecidas. Están bien hechas y entran con facilidad, combinan géneros alegremente y con ingenio, incluidas las nunca irritantes gotas de comedia. En fin, que sí, coño, que la puta peli está muy bien... no saltarás en la silla, pero tampoco bostezarás. Es infaliblemente correcta y está trufada de detalles para el recuerdo.
Naturalmente, si no fuera por el "elemento marciano", en esencia se trataría de otra "buddy movie" más, con sus tópicos y sus fórmulas: el poli duro y el poli correcto que primero chocan, pero luego se hacen super-amigos tras una charla íntima que, gracias al alcohol, sirve para que uno se abra al otro y crezca el afecto mutuo. Al final, habrá sacrificio por parte de uno de los dos, y a partir de ahí, pues como decía la canción, amigos para siempre. Si esto ya sienta bien, más lo hace cuando surgen las típicas, curiosas y divertidas diferencias culturales y las fricadas, por ejemplo: Los marcianos se emborrachan con leche agria, comen carne de castor cruda, al parecer tienen los testículos en un costado, el agua de mar es como ácido para ellos (mi favorita), etc, etc. La guinda la pone el temible efecto de la droga que consumen y, claro está, el clímax final, con el malo recibiendo una sobredosis que lo muta  en un monstruo de fuerza tremebunda.
Uno de los productores es Gale Anne Hurd, de lustroso y espectacular curriculum que, básicamente, incluye todos los clásicos de James Cameron, con quien estaba casada. Ello explica que, por lo visto, el director de "Terminator" metiera mano-no-acreditada  en el guión de "Alien Nación". El escribiente oficial es Rockne S. O'Bannon que, a pesar del apellido y de su interés en la ciencia ficción, aparentemente nada le une al mítico Dan O´Bannon. El director, Graham Baker, vivía aquí su momento de gloria tras dirigir la tercera entrega de "La Profecía", luego no pudo mantener el nivel y su carrera se acabó en 1999 con "Beowulf, la leyenda", vehículo para Christopher Lambert con fama de ser un auténtico mojón.
En cuanto al reparto, y junto a los protas, un carismático James Caan y Mandi Patinkin maquillado (en aquella época popular por su papel en "La princesa prometida"), encontramos varios rostros curiosos ocultos tras el látex (cortesía de los chicos de Stan Winston Studios). Es casi como un juego el ir reconociéndolos. Personalmente me quedo con el malote, Terence Stamp, y también con los secundarios, muy de su década, Kevyn Major Howard (el rubito histérico de "Yo soy la justicia", "Impacto Súbito" o "La chaqueta metálica") y Brian Thompson (el psycho de "Cobra" o el "Renfield" de la fallida "Noche de miedo 2", entre muchas otras de segunda y tercera regional). Tampoco podemos ignorar a Leslie Bevis, que tenía un papel tirando a pequeño, pero reconocible por algún mítico chascarrillo, en "Spaceballs". Ya sin maquillaje, reconocemos a Peter Jason, habitual en la etapa más actual de John Carpenter. ¡Ah!, en tareas de ayudante de dirección figura Newt Arnold, futuro responsable de "Contacto Sangriento".
Ojo al gag que nos muestra la marquesina de un cine donde se proyecta "Rambo 6". Hagamos cuentas... ¿"Rambo 6" en 1991?, en lo primero se pasaron (por los pelos, ahora se anuncia un posible "Rambo 5") y en lo segundo, se quedaron cortos.
Nunca hubo una secuela cinematográfica, pero "Alien Nación" sí dio pie a una serie de televisión considerada de culto. Tanto que, cuando la cancelaron, aún esputaría unos cuantos telefilms de bastante renombre. Un caso muy curioso.
En fin, que la recomiendo alegremente.

lunes, 8 de abril de 2013

INTERVIEW: JACK PEREZ

Si les hablo a ustedes de JackPerez, y no son muy asiduos a este blog, probablemente el nombre en cuestión no les suene de nada. Pero si nombro “Mega Shark Vs. Giant Octopus” Sabrán, sin duda, de que película les hablo, aunque el nombre seguirá sin sonarles, porque el director la firmó con el seudónimo de Ace Hanna.
Pero Jack Perez, además de ser el director de esta película, lo es también de muchas otras, es un cineasta con tablas con un pie puesto en Hollywood...y también ¡fue pionero en el found footage!
Al Staff de AVT no nos fue difícil contactar con el, ya que nos une cierta amistad, y, como además es el prologuista de nuestro libro “Malas pero divertidas”, pues hacerle esta entrevista y que contestara como se ha de contestar ( y no como otros entrevistados recientes con respuestas más cortas que las preguntas) no era muy complicado, era cuestión de enviar un e-mail y listo.
Así que de todos esos asuntos que verán a continuación, hablamos a base de mensaje, para que ustedes, queridos lectores, lo disfruten.
Esto nos contó Mr. Jack Perez:



Háblanos de tus inicios. ¿Hacías cortos superocheros de chaval?. ¿Cuales eran tus aspiraciones?

Como muchos chavales en los 70, tomé prestada la cámara de Súper 8 de mi padre y comencé a hacer pequeñas películas de horror, ciencia-ficción y de “catástrofes” protagonizadas por mi hermana pequeña. Inicialmente fui inspirado por el “King Kong” original de 1933 y por todas las pelis de fantasía de Ray Harryhausen como “El monstruo de tiempos remotos” y “Simbad y la princesa”, que echaban habitualmente en la tele los Sábados por la mañana. Me obsesioné con la animación en stop-motion y el trabajo con maquetas y leí todos los libros sobre el tema que podía encontrar. “The Making of King Kong” de Orville Goldner era como una biblia para mi!. Por supuesto, cuando “La guerra de las galaxias” se estrenó en el 77, me enganché. Pero al principio todo giraba en torno a los efectos especiales. Realmente no aprecié lo que hacía un director hasta más tarde.
Durante el verano de 1978, fui invitado a visitar el set de “Aeropuerto 79” (la última de la serie). Un amigo de la familia era asistente de montaje y pude ver cómo era la creación de una película. Por entonces, había comenzado a pensar en escuelas de cine y mi atención apuntaba hacia la dirección, que me ofrecía mucho más control creativo.


Según IMDB, tu primera película como director es “Deadliest America Home Video”. Háblanos de ella…


Básicamente se trata de una de las primeras películas “found footage”. Ese género ni tan siquiera existía a inicios de los 90, así que la idea de estructurar una película “a través de la lente” de una cámara de vídeo era bastante nuevo. Me ofrecieron la oportunidad de escribir y dirigir una peli “exploitation” tan y tan barata que la tendría que hacer con una vieja video cámara Hi-8, lo que es muy miserable. En lugar de intentar hacer una narrativa estándar, que acabaría teniendo el aspecto de una porno o un culebrón por su “look” de vídeo, decidí escribir un thriller que pudiera utilizar la mala calidad del vídeo de modo orgánico, como parte de la historia. Y así es como se formó la idea – la historia de un entusiasta del vídeo casero (interpretado por Danny Bonaduce, protagonista de la serie “Mamá y sus increíbles hijos”) que lo graba todo en su vida, entonces es secuestrado por un pequeño grupo de criminales que le obligan a documentar su carrera criminal a lo largo de América.


Tu película más popular es “Megashark vs Giant Octopus”, pero aquí en España solo podemos acceder a ella comprando el DVD de importación. En cambio, sí se han comercializado “La cucaracha” y “Juegos Salvajes 2”. ¿Son pues esas dos tus películas de más éxito?

Financieramente, supongo que “Megashark…” y “Juegos salvajes 2” son las de mayor éxito. Pero intento no medir mi éxito por la cantidad de dinero que hacen mis películas. Más bien me quedo con cuales son más personales y de los que estoy más orgulloso.

¿Cual de tus películas es tu favorita?


En todas mis pelis hay algo que me gusta, pero mi peli de detectives privados, “The Big Empty” (1997); mi “noir” situado al sur de la frontera, “La Cucaracha” (1998) y mi comedia de horror, “Some guy who kills people” (2012) son mis favoritas. Estas tres me representan, a mi y a mis habilidades como cineasta. “Monster Island” (que hice para la MTV con protagonismo de Mary Elizabeth Winstead), que cuenta con un montón de monstruos animados en stop-motion, estaría cerca de la cuarta posición.


Hablando de “Juegos salvajes 2”. ¿Viste la primera antes de rodar la tuya?, ¿por qué son tan diferentes?

Había visto la de John McNaughton y me gustaba, pero realmente no la estudié. Me interesaba más coger el material y hacer algo con él que me resultara interesante – básicamente hacer una película “noir” ambientada en los everglades/Florida. Ese es el único modo de hacer algo bueno – haciéndolo tuyo. De otro modo, únicamente estarás copiando el material de otro.

¿Por qué no hiciste la tercera parte?

Me la ofrecieron, pero no querían pagarme un poco más de dinero a pesar de que “Juegos salvajes 2” había ayudado a crear la franquicia al completo. Más importante, si cabe, es que ya había hecho todo lo que podía con esa clase de historia. Además, el guión para “Juegos salvajes 3” era casi exactamente igual al de “Juegos salvajes 2”!.




Ace Hanna, Jake Johnson… esos pseudónimos los utilizas, respectivamente, en “Mega shark vs Giant Octopus” y “666: The Child”. ¿Por qué los usaste y por qué esos en concreto?

Porque considero esas películas creativamente comprometidas. Básicamente porque me arrebataron el control a la hora del montaje. Cuando un director no controla del todo esa fase, pierde la oportunidad de mostrarle a la audiencia todo aquello que pretendía. Incluso si es una película tontuna de monstruos. Esas dos pelis podrían haber sido mucho mejores, creo, si me hubieran dejado montarlas tal y como yo quería. “Jake Johnson” fue fácil de inventar, “Ace Hannah” es más como un “chiste privado” – es el nombre de un personaje en el clásico western de Robert Aldrich “Vera Cruz” (1954) con Burt Lancaster y Gary Cooper. Suena ridículo, y así es exactamente cómo me sentí haciendo “Mega shark…”. Eso y frustrado.

¿Te preocupa/molesta que seas sobre todo conocido por “Mega shark…” en lugar de otra de tus películas?


Pues sí, en cierto modo. No es precisamente el mejor título de mi filmografía. Me gustaría ser conocido por mi mejor trabajo. “Some guy who kills people”, “La cucaracha”, “The Big Empty”, “Monster Island” – estas son películas de las que estoy genuinamente orgulloso, y son mil veces mejor que “Mega shark…”.

¿Cuales son las diferencias entre trabajar para “The Asylum” y hacerlo para “Sony Pictures”?


Básicamente es lo mismo, políticamente. Tratas con notas de los productores, quienes tienen opiniones muy específicas sobre cómo hay que hacer las cosas. Y muy a menudo tienes que pelear por tus propias ideas. Lo que es cansino. Originalmente pensaba que las compañías dedicadas al cine de muy bajo presupuesto dejaban tranquilo al director, pero me encontré con que no era ese el caso. Todo productor, sin importar el tamaño, quiere ser escuchado. Ese es el precio que todos los cineastas han de pagar para lograr que se financie su trabajo. Naturalmente, tu plan de rodaje es más largo con Sony porque hay más dinero para hacer la película, lo que siempre ayuda.

¿Te sientes a gusto siendo un “director de serie B” o preferirías ser más mainstream, hacer películas de gran presupuesto y ganar Oscars?

Me considero a mi mismo un cineasta independiente que ocasionalmente hace pelis semi-comerciales. Supongo que ser considerado un “director de serie B” no es tan malo, aunque me gusta pensar que he hecho algún trabajo con calidad “A”. Algunos de mis directores favoritos eran etiquetados de “serie B” – Sam Fuller, Phil Karlson, Jacques Torneur, Richard Fleischer. Pero todos hicieron trabajos de calidad “A” en sus vidas.
Me encantaría tener el tiempo que proporciona un gran presupuesto – plazos  más largos que dedicar a refinar tu labor, pero una vez más, con más dinero viene una mayor interferencia creativa, algo que puede ser devastador para tu alma.
No me importa una mierda ganar Oscars – los Premios de la Academia son basura, una casa de putas.


¿Cuales son tus ambiciones?

Seguir haciendo películas personales con un mayor control creativo.




Has trabajado con John Landis, Joe Dante y Adam West. ¿Cómo fue?

Fue un placer. Todos son héroes de mi infancia, por lo que de pronto encontrarme currando con ellos fue como un sueño. Fueron muy majos, encantadores, con maravillosas historias sobre sus carreras y el negocio. Yo veía “Batman” cuando era un chavalín, por lo que dirigir a Adam West en “Monster Island” fue surrealmente bonito. Durante la gran escena de su muerte donde una hormiga gigante mutante se estrella contra él mientras sostiene un frasco de nitroglicerina, se volvió hacia mi y dijo, “Nosotros nunca hicimos algo así en la Batcueva!”. “Un hombre lobo Americano en Londres” fue una peli muy importante para mi, así que tener a John Landis como mi productor ejecutivo en “Some guy who kills people” fue muy gratificante – y el hecho de que le encantara la película fue como lograr que tus padres te digan que se sienten orgullosos de ti!. Las películas de Joe Dante, particularmente “Aullidos” y “Piraña”, también fueron grandes influencias. En un momento en que le estaba dirigiendo a él y a Landis en una escena, Joe se giró hacia John y exclamó, “Suena igual que yo!”. Aquello fue muy emocionante.


Escribiste la introducción de nuestro libro dedicado al cine trash “Malas pero divertidas”, lo que demuestra que tienes un gran sentido del humor. ¿Qué te motivó a hacerlo?

Me sentí halagado de que me lo pidierais. Es muy divertido estar incluido en un libro guay sobre películas de culto. Incluso aunque tenga serios problemas con “Mega shark…”, siempre es bonito ser reconocido. Y era una oportunidad para explicar mi participación en la película- por que la hice y todos los obstáculos que tuve que afrontar para hacer semejante alocada peli de bajo presupuesto.





¿Cómo sería la perfecta película de Jack Perez?

Siempre he creído que mi mejor trabajo surge cuando mezclo mi amor por las películas con aquello que ocurre en mi vida personal. “The big empty”, “La cucaracha” y “Some guy who kills people” fusionan todas ellas géneros que adoro con temas que son muy personales para mi. Cuando logro hacer eso – es perfecto. Lo que lo hace aún más perfecto es cuando ningún productor jode mi labor y logro el montaje final. Pero eso rara vez ocurre.

¿Cómo ves el futuro?


Hace ya muchos años de cuando estaba muy deprimido respecto al negocio y a cómo se desarrollaba mi carrera. Muchas veces desearía haber hecho películas en los años 70, porque parece que hubiera conseguido producir más “mi tipo de película”. Era un periodo más excéntrico y más abierto, y ahí es donde siempre he vivido como cineasta – ligeramente a la izquierda del centro. Sin embargo, he sido capaz de llevar adelante varios trabajos de los que me siento orgulloso. Así que no me puedo quejar. El futuro es brillante.

Dime cinco pelis que te gusten y cinco que te disgusten.

Hay muchas malas, así que ni siquiera empezaré. Pero cinco que me gusten podrían ser: “Vera Cruz” (Robert Aldrich, 1954), “Encadenados” (Hitchcock), “Topsy-Turvy” (Mike Leigh), “King Kong” (1933) y “Quiero la cabeza de Alfredo Garcia” (Peckinpah).


Cinco directores que te gusten y cinco que te disgusten.


Otra vez, muchos directores que no me gustan. Pero los que admiro son: Hitchcock, Peckinpah, Aldrich, Frankenheimer y Welles.


¿Algo que añadir?, ¿algo que quieras decir a nuestros poco lustrosos lectores?


Mirad películas antiguas. Siempre son mejores que los “nuevos lanzamientos”. Y uno aprende mucho más sobre cine de los maestros.
Gracias! (en castellano en el original).