Probablemente el único mérito del que puede presumir "The Vindicator" es haberse adelantado un año a "Robocop" (aunque con estas cosas nunca se sabe). Si no me creen, atentos a la sinopsis siguiente: Un científico, guapo y a punto de ser padre de familia, es asesinado en un accidente provocado por sus superiores con el fin de usar el cadáver para experimentar. Se trata de convertirlo en relleno de un traje futurista diseñado para viajar a Marte a base de conectar su cerebro a una serie de electrodos de modo que pueda ser tele-dirigido Pero en un descuido, el hombre se activa antes de que puedan enchufarle un control remoto y huye. Poco a poco va recordando y recuperando la personalidad, así que decide vengarse de quienes le han puteado.
Pues sí, no se puede negar que existe un notable parecido entre los argumentos de esta producción Canadiense del 1986 y el clásico de Verhoeven -del 87-, pero las diferencias son casi mayores. "The Vindicator" vendría a ser "Robocop" dirigida por Fred Olen Ray, es decir, sin imaginación, sin gracejo, sin inteligencia, bastante torpe, cutre, ridícula y planificada a la hora de la siesta. De hecho, hay unos cuantos medios a disposición de los responsables, algo que denotan ciertas secuencias de explosiones y tal, pero no saben sacarle ningún partido. Puede que lo más doloroso sean los momentos de humor voluntario, pocos pero chirriantes. Y luego, pues un puñado de incongruencias absurdas, como el modo en que el "Vindicator" entra en contacto con su mujer (a través del sintetizador) y lo fácil que le resulta a ella convencerse de que se trata de él, aunque lo que haga sea hablarle a un teclado. O que este se tome tan bien su condición, lo que le permite incluso bromear con un chaval repelente que le pregunta si es un extraterrestre y, por tanto, conoce a "E.T.", cosa a la que responde afirmativamente. También hay sitio para la risa involuntaria, como esos moteros que ven al cyborg por la calle, perdido, y le califican de "chuleta"... ¡¿"chuleta"?!, ¡por dios!, hacía años que no oía esa palabreja. Una vez le acorralan, uno comenta que "Parece un super-héroe salido de un tebeo". Claro, ustedes dirán, pues sí, podría ser el primo lejano de "Iron Man", o incluso de "ROM". Pero no, ¿con quien le encuentra parecido el motero tonto?, ¡¡¡con "El increíble Hulk"!!! (ahora bien, ¿es solo cosa del doblaje o será igual en versión original?).
Volviendo a las coincidencias entre "Vindicator" y "Robocop", hay una secuencia concreta en la que el héroe, ya robotizado, atraviesa con el puño una superficie dura para agarrar al tipo que se esconde tras ella. Curiosamente, esto mismo es lo que hace "Robocop" en su peli homónima cuando sale a la caza de un empleado frustrado y armado. ¿Plagio?. Claro que ese mismo "efecto" aparecía previamente en el famoso "Batman Dark Knight" de Frank Miller, del que, se decía, los artífices de "Robocop" habían tomado buena nota. Si tenemos en cuenta que el tebeo es del mismo año que "The Vindicator", llegamos a la conclusión de que.... ¿¿de qué??... ¿"The Vindicator" copió de Miller, o fue este el que copió la peli Canadiense, fue "Robocop" la que copió del comic que previamente había copiado "The Vindicator", o al revés??... ¡ARGH!.
Finalmente el mayor acierto de "The Vindicator" consiste en que para el enfrentamiento final, el mega-malo de la peli se enfunda en otro traje futurista idéntico, por aquello de estar a la altura de su contrincante. Ello debería haber desencadenado una batalla titánica de proporciones apocalípticas... pero no, la cosa queda bastante deslucida y poco emocionante, es decir, a la altura del tono general.... que incluye aquí la desencantada y nada emotiva historia de amor imposible. Por lo demás, pues menos violencia de lo que sería deseable (la única muerte algo truculenta es la del mismo protagonista) y, en fin, bastante poca cosa más. No es que "The Vindicator" peque de mega-truño, pero enfrentarse a ella es como sacar un "Phoskito" de la bolsa, llevarlo a tu salivosa boca con todo el deseo y al morderlo descubrir la total ausencia de azúcar. Se puede comer, sí, pero no es lo mismo.
En el reparto hay algún rostro de esos que te suenan de ver aquí y allí (como el del gordito Maury Chaykin), pero el único realmente reconocible es el de la pechugona Pam Grier en el rol de la super-cazadora encargada de encontrar al cyborg (de hecho, responde al nombre de "Hunter"). Tras las cámaras localizamos al productor canadiense Pierre David, de lustroso currículum (piquen en su nombre para saber más, no me apetece soltar aquí y ahora el rollete). El resultón aspecto del "Vindicator" se lo debemos a Stan Winston, que supongo fue contratado tras su labor en "Terminator" (como aquella, aquí también hay un falso busto totalmente animatrónico del héroe). El director, Jean-Claude Lord, solo tiene otro título más o menos reconocible en su filmografía, "Angustia en el hospital central".
En la época, a "The Vindicator" se le dio bastante bombo. Sobre todo en la prensa especializada franchute que, por entonces, era la que más devoraba. Sin embargo, y como a estas alturas ya es todo un clásico, mi sexto sentido me decía que tenía que ser un tochete, así que nunca la alquilé, a pesar de haberla tenido entre las manos innumerables ocasiones. Y... bueno, ya saben lo que sigue, ¿no?, ¡cuanta razón tenía y cuán sabiamente obré en aquellos tiempos!.