martes, 2 de septiembre de 2014

DEL ESPACIO PROFUNDO

Un experimento letal del gobierno que flota por el espacio se desbarata y cae a la tierra, donde despertará en forma de tentaculoso monstruo chungo y se irá papeando a todo aquel que pase por allí, hasta que el inevitable poli duro de rigor acabe con su miserable existencia.
Hoy día películas como "Del espacio profundo" ("Deep Space" en v.o.) las veríamos directamente en el Syfy Channel, protagonizadas por alguna ex-estrella decadente y chorreando CGI. Pero en 1988 estas cosas tenían su verdadero mercado en el vídeo-club, y Fred Olen Ray (sospechoso habitual) era el puto amo en esas lides. Además, como bien sabrán, los ordenas todavía no daban pa tanto, y los trucos seguían fabricándose con látex u otras sustancias pringosas (y aquí no es que se luzcan mucho, la criatura apesta a muñecote sin cuello cada vez que asoma y su torso-escupe-tentáculos parece una puta sábana tendida).
La verdad es que, temática, narrativa y estructuralmente las cosas no han cambiado mucho en lo que se refiere a esta ralea de productos, siguen tirando de las mismas salidas que, básicamente, se limitan a muuuuchos diálogos idiotas para rellenar metraje (de verdad, Fred Olen Ray debe tener horror vacui porque prácticamente nunca deja un puto fotograma en silencio) y toda suerte de clichés y salidas ultra-previsibles, propias de mentes perezosas que no se cansan demasiado durante el proceso creativo. La diferencia aquí es que, A, semejante desaguisado tiene más encanto cuanto más añejo es y, B, Olen Ray siempre sabía dotar a sus ñordas de cierto "touch" que las hacía un pelín sobresalientes (dejando de lado su tendencia al estatismo asesino). En este caso nos referimos al desenlace, donde el poli prota se enfrenta a la bestia mediante sierra mecánica, lo que se traduce en un alegre baño de líquidos pringosos y salpicaduras mil. Curiosamente dicha parte (y otra en la que los tentáculos del bicho actúan como ramas con vida propia) parece guardar ciertas similitudes con "Posesión Infernal". Podría ser solo invención del menda, cierto, pero lo que sí es evidente es que Ray y su co-guionista (y habitual colaborator) T.L. Lankford toman buena nota de, claaaro, las "monster movies" clásicas y, claaaaro, "Alien, el 8º pasajero" (menos que de costumbre, eso sí). Ya no solo por el look del marciano, ahí con su cabeza apepinada, también por secuencias como aquella en la que un segurata sale a la caza de un gato mientras a sus espaldas el e.t. se alza lentamente. Y si no, que se lo pregunten a Harry.
El reparto de esta cosilla es tan colorista como solía serlo en todas las pelis del amigo Alfredo. El entrañablemente feo Charles Napier se erige como un simpático y cínico poli macarra (la escena que se viste de gaitero
para seducir a la prota, según el manual de "Rambo", está entre lo brillante y la pura vergüenza ajena). Esta no es otra que Ann Turkel, que venía de "El puente de Cassandra" y "Humanoides del abismo" y que vería con horror cómo su nombre aparece mal escrito en los títulos de crédito. Les acompañan Bo Svenson, el televisivo Ron Glass (de aspecto genuinamente repugnante. Señalar que lograría un papel relevante en la serie "Firefly" -y, por ende, la película "Serenity"-), el gran James Booth como científico malcarado y la malograda Elisabeth Brooks en un rol bien tonto, de esos confeccionados para únicamente permitir un cameo, en este caso el de la mujer-loba sexy de "Aullidos".
También rulan por ahí actores veteranos provenientes del cine que Fred Olen Ray consumía de chaval y que ya solía fichar para sus despropósitos: Julie Newmar, la "Catwoman" del "Batman" de los años 60 (y que también anduvo por la ultra serie Z "Evils of the Night", compartiendo experiencia con una del clan Ray, Dawn Wildsmith), interpreta un papel totalmente estúpido, el de una psíquica que no aporta absolutamente NADA a la trama. Norman Burton anduvo en algunos títulos de "El planeta de los simios". Michael Forest y Anthony Eisley no solo curraron para el inevitable Roger Corman durante su etapa como realizador de cine de terror barato, además el segundo asomó por algunos auténticos hitos del trash como "Operación Goldman" (exploit Bondiano firmado por Antonio Margheriti), "Journey to the Center of Time" y "The Mighty Gorga" (del super-zetoso David L. Hewitt) o, rizando el rizo, "The doll squad" de Ted V. Mikels y el "Dracula vs. Frankenstein" de Al Adamson. ¡Que le hagan un mono-mento!.
No pueden faltar los "Regulars Ray" delante de la cámara que, pa la ocasión, se reservan roles muy escuetos (la Wildsmith, Fox Harris, Susan Stokey, William Fair, Richard Wiley o Richard Hench) y detrás (Gary Graver, Bret Mixon). La simpática y rayante banda sonora parece de Chuck Cirino, pero no lo es. El mismo amigo Ray se marca un cameo como camionero (y cuela su "The Tomb" en una pantalla de televisión). Las escenas del bicho llegando a la tierra son, como de costumbre, extraídas de una peli previa de mayor presupuesto y temática parecida, en este caso se trata de "El terror llama a su puerta". Y dado el relativo parecido que "Del espacio profundo" guarda con la Rayada "Biohazard", no sorprende que compartan momentos casi idénticos, como esa "cría extraterrestre" que sale de su "recipiente" en la mesa de la cocina entre humo y gruñidos.
"Del espacio profundo" es lo que es. En mi etapa como Fredmaníaco me encantaba. Luego, más en frío, volví a consumirla y me pareció un coñazo tremendo. Hoy por hoy les digo que, en fin, no es ningún dechado de ingenio y creatividad, pero si le pones paciencia un Domingo por la tarde, se puede ver... especialmente porque merece la pena aguantar hasta el final, con ese cierre absurdamente espectacular y llamativo.
Como grand finale les dejo el (inmerecido) súper-cartel que ilustró el reputado Graham Humphreys para su rarísimo y casi fugaz estreno en salas de cine angloparlantes. Enjoy-en...