lunes, 20 de abril de 2015

EL ALTAR

Lo he dicho aquí infinidad de veces, pero lo digo una vez más –y las que hagan falta- para que no se me despisten o, en su defecto, para que los nuevos lectores lo sepan: Hay un tipo de películas que no deberían existir ¿Cuáles son? Aquellas de factura amateur que intentan pasar por productos profesionales. Y a este tipo de película se adscribe esta “El Altar”.
El terror amateur (no el hecho por fans, que ese adolecería de otras cosas menos malas, sino el hecho por aspirantes a cineastas) español está cuajado de estupideces como esta.
Con la proliferación de la tecnología  y de las nuevas cámaras de vídeo de alta definición, uno ya no sabe que diferencia hay, muchas veces, entre un producto mainstream y uno amateur, ya que este tipo de vídeo les confiere a ambos tipos de película el mismo look. Si a eso le añadimos la falta de talento que hay en general, no ya en el cine español, sino en cualquier ámbito en el que se deje la impronta española (que es que hoy en día, decir español es igual a decir retrasado mental), pues acabamos por no diferenciar productos… quiero decir que por norma general, un producto amateur que va de profesional por la vida es malo, pero “Viral” de Lucas Figueroa, con mayor producción y pretensiones más ambiciosas y claramente profesional, es exactamente igual de malo…Sin embargo, si que se diferencian finalmente; Porque que mientras que “Viral” es sencillamente una mala película en todos los aspectos, cosas como este “El Altar” son productos facturados directamente por tontos, estudiantes imbéciles sin referencias cinematográficas que no se enteran de nada, que con una puta cámara de fotos de esas que graban a una calidad de la hostia, y alquilando una steadycam, acaban pariendo mierdas que causan vergüenza ajena. Un apunte: todos estos novatos, por defecto, usan igual sus cámaras: Con los putos desenfoques. El elemento que aparece más cerca de la cámara, nítido, y todo lo de atrás desenfocado. Indiscriminadamente. TODOS, desde el más estúpido estudiante de cine hasta el más deficiente realizador de vídeo clips, cogen sus putas cámaras de fotos y las usan de igual manera. Los resultados de todo esto pasan a estar muy por debajo de la mediocridad. Es  una vergüenza.
Luego a todos estos, les achacas lo mierdoso del resultado final y siempre es la misma cantinela: “Es cutre por la falta de medios”. Mis cojones, es cutre porque tú eres un inútil.
“El Altar” es todo eso, pero ofende menos. Porque ni para ofender sirve la pobrecilla…
Qué actores… Hay un personaje que se hace llamar “El Chucky” que dan ganas de llevárselo a casa. Pobrecillos todos, que de hostias se van a dar en esto del cine, desde el director hasta el más ínfimo de los actorcillos que aparecen en ella.
Esta gente cuenta con cuatro duros que les da el ayuntamiento de su pueblo, más los efectos infográficos y el chroma de alguno que empieza (con resultados muy inferiores a cualquier producción de “The Asylum”, por ejemplo) y se lanzan a rodar, con dos cojones, una peli de terror ambiciosa, con zombies de por medio -¡cómo no!-, y una especie de ¿hombre lobo? torpe, lento (no más que el equipo técnico y artístico) y generado por ordenador. De agarrarse y no menearse, con complejas subtramas que pretenden dotar de humanidad a sus personajes (La prota es repudiada por los amiguitos que van con ella) mal desarrolladas y nada de oficio tras la cámara. Eso si, los desenfoques que no falten, que eso es muy profesional.
Cuenta la historia de un grupo de muchachos que se va a pasar unos días a una casa rural y allí, quizás por culpa del altar que hay en una cueva contigua, se las verán con el bicho este que ya he nombrado y unos zombies (gente del pueblo, cuatro cholillos con peinados modernos y sus madres, ahí, malamente maquillados).
Me gusta el cine amateur, pero el que es consciente de serlo. El de este tipo, que se creen que están haciendo una película de verdad… bueno, bastante tienen ya con lo que tienen.
Lo único bueno que tienen este tipo de bazofias… que son efímeras. Sus directores en cuanto se dan de bruces con la cruda realidad, dejan el cine a un lado y se ponen a currar en lo que les salga. Yo lo celebro.
Para finalizar destacaré las canciones de la banda sonora…  ¡Tela!.