viernes, 23 de octubre de 2015

EL GHETTO / JAMESY BOY

Hoy voy a hacer, y además muy rápidamente, un dos por uno en reseñas. Y es un dos por uno porque son dos películas que he visto muy del montón, muy mediocres, de las que no hay demasiado que decir, pero de las que me gustaría dejar constancia, sencillamente, porque en estos tiempos que corren de consumo rápido, en los que vemos y vemos filmes descargados de Internet (aunque uno de los que voy a comentar, en realidad lo he comprado en DVD), dudo mucho que nadie algún día los recuerde, o que alguien se moleste en dedicarles una reseñita, al menos en español. Así que si esta ha de existir, que sea en AVT.
Ambos filmes son de temática carcelaria y/o marginal, que me interesa mucho, y sin darme cuenta, pues casi me como todo lo que huela a nigga o a cárcel.
La primera de todas ellas, es un telefilme de lujo, producido por la Paramount y emitido en la HBO, que luego más tarde se editó en DVD, llegando incluso a nuestro país. Y si en el suyo de origen, este se llamó “Our America”, aquí, con dos cojones, le han titulado “El Ghetto”. Basado en una novela, que a su vez se basa en una historia real, “El Ghetto” y cuenta la historia de una emisora de radio que quiere dar voz a los barrios pobres, desde el punto de vista de quienes viven en él, así que el responsable de la emisora contrata a dos jóvenes negros con el gusanillo del periodismo en el cuerpo, les endosa una grabadora de audio y, ale, a grabar un diario de su día a día, con los consabidos problemas que esto les traerá a todos con la morralla suburbial.
Lo curioso es que no está nada mal la película. Poco presupuesto, pero ritmo meramente cinematográfico  -y no televisivo- terminamos viendo una películita dramática muy simpática (¡que paradoja!) con la que se pasa un buen ratillo, sin más. Y es que tras la cámara está Ernest Dickerson, director de rotos y descosidos que ha firmado cosas tan majas como “Juego de supervivencia”, uno de los primeros lucimientos de Adam Sandler, “Bulletproof”, “El caballero del diablo” o la película de absoluto culto raperil “Juice”, para luego dedicarse de lleno y por completo al ámbito televisivo. Al menos, no facturó truños en celuloide.
La segunda es la ultima película que he podido localizar con Ving Rhames en su reparto;  una película con la que debuta en el largometraje el cortometrajista Trevor White, “Jamesy Boy” –literalmente, se traduciría como “Jaimito”-, un debut torpón y aburrido, drama carcelario, con chico blanco y conflictivo que tras una azarosa vida acaba en prisión. Allí, conocerá a un asesino (Rhames) con el que se creará un vínculo especial que le cambiará la vida.
Una mamarrachada sin más interés que el ver lo viejos y achacosos que están tanto Ving Rhames, como James Woods que da vida a un carcelero cabronoide. Una película que parece no quiere arrancar nunca, y cuando parece que lo ha hecho, resulta que son los títulos de crédito finales. Muy prescindible. Pero no deja de ser alentador el ver como el tío Rhames continúa imparable, haciendo tantas pelis como pueda ya sea en calidad de actor como en calidad de productor, alternando el, cada vez más escaso en su filmografía, cine mainstream con las mayores mierdas independientes de dos pesetas que uno se puede imaginar, auque para ello se tenga que ir al tercer mundo y aprender sus dialectos.
Pero lo cierto es que esta “Jamesy Boy” no vale absolutamente nada.
¡Ahí quedan!