lunes, 25 de febrero de 2019

ROJO SANGRE, 10 AÑOS DE PURO GÉNERO

El BARS (Buenos Aires Rojo Sangre) es el festival de cine fantástico más importante de latino América, lo que no significa que sea un festival de alto copete si no, más bien, todo lo contrario. Si hubiera que buscarle un equivalente patrio, este sería la maratón de Cotxeres de Sants en Barcelona.
Allí se reúnen cada año, como pasa en Barcelona, como si de una secta se tratase, una pequeña legión de fans del cine de género que ven las películas a concurso entre improperios y vítores a la pantalla, convirtiendo las proyecciones en una fiesta. Algo que es estupendo.
El BARS también es el lugar de encuentro de todos esos cineastas, independientes se hacen llamar ellos, amateur es lo que son, que proyectan allí sus películitas, por lo que el festival al final se convierte en un lupanar de aficionados donde estos señores se dan palmaditas en la espalda, desprecian al foráneo y hacen parroquia. Vamos, como las Cotxeras. Por lo tanto impera en ese ambiente la pasión por encima de la razón, la fantasía y el tener los pies un poco por encima de sus cabezas, en lugar de en el suelo. Van de rebeldes, pero al final, y salvo honrosas excepciones (Adrián García Bogliano, sin ir más lejos, sale de allí) son una panda de chavalitos jugando a hacer cine. Además de mantener una deuda bastarda con el boom del gore de los 90 (que se vivió a su vez en España) y del que ellos no se salen, y ser sus películas una colección de clichés, postmodernismo y, en definitiva, poco menos que “fan movies”.
Entonces, hace ya 10 años, con motivo del décimo aniversario del festival, Elian Aguilar, uno de los habituales, le rinde tributo al festival rodando un documental sobre algunos de los habituales a exhibir allí. Y todo lo que vemos es papel mojado.
“Rojo Sangre, 10 años a puro género”, ni si quiera se molesta en mostrarnos el origen, intenciones o dificultades que pueda presentar un festival de este tipo, sino que se limita a entrevistar a miembros representativos de su parroquia, que no hablan apenas del festival, en lo que al final es una pataleta de niños malcriados.
Básicamente, esta panda de descerebrados que son entrevistados (especialmente irritantes los integrantes de Vídeo Flims) lo que hacen es echar pestes sobre el cine argentino, sobretodo del de autor, pidiendo incluso que se les retire las subvenciones del gobierno, sin embargo, pidiendo apoyo para ellos. Una reivindicación del género que se atreve a decir que todo el cine argentino está desfasado, y que el bueno, el que tiene inventiva, es el suyo “independiente” y de terror. O sea, quitadles las subvenciones a ellos, que aburren a las vacas, y dádnoslas a nosotros que hacemos un cine divertido y para el pueblo, es lo que parecen querer decir estos invitados. Cosa que me parecería medio bien de no ser porque en esencia, todo lo que hacen la gente de Farsa producciones o los de Video Flims y Fomento,  con su pose guay y postmoderna —e incluso agresiva—, por poner dos de los ejemplos más populares,  no es más que cine de mentira sin alma ni inventiva. ¿Reivindicar el cine fantástico argentino e independiente? Me parece cojonudo, pero ¿Es que en verdad existe siquiera una escena? A mí me parece que no. Además, de cada 100, uno es medio decente.
Entonces, no se esperen un documental que hable de un festival consolidado, porque se encontrarán con las declaraciones una panda de mediocres lloriqueando y condenando el cine que va a las salas de exhibición comerciales, aunque estas sean de arte y ensayo.
“No les deis subvenciones a ellos, dádnoslos a nosotros que somos mejores porque hacemos cine de género”, es lo que nos dicen una y otra vez. Vaya una hipocresía.
En definitiva: yo quería ver el origen e idiosincrasia de tan popular festival, y acaba el documental y no solo no me entero de que va el asunto, sino que me encuentro con una gente, el fandom del cine de terror, y los cineastas amateurs amigos del gore y las tripas y el cachondeo barato, de los que quiero estar bien lejos.
Y es que, si hay algo que odie más que un fan medio del cine de terror, es un fan medio del cine de terror que hace películas caseras. Y esta es la crónica de uno de ellos.