Asimismo, lejos de otorgarle la genuinidad del género a una
película como “Perros callejeros” —que pese a quién le pese, es la primera y
verdadera madre del “Cine Quinqui”—, estos aficionados tienen que buscar un referente
intelectual que sirva de percutor de su género predilecto y, para ello, la
película que más se asemejaba a las protagonizadas por “El Torete” era esta
vieja película del plomo de Carlos Saura, ese mal director camuflado de autor y cineasta de prestigio (no hay un dios que aguante una película suya).
Considerando esos fans a esta película, “Los Golfos”, como la originaria de
todo, se engañan a sí mismos. La incursión de este film en esas listas no
otorgará a un subgénero populachero como este un halo de respetabilidad, que
por otro lado, tampoco necesita.
“Los Golfos”, debut en el cine de Saura gracias a unas
pesetas que desembolsó Pere Portabella para producirla, en realidad es una
suerte de neorrealismo casi documental que gira en torno de los denominados
maletillas, que eran jóvenes suburbiales que aspiraban a convertirse en figuras
del toreo. Vamos, que lo que tenemos es una película de tauromaquia.
Y es que, en este film, una serie de maletillas sufragan los
gastos que les ocasiona su pasión, el toreo, a base de dar pequeños palos en
kioskos de lotería o a camioneros. Vamos, que ni tan siquiera son delincuentes
propiamente dicho. En una de estas, cuando uno de ellos está ya preparado para
debutar en el toreo (“arte” este que es bastante clasista), prepararán un gran
robo que les servirá para cubrir los gastos que ocasionará que este joven salga
a la plaza. Esto acarreará disputas y peleas entre ellos.
Por supuesto, la película, descubierta por los plumillas
años después de su estreno que pese a la reputación obtenida en festivales,
pasó bastante inadvertida, viene siempre acompañada de las buenas críticas que
suelen acompañar al cine de Saura solo porque es cine de Saura. Bajo mi punto
de vista “Los Golfos” no es ni tan siquiera una buena película, no es más que Saura
tratando de imitar a Luis Buñuel, y haciendo una película totalmente deudora
del cine de este (hay, en “Los Golfos”, ramalazos de “Los Olvidados”, mezclados
con otros de “Las Hurdes”, con un toque moderno “Saurí” para que no parezca que está copiando) que,
para más inri, fue aplaudida en Cannes por el director maño y le sirvió a Saura
para entablar con él una duradera amistad. Más allá de eso, de la posible
polémica que pudiera causar un film desarraigado como este en los tiempos de
Franco, no creo que “Los Golfos” sea más que una película del montón, sin más.
No mala, pero tampoco para tirar cohetes.
Todo ello depende también un poco de la percepción que el
espectador tenga de Saura, si le ven como ese gran director de cine español
intelectual y concienciado socialmente, o como ese director que gusta en España
a pedantes incapaces de acercarse al cine americano de género por puro esnobismo,
que no son conscientes de que en otros países, películas suyas como “La Caza”,
sin ir más lejos, son estrenadas como muestras de cine exploit, o los que, como
yo, ven en el director a un sobrevalorado realizador caradura y oportunista que
camufla su poca pericia tras la cámara contratando estupendos directores de
fotografía que le arreglen esas películas que hace a base de filmar a gente
bailando tangos o sevillanas.
En cuanto a “Los Golfos”, no es pionera de nada más que de
plagiar a Buñuel, como ya les he dicho hace unas líneas.