viernes, 3 de enero de 2020

MONDO BIZARRO

Clásico del género mondo proveniente de los Estados Unidos que con las miras puestas en lo que ya estaban haciendo los italianos, no se pasan ni la mitad que estos en cuanto a escabrosidad y, en realidad, se trata de una película más deudora del nudie que de cualquier otra cosa. Así, con el punto de partida de mostrarnos comportamientos inauditos y asombrosos de distintas partes del mundo, centra sus objetivos en el sexo y no hacemos más que ver señoras entradas en carnes bailando y mostrando carne. Por otro lado, cuando nos muestra otro tipo de comportamientos ajenos al sexo, como en los mondo italianos, es todo más falso que judas.
No obstante se trata de un mondo amable e inofensivo cuya música yeyé y/o burlesque ilustrando sus imágenes, lo convierte en una cosa kistch, casi pop, que es incapaz de provocar en el espectador algo parecido al mal rollo. Claro que eso puede ser también por la época en que está rodado y su procedencia americana. Quizá en su momento, en los cines para adultos en los que fue proyectada, sí que causara algún tipo de impacto.
Así, vemos como una cámara se cuela en unos probadores femeninos en una tienda de lencería sexy, masajes con final feliz en Japón, representaciones (falsas) de algo parecido al gran guiñol en Alemania —donde no vemos nada de sangre pero sí desnudos— y que, según los expertos, ni Alemania, ni gran guiñol, ni pollas, sino que ese teatro era el famoso Bronson Canyon de Los Angeles.  También vemos extraños complementos de ropa interior femenina que sirven para realzar el busto o el trasero. En el lado sensacionalista no sexual, vemos estúpidos ritos vudú o cómo un individuo se atraviesa con agujas como parte de un espectáculo o, completamente falso y ridículo, cómo un elegante caballero está en un restaurante esperando a que el camarero le traiga su menú, y este está formado por copas y otros objetos de vidrio que nuestro comensal romperá con un martillito y se comerá ante la cámara con cara de estar degustando un delicioso plato de gourmet. Verdaderamente hilarante. Te partes el culo.
El plato fuerte, es la compra-venta de esclavos en Arabia Saudí, en una escena totalmente ficcionada que quieren hacer pasar por real.
Otro punto gracioso es, que para tapar los ojos de algunas de las mujeres que vemos, o sus coños, se utiliza un táctica totalmente rudimentaria que no es otra que rayar el negativo con un alfiler a la altura de la cara o las partes pudendas. Realmente entrañable.
Todo ello perpretado por los señores Bob Creese y Lee Frost, director no acreditado, que consiguieron un gran éxito y resultó ser el pistoletazo de salida para lo que sería su compañía, la Olympic International.
Lee Frost, es uno de los nombres importantes del exloitation sesentero y setentero, que bajo el nombre de R.L. Frost, filmó clásicos absolutos como puedan ser “Campo de concentración nº7”, “Fuga Salvaje” o aquella maravilla con Ray Milland pegado a un negro que es “The Thing With Two Head” y que en nuestro país se estrenó bajo el título de “Experimento diabólico”.
Bob Cresse tampoco se quedaba manco. Aunque solo dirigió una vez, colaboró eventualmente con Lee Frost en funciones de productor y/o guionista, llegando a convertirse en otro nombre indivisible del exploitation más clásico. Además por lo visto estaba un poco pirado, tanto como para que hoy día le acompañe una leyenda repleta de excentricidades.
Siendo “Mondo Bizarro” un título popular como lo es, decir que un álbum de The Ramones se titula así en alusión/homenaje a esta película.
Verdaderamente, está divertida la cosa.