viernes, 25 de marzo de 2022

TODOS RIERON

“Todos rieron” es una película maldita por dos factores decisivos: Por un lado el enorme batacazo que se dio en taquilla y, por otro, el asesinato de una de sus protagonistas, Dorothy Stratten, entonces pareja del director de la cinta, Peter Bogdanovich, a la que mató su manager y marido, Paul Snider, cuando este se enteró de que Stratten planeaba comenzar una nueva vida junto al director. Le pegó un tiro y, acto seguido, se lo pegó él. Bogdanovich nunca se recuperó de esa traumática pérdida.
El batacazo en taquilla lo fue, más que por la falta de atractivo de la cinta, por una mala gestión consecuencia de la megalomanía. Cuando Fox, que en un principio se iba a encargar de distribuirla, no lo hizo al gusto de Bogdanovich, este compró los derechos de su propia película con el fin de distribuirla él mismo de manera independiente. Tomó, un poco, el modelo Cassavetes.
Bogdanovich solo tenía nombre, no infraestructura, por lo que aunque consiguió estrenarla con éxito en los principales cines, pronto sería retirada de cartel porque los exhibidores daban prioridad a las majors. En consecuencia, “Todos rieron” fue relegada al ostracismo pese a las críticas rematadamente positivas y a la popularidad de su director. Tuvo una mala edición en VHS y pronto se convertiría en una película absolutamente olvidada.
Sin embargo, lustros después, cuando directorcitos modernetes y sentenciosos como Wes Anderson o Tarantino comenzaron a reivindicar “Todos rieron”, la película volvió a estar en el candelero convirtiéndose en una obra de culto buscada por un montón de aficionados, y que gozaba de cierto ignotísmo hasta que por fin se editó en DVD.
A día de hoy, con la perspectiva suficiente, los historiadores consideran a esta película una de las que pusieron punto y final al New Hollywood, equiparándola a grandes fracasos como “La puerta del cielo” de Michael Cimino o “Corazonada” de Coppola, cosa que me parece de lo más sensata por que, efectivamente, estos fracasos dan paso al cine espectáculo de los 80 y suponen un cambio de tercio en la industria del cine, además de tratarse de tres películas aburridísimas que es lo que suele omitirse. Sí, son las tres un absoluto coñazo. Como se trata de películas de directores influyentes de aquella época se buscan siempre excusas para justificar esos fracasos, y quizás estos estén excusados con justicia, pero indisolublemente, lo cierto es que son films que fracasarían de cualquier modo por el mero hecho de que no eran buenas películas.
“Todos rieron” es una de las comedias más extrañas de los 80, porque, lo cierto es que está tremendamente bien dirigida, con un ritmo apabullante y la cámara tomando todos los puntos de vista posibles desde la perspectiva de los personajes, pero por otro lado, es una de las comedias menos graciosas que existen y su historia es confusa y liosa cuando no debería serlo porque su argumento es ligero: Más o menos la cosa va de unos de detectives que, investigando en casos en los que maridos contratan sus servicios para ver si sus esposas les son infieles, deambulan por las calles de Nueva York mientras se meten en toda suerte de líos de faldas y se enamoran. Una chorrada. Una suerte de alta comedia a la Blake Edwards —pero en mal— con demasiadas pretensiones. Me costó bastante acabarla.
Sin embargo, viéndola, me di cuenta de que Tarantino o Wes Anderson fueron honestos a la hora de reivindicarla, y más en concreto Tarantino que en los títulos de crédito de “Jackie Brown” agradecía a esta película la influencia, y es que, efectivamente, todas las subtramas, los puntos de vista desde los distintos personajes y la fluidez en general de “Jackie Brown”, fueron fusiladas de esta película de Bogdanovich. Nada nuevo.
Asimismo, también es una película que supuso uno de los últimos papeles para el cine de Audrey Hepburn, motivo que parece darle mayor pábulo a la cinta, que completa el reparto junto a Ben Gazzara, John Ritter, Patti Hensen o Colleen Camp.
Por otro lado, sobre toda la odisea que supuso la filmación de esta película, existe un estupendo documental de 2014 titulado “One Day Since Yesterday: Peter Bogdanovich and the Lost American Film” de Bill Teck, que pasa de soslayo por toda la carrera del director para detenerse concienzudamente en “Todos rieron” y sus circunstancias, contando todo lo acontecido en esa película, para a continuación seguir con el resto de la carrera de Bogdanovich. Como suele pasar a menudo, mucho mejor el documental que la película que documenta.
“Todos rieron” se estrenó de tapadillo en nuestro país congregando a casi 175.000 espectadores, e incluso llegó a aparecer en vídeo de alquiler distribuida, curiosamente, por Lightning Video que solía poner en videoclubs películas bastante opuestas a esta. De hecho, a esta costrosa edición pertenece el ripeo que yo he visto.