lunes, 2 de mayo de 2022

SPICEWORLD: LA PELÍCULA

Me encanta ese subgénero que abarca todas las películas concebidas para el lucimiento de un determinado artista. Porque, además de tratarse de productos que cumplen con su cometido, no siempre, pero es fácil que te puedas llevar alguna sorpresa. A mi edad no me duele reconocer en absoluto que una de las películas de Hombres G, “Sufre Mamón”, se encuentra sin duda entre mis favoritas de todos los tiempos, del mismo modo que siento debilidad por ese tipo de films destinados a promocionar a cómicos o que surgen en consecuencia a un espacio televisivo de éxito. Quizás estas películas responden más a inquietudes arqueológico-exóticas, pero del mismo modo que en su momento ciertos críticos se deshacían en halagos con según que películas de Elvis Presley o de The Beatles, yo lo hago con algunos títulos, no ya de Hombres G, sino incluso de Peret o Manolo Escobar. Como fuere, dentro del subgénero no es difícil que me guste bastante algo de lo que propone. No dejaré de mencionar esa película al servicio de Dani Martín de "El canto del loco" titulada “Sinfín”. Es una buena mierda.
Naturalmente, no es el caso de  “Spiceworld: La película”, que nace tan solo para tocar los cojones a Disney que previamente había hecho una oferta a las Spice Girls para protagonizar una de sus producciones —y que rechazaron—, y cuya infamia no me ha dejado indiferente. Dudo bastante que la vuelva a ver en un futuro, pero mentiría si no dijera que me ha sorprendido sobremanera la gran capacidad que posee de insultar a todos los involucrados, al séptimo arte en general y, sobre todo, al espectador. Y no nos llama bastardos, o malnacidos; nos llama a todos retrasados mentales.
“Spiceworld: La película”, cuya única finalidad es promocionar por el globo terráqueo el segundo álbum de las Spice Girls (el primero se había convertido poco menos que en un fenómeno social), nos presenta a unas Spice en la cumbre de su fama que se las tendrán que ver con una serie de gerifaltes del mundo de la música que, sin motivo aparente, pretenden boicotear la existencia del grupo. Entre tanto, las Spice Girls saltan, bailan, cantan sus canciones y hasta reciben la visita de unos extraterrestres que bajan a la tierra para ver el concierto que tendrá lugar al final de la película, y que ya que están ahí, aprovecharán para meterles mano. No, no es broma, uno de los extraterrestres toca con su mano deformada la teta de la Spice Girl negra. También, en otra secuencia, las cinco zagalas ayudan a parir a una china… Háganse una idea del desmelene que propone la única película de las Spice Girls.
Todo ello en un ir y venir a ninguna parte, mostrándonos a unas Spice Girls absolutamente mongólicas interpretando (mal) escenas para un público decididamente subnormal. El pasar vergüenza ajena jamás tuvo más sentido.
Para colmo de males, cuenta con pequeños papeles y cameos de reputadas personalidades británicas, haciendo asimismo de retardados, como puedan, agárrense los cojones, Roger Moore, Bob Hoskins, Meat Loaf, Richard E. Grant, Allan Cumming, Elton John, Elvis Costello…
Además la película está rodada como el culo, mal montada, y con unas transiciones de Windows Movie Maker que tiran de espaldas.
El caso es que en el momento de su estreno, esta bazofia llena de colores chillones y de pizpiretas golfillas que acabarían casi todas siendo carne de la prensa rosa (como les vaticina muy acertadamente un juez dentro de una ensoñación que tiene una de ellas en la película) y esposas de futbolistas megalómanos, fue condenada a críticas feroces, más sangrantes que cualquier cosa que pueda yo decir de esta mierda, pero las Spice Girls estaban en lo más alto y el resultado de esto se tradujo en una de las películas inglesas más taquilleras de la historia, quedando segunda tras “Titanic” a nivel mundial, en aquel aciago 1997. “Titanic” también le va a la zaga...
Por suerte Spain is a little different, y aquí también fue un éxito que casi alcanza el millón de espectadores, pero no se convirtió en el fenómeno social que supuso para el resto del mundo, en el que el número de espectadores superaba fácil los cuatro millones según el país.
Por supuesto, y como se puede intuir, la película ganaría innumerables premios Razzie.
En definitiva, “Spiceworld: La película” es un spot no demasiado caro, 25 millones de dólares, que además de recaudar lo que no está escrito, sirvió para que las ventas del segundo álbum de las Spice fueran mayores que si no se hubiera rodado la película. Vendieron una barbaridad. Aunque ellas tendrán el estigma, durante toda su vida, de haber sido retratadas en el cine como deficientes mentales de grado alto.
Lo más curioso de todo, es que 25 años después, con el grupo ya disuelto, las Spice Girls amenazan con rodar una secuela… dudo mucho que con los tiempos que corren nadie ose a poner sus dineros en semejante locura, pero si eso llega a ejecutarse, vive dios que iré el mismo día del estreno para no perdérmelo. Si te gusta el cine, estas cosas hay que verlas. Y si no, también.