sábado, 11 de marzo de 2023

EL PILOTO (PLANE)

Había dejado "El Piloto" (o "Plane") para ver un fin de semana tonto porque, aún consciente que seguramente cumpliría con su función de producto desalmado pero entretenido, no las tenía todas conmigo. ¿Una peli de acción tardía con el plataformero Gerard Butler y aviones en CGI? ay, no sé, no sé.
No obstante, tampoco estaba dispuesto a prescindir de ella (como hago con algunas que me bajo, miro por encima y digo "Pfffff, qué pereza"), principalmente porque sabía que, en algún momento de la trama, se mostraba un avión de pasajeros pasándolo canutas, asunto este que me fascina tanto como aterra. Soy un yonki, me como todo lo que tenga que ver con accidentes aéreos. Hasta infrabasuras de Fred Olen Ray (bueno... tampoco tanto) Así que, sí, "El Piloto" iba a caer. Y cayó (nunca mejor expresado)
Un avión de pasajeros (poquitos, entre ellos un criminal escoltado) es sacudido por un rayo en plena tormenta, así que se ven obligados a descender. El piloto (Butler), que es un máquina, localiza un islote y logra posar el parato en el suelo. Todo pinta más o menos bien, hasta que descubren que es un lugar sin ley comandado por una panda de piratas muy chungos. Estos, inevitablemente, se enterarán de la llegada y secuestrarán al pasaje... menos al piloto (y al criminal, que tampoco resulta serlo tanto), quienes se pondrán manos a la obra, hombro con hombro, para rescatar a la peña y matar a los malos (si es que es necesario...y, afortunadamente, lo es)
Pues sí. No se lo voy a negar. Lo mejor de "El Piloto" lo localizarán en los primeros 25 minutos (el vuelo accidentado y su aterrizaje, realmente tenso) y los últimos 10 o 15. Tan claro lo tenía, que al terminar esa primera parte ampliamente gozosa -durante la que mi ojete se encontraba cerrado herméticamente, tan absorto que no pensaba en otra cosa... digo yo, no mi ojete- bromeé con aquello de "Ya puedes quitarla" Pero no, my friends.... resulta que lo que sigue está a la altura. Villanos crueles y terribles que disfrutas viendo morir (ojo al desenlace, casi salto del sofá), buenas dosis de violencia, con sus chorretones sangrantes, ritmo ágil, una trama clasicona pero no perezosa, directa al grano, perfecto acabado técnico y sus momentos de genuina emoción. Vamos, lo que en mi pueblo llamamos un solvente producto palomitero, de género puro, sin complicaciones, estridencias, ni pretensiones y agradablemente entretenido. Se la recomiendo, concho.
Produce Lionsgate. Jean-François Richet, director y franchute de nacimiento, tiene en su currículum el olvidable remake "Asalto al distrito 13" y la pasable "Blood Father".