sábado, 25 de marzo de 2023

LA TERRORÍFICA NOCHE DEL DEMONIO

¿Una película de terror ítalobelga de 1971? ¿pero qué hago viendo yo esto y, encima, concluyendo con una sensación tirando a satisfactoria? Pues mire, cosas que pasan. La tenía y decidí probar.
Conocida en versión original como "La plus longue nuit du diable" ("The devil´s nightmare" para el mercado internacional), narra la historia de siete turistas de lo más variopinto, cada uno de ellos cumpliendo a rajatabla con uno de los siete pecados capitales, que accidentalmente -o no- recalan en un castillo castigado por una maldición familiar sobre aquellos que lo habitan. Esa misma noche, llamará a la puerta una atractiva dama que resultará ser un súcubo dispuesto a exterminar a los presentes, one by one.
Dirigida por un tal Jean Brismée (rebautizado para la siempre errática caratula del vhs patrio como Brisme´e) en lo que sería su última película (o su única película, si me apuran), y destacando entre el reparto a Erika Blanc (todavía hoy activa), lo que más me sorprendió de este producto que muchos califican de euro-trash, o citan absurdamente como precedente e inspiración del "Seven" de David Fincher, fue su generoso y explícito erotismo (tetillas a la vista, más una escena de amor lésbico bastante notable, censurada en algunos países), así como el gráfico -para 1971- acuchillamiento de un bebé real nada más comenzar. También encontrarán unas nunca agradables dosis de crueldad animal, puede que no auténtica (por lo visto las criaturas fueron sedadas), pero sí sospechosas.
La cuestión es que la trama resulta llevadera, sobre todo al principio, cuando los invitados se interrelacionan entre ellos, dando incluso pie a alguna risilla involuntaria. Luego, en el momento que comienzan los crímenes, la cosa flojea un poco, pero sin llegar a desesperar. Las muertes no son nada del otro jueves, destacando tal vez una decapitación. Aunque mi parte favorita es cuando la malvada súcubo tienta a un pobre curilla con cara de despistado, a base de aparecer y desaparecer en un efecto elemental propio de Georges Méliès (o Andy Milligan en "Matanza") Muy entrañable todo.
Al final, pues resulta que me zampé tan ricamente los 95 minutos que dura "La terrorífica noche del demonio" (que gran título) y hasta me hizo gracia. No sé yo si se la recomendaría, pero oiga, igual les funciona a ustedes como lo hizo conmigo.