jueves, 28 de enero de 2010

LA HERENCIA VALDEMAR

Lo primero que debemos considerar al sentarnos a ver LA HERENCIA VALDEMAR, es que no es una película de Paul Naschy; es una película en la que el tubo un papel secundario bastante escueto. Quizás por este pequeño detalle, los fans echen pestes del film, por que no es una peli 100% Naschyana. Pero lo escueto de su aparición, no es ni menor ni mayor que la del resto del reparto, es una peli coral en la que hay muchos personajes y todos salen un poquito.
Y bien, no es un film redondo, pero es una peli que nos ha tenido a mi señora y a mí dos horas totalmente entretenidos en una sala prácticamente vacía, que nos ha enganchado porque lo que cuenta es interesante, pero también por las entupidas frases que el guionista hace escupir a los actores en algunos momentos. O sea, que la cosa está entre lo interesante y la patochada, una cosa a medio camino.
Cuenta una historia dentro de una historia: en la primera, una joven va a una antigua mansión a catalogar las antigüedades que hay dentro de ella y se topa con fenómenos extraños. Se tiran unos días sin saber de ella, hasta que envían a un tipo a buscarla, y este en el tren que le ha de llevar a la Mansión Valdemar, se encuentra con una mujer que le narra lo acontecido en aquella casa: Lo que sería la historia dentro de la historia y el grueso de la película en la que se nos cuenta como un tipo a principios de 1800, se dedicaba a experimentar con la fotografía y a tomar falsas fotos de espíritus, sacadas en falsas sesiones de espiritismo que el mismo montaba con el fin de vender luego las fotos. La mala suerte se cierne sobre el, cuando la prensa se da cuenta del engaño y comienza a chantajearlo. Ante la negativa, va a la cárcel y es sacado de allí por Aleister Crowley, quien a cambio, le pedirá a este que tome contacto real con los muertos, a fin de obtener conocimientos… y hasta ahí cuento, que yo creo que ya es suficiente.
Si hubieran pulido un poco los diálogos, si hubieran conseguido que algunos momentos no dieran vergüenza ajena, hubieran conseguido que LA HERENCIA VALDEMAR, que además se lleva el lujo de ser la única película española estrenada en cines que no tiene subvenciones del ministerio de cultura (al menos en los últimos años), fuese la gran película de terror del cine Español, pero se queda a medio camino, con un graaaan trecho por delante, así que simplemente la sentenciamos con un “Se puede ver tranquilamente”.
Pero si hay algo que me ha fascinado en esta peli, es sin duda la interpretación de Paco Maestre, que hace de Aliester Crowley. La presencia, voz y aspecto del actor (uno de nuestros actores clásicos, ojo, que este estaba en todos los programas infantiles que veíamos en la tele los que tenemos treintaytantos...), eclipsan al resto de la película consiguiendo incluso, que cuando el no está en plano se le eche de menos. Sin duda uno de nuestros mejores actores vivos, y hay que ver lo desaprovechado que está.
La función la maneja José Luis Alemán, que debuta, y en lo concerniente a ambientación, y rollos técnicos lo hace a lo grande y con un resultado satisfactorio, nos deja bien preparadita a la platea, dejando la película inconclusa pero avisando de que próximamente veremos la segunda parte, mostrándonos imágenes de lo que se nos viene, cuanto menos sugestivas… claro que en el cine éramos cuatro gatos y en el resto de cines no creo que fuésemos muchos más… así que igual ni la vemos.
¿Paul Naschy? Actuando mejor de lo habitual. La experiencia al final lo convirtió en un actor creíble.
¿Sangre? Poquita. ¿Monstruos? Un par de ellos. Resultones.