
De la 6 hablaré en breve, pues la tengo lista para visionar. De momento, centrémonos en la previa.
Lo primero es lo primero: A estas alturas la franquicia ya había dejado de tener la más mínima conexión con el film-madre y ya se iban por otros derroteros. La única cosa que las unía era su "interés" en la licantropía, y para de contar. Es evidente que el título era un mero gancho comercial. Asumido eso, lo que aquí tenemos es una historia tipo "Diez Negritos" (con goticas de "La bestia debe morir") en la que una serie de personajes con un secreto común, son conducidos a un viejo castillo que lleva cinco siglos cerrado y sobre el que pesa una maldición. A la vez que presenciamos las trifulcas y patochadas de los invitados, descubrimos que uno de ellos es un hombre lobo. La "coña" está en averiguar quien.
En su época recuerdo que este "Aullidos 5" me moló, y es que las anteriores eran tan malas (salvo la de Joe Dante, y con especial énfasis en las 2 y 3) que superarlas tampoco resultaba complicado. El director de esto, Neal Sundstrom (responsable de un montón de cosas raras y co-director de otro clásico de los video clubs, "Space Mutiny", junto a David Winters), se intenta currar una atmósfera gótica... no es que lo consiga, pues el en general look fibroso de la imagen, y su planificación telefílmica, lo impiden, pero es un buen intento y se agradece. La banda sonora está potable, y los coros que suenan cada vez que muere alguien, son un puntazo. La historia no aburre en exceso a pesar del lerdismo de sus personajes y, bueno, el hombre lobo hace apariciones bastante escuetas en las que no lo vemos excesivamente bien (lo mismo que el elemento sangre, muy discretito). Eso sí, hay unas pocas tetillas.
Resumiendo, que "Aullidos 5" no es gran cosa y puede que muchos la encuentren monótona e insípida, pero con un poquito de paciencia, puede ser un moderado entretenimiento de sobremesa u hogareña noche de finde.