miércoles, 27 de enero de 2010

LA MATANZA DE TEXAS 2004

No fue el primero en su especie, pero sí marcó la pauta. El remake de "La matanza de Texas" resultó no solo un éxito en las taquillas, también a nivel crítico. Todos la esperábamos con uñas y dientes afilados, dispuestos a destrozarla... y nos quedamos sorprendidos al ver que, después de todo y pese a su arriesgada condición de "versión moderna de un clásico intocable del terror setentero", no estaba tan mal. Obviamente, sus detractores ultra-puristas ha tenido, y tiene, esos siempre están ahí, sin entender que una imitación exacta sería todavía peor, pero en general, y yo me incluyo, las reacciones solían/suelen ser positivas. Incluso con Michael Bay produciendo (eso sí que daba miedo). Por ello resulta curioso, ahora que estamos rodeados de remakes y algunos se esperan con ansias ("Piraña 3D" por mi parte, y el nuevo Elm Street -también del Sr.Bay- por parte de otros), volver a repasarla, siete años después (porque aunque en España le pusieron lo de 2004, en realidad su año de producción es justamente el anterior).
"La matanza de Texas 2004" arranca muy bien, y así se mantiene hasta la primera (y triunfante!!!) aparición del nuevo (y muy logrado) Leatherface con su sierra mecánica. Después de eso y en adelante, la cosa va perdiendo fuelle... especialmente en su persecución final, algo monótona. Acaban de estropearlo los innecesarios actos heróicos de la tremenda-tremenda protagonista y su camiseta mojada (Jessica Biel), pero el plano final de un enfurecido cara de cuero blandiendo su sierra bajo la lluvia te deja buen sabor de boca. Como también lo deja el personaje de R.Lee Ermey a modo de falso sheriff mega-cabrón.
Uno de los puntos fuertes de la peli, acertadas variantes narrativas a un lado (el no querer ser una mera fotocópia es todo un detalle), está en lo estético. Su look. Cierto que adolece un poco de esa "suciedad limpia" típica de todo producto Hollywoodiense que pretende ser tímidamente sórdido, pero convence... a uno le da la sensación de sufrir en su cuerpo el mismo calor pegajoso y apestoso que los protas y luego hay detalles como, por ejemplo, la secuencia en la que Leatherface se pone la cara del novio de la prota a modo de máscara y la mira fijamente mientras un montón de plumas (procedentes de un abrigo que acaba de serrar, con su propietaria dentro) le rodean. Muy bonito, sí señor.
El nivel de gore puro no es excesivo... pero notable si tenemos en cuenta su origen mainstream (y al fin y al cabo, en la original no había casi pizca de sangre, no lo olvidemos).
Total, que "La matanza de Texas 2004" se nos puso a casi todos en el bolsillo y dio la suficiente fuerza a Michael Bay para seguir remakeando clásicos modernos del horror, algunos pura mierda ("Amityville") y otros con resultados potables, como su segunda asociación con Marcus Nispel (dire de esta nueva matanza tejana) para devolver la dignidad a Jason Voorhees. Muchos se quejaron de que el talento desplegado en "La matanza de Texas 2004" no se apreciaba en el nuevo "Viernes 13"... pero yo -y otros- digo, el film de Tobe Hooper daba mucho juego y tenía muchas posibilidades, las hazañas del asesino de Crystal Lake en eso son más limitadas.
Resumiendo, no es la repanocha, pero está bastante digna, sí señor.