martes, 19 de enero de 2010

EL AULLIDO DEL DIABLO

Una absoluta marcianada con la que se pretendía sacar a Paul Naschy del olvido en el que estuvo sumergido a finales de de los 80. Un producto que le devolvería el prestigio ganado con los años y que le pondría de nuevo en primera línea. Ahora, yo me pregunto: ¿Desde cuando una jodida serie Z de lo más chabacana sirve para eso? Es lógico que la película fracasara. Estábamos en el año 1988, en cartel películas como NOCHE DE MIEDO, ROBOCOP y otras muchas. La platea ha perdido la ingenuidad y la manera de ver películas fantásticas hace ya tiempo que ha cambiado. El producto que ofrecía Naschy era de todo menos atractivo. No en vano es la película menos taquillera del cine Español, que recaudó la friolera de 2.324 pesetas (el equivalente a 13 euros), datos estos no contrastados, pero creíbles (más si tenemos en cuenta que una de las muchas películas que he visto completamente solo en una sala de cine fue ROJO SANGRE, también con Paul Naschy, esta vez en los tiempos en los que su figura se reivindicaba, con lo cual, llego a la conclusión de que los fans de Paul Naschy son una legión, pero al fin de cuentas una minoría a la hora de llenar salas de cine comerciales) y que hacen que veamos la peli con más morbo si cabe.
A ver, a mí la película me ha gustado muchísimo, pero eso no quita el reconocer que estamos ante una peli mala de pelotas. A todo aquél que diga que “esto” es un producto de calidad, es para no tomarle en serio jamás de los jamases… pero como buen degustador de cine malo, EL AULLIDO DEL DIABLO, es una delicatessen.
Un actor con mucha pasta y muy mala hostia, vive en la montaña con su sobrino (Sergio Molina) y su criado (Howard Vernon). De vez en cuando envía al criado a que le busque alguna chavalita (en esta peli, que una muchacha que no es prostituta, acepte dinero a cambio de sexo con total normalidad, es una cosa del día a día) con la que gusta practicar sexo violento vestido de algún torturador celebre, como Rasputín o Barba Azul. Por otro lado tenemos al cura y al tonto del pueblo hablando mal de la gente de esta casa, y además descubrimos que el cura estuvo liado con la asistenta del actor ( Caroline Munro, más guapa de lo que ya de por sí era), y que planea su muerte si no vuelve a su lado. Pero está, sin duda está enamorada del personaje de Paul Naschy, con la que ocasionalmente, no sin resistencia, se pega algún que otro restregón (en el que Naschy pone cara muy lasciva…). Y por fin tenemos al sobrino del actor, hijo también del actor bueno de la peli, que murió (uno que se dedicó toda su vida a un subgénero y que fracasó… ¿les suena? Claro, que este planea su venganza desde el más allá) y que se tira toda la peli con sus amigos imaginarios que son los monstruos clásicos, interpretados por Naschy cómo no podía ser de otra manera. Y por otro lado, estamos en los 80 y Naschy sabe que el Slasher es el género que manda en el cine fantástico, así que unas buenas gotas de Slasher, también hay.
Bien, la película es entretenida, pero más allá de que la disfrutamos por su condición de “película de cuarta categoría” porque eso nos gusta mucho, la película no vale absolutamente nada.
En cuanto eso que dicen los estudiosos, fans a muerte de Paul, de que esta es “La peli más personal de Naschy” simplemente porque en ella se habla de lo grande que fue y se le hecha la culpa a otros de su fracaso, decirles entonces que todo el cine de Naschy desde entonces es personal, porque no ha sabido hacer otra cosa que despotricar, prácticamente hasta que se ha muerto.
Se dice por ahí, que el guión en realidad no es de Naschy, si no que lo escribió Salvador Sainz, y Naschy se lo robó. Bien, a mi me cuadra que sea un guión de Jacinto Molina por la temática y la auto compadecencia, pero me gusta creerme a Salvador Sainz, así que otorguémosle el beneficio de la duda. No obstante ¿Qué mas da? Este guión no ha proporcionado nada a nadie y es una absoluta mierda.
Y después de cebarme un poquito, decir lo mucho que me he divertido viendo esta peli, por marciana, por delirante, por chabacana, y por mala. Todo eso es sinónimo de diversión y pocas ganan a EL AULLIDO DEL DIABLO en todo eso.
Verán, en la peli, a medida que una señorita de las muchas que visitan el lugar donde vive el protagonista, son acuchilladas por un personaje enmascarado ( los momentos Slasher de la peli). Bien, pues todo ocurre de una manera tan apresurada, mal filmada y te pillan estos acuchillamientos tan de sorpresa, que ¡ni nos damos cuenta de que ocurren!! Y cuando por fin nos damos cuenta de que por esos parajes pulula un asesino enmascarado, en seguida nos olvidamos, porque pronto quedamos fascinados con Naschy haciendo de Fu Manchú, por ejemplo.
A destacar (y agradecer) los diálogos más misóginos, machistas y sexistas que se han escuchado en una película (- A las putas, se las usa y después se las tira. Que se vaya de aquí, esto no es un hotel para putas- sale de la boca de Naschy, y dicho esto, deja en mitad del campo a una jovencita, con la que acaba de hacer el amor y con la que dice haberse sentido como en sus mejores tiempos, !jajajaja¡)
En definitiva, una de las películas de Paul Naschy con las que mejor me lo he pasado, pero, eso si, por su condición de absoluto despropósito, de absoluto mojón cinematográfico, y no por todo lo contrario, que a muchos escribientes se les va la pinza y acaban diciéndote que esta peli es una obra maestra.