Seguimos revisando cosillas que llamen la atención sobre Paul Naschy ( No hay que confundirse, al Cesar lo que es del Cesar, pero yo siempre he sido fan de este señor), con este producto que el mismo dirige y que no deja de ser una rareza en su filmografía. Ya sabemos que tocó todos los palos, pero MADRID AL DESNUDO, es cine social, sutilmente camuflado de comedia. Eran tiempos del destape y lógicamente, aquí hay unas cuantas señoras destapadas y elementos cómicos reconocibles; otra cosa es que al espectador le hagan gracia.
Cine social, porque al señor Molina, basándose en una novela, no se le ocurre otra cosa que criticar a la alta sociedad madrileña, poniendo sobre el mantel cuestiones sexuales y de adulterio de ministros, banqueros, directores de cine y demás fauna, que según cuenta en sus memorias, ya le costaron algún que otro disgusto. Y entre todos estos señores de buen ver, y para que quede claro del lado que está el señor Naschy, el se reserva el papel de chofer de uno de estos gerifaltes. Eso no le exime de que su personaje cometa adulterio y/o tenga unas actitudes machistas, que lejos de sus intenciones, son las únicas que provocan un poco de hilaridad en el espectador.
Coral, y a base de segmentos entremezclados, MADRID AL DESNUDO, nos propone un soberano ejercicio de aburrimiento, con un guión que no hay por donde cogerlo y donde las mejores partes ( por inocentes, graciosas (no en sus intenciones) , políticamente incorrectas y absurdas) son las que protagoniza el propio Naschy, siendo este utilizado cual semental por una joven cuyo marido es estéril y siendo apalizado por unos desaprensivos que lo dejan en pelotas en el parque.
Sorprende ver un reparto tan correcto en lo que sin duda es una de las peores películas de su filmografía; las malas hacen mucha gracia por eso mismo, pero esta ni eso.
Por ahí andan Fernando Fernán Gómez y Agustín González, dándole a la jodienda ambos con Julia Saly descocándose por ahí.
Paul Naschy, como casi siempre, está doblado por un actor de doblaje. Eso es lo normal, pero ¿Porqué Agustín González también lo está? Esto me lleva a la conclusión, de que a Naschy no se le doblaba por mal actor ( que lo es y mucho....! por eso es grande¡) si no por otros motivos ya que por el contrario, Agustín González si era un buen actor. Se me escapa lo del doblaje. Además siendo un producto en el que Molina mandaba, no le veo el sentido a todo este rollo del doblaje.
Que conste, que me llena de júbilo el hecho de que en la peli ha de quedar constancia de que Naschy es un tío bueno ( esos planos a pecho descubierto, esas camisetas ajustadísimas y con mangas cortísimas para que contemplemos sus brazacos) y que la tía buena de la peli, es Naschy quien se la lleva a la cama, ¡jajajaja!.
Se cuenta en su ultima biografía, que el fracaso en salas de esta película se debe a un toque de las altas autoridades que no quedaron nada contentos con como se les deja en la película. Puede que sea cierto, Dios me libre de pensar lo contrario, pero a mi, casi me cuadra más la idea de que esta película no la vio nadie porque es horrorosa. Sencillamente, no se puede ver. Yo aguanto porque soy un bicho raro, pero a los cinco minutos, ya estaba cansado.
Únicamente, para completistas.
Cine social, porque al señor Molina, basándose en una novela, no se le ocurre otra cosa que criticar a la alta sociedad madrileña, poniendo sobre el mantel cuestiones sexuales y de adulterio de ministros, banqueros, directores de cine y demás fauna, que según cuenta en sus memorias, ya le costaron algún que otro disgusto. Y entre todos estos señores de buen ver, y para que quede claro del lado que está el señor Naschy, el se reserva el papel de chofer de uno de estos gerifaltes. Eso no le exime de que su personaje cometa adulterio y/o tenga unas actitudes machistas, que lejos de sus intenciones, son las únicas que provocan un poco de hilaridad en el espectador.
Coral, y a base de segmentos entremezclados, MADRID AL DESNUDO, nos propone un soberano ejercicio de aburrimiento, con un guión que no hay por donde cogerlo y donde las mejores partes ( por inocentes, graciosas (no en sus intenciones) , políticamente incorrectas y absurdas) son las que protagoniza el propio Naschy, siendo este utilizado cual semental por una joven cuyo marido es estéril y siendo apalizado por unos desaprensivos que lo dejan en pelotas en el parque.
Sorprende ver un reparto tan correcto en lo que sin duda es una de las peores películas de su filmografía; las malas hacen mucha gracia por eso mismo, pero esta ni eso.
Por ahí andan Fernando Fernán Gómez y Agustín González, dándole a la jodienda ambos con Julia Saly descocándose por ahí.
Paul Naschy, como casi siempre, está doblado por un actor de doblaje. Eso es lo normal, pero ¿Porqué Agustín González también lo está? Esto me lleva a la conclusión, de que a Naschy no se le doblaba por mal actor ( que lo es y mucho....! por eso es grande¡) si no por otros motivos ya que por el contrario, Agustín González si era un buen actor. Se me escapa lo del doblaje. Además siendo un producto en el que Molina mandaba, no le veo el sentido a todo este rollo del doblaje.
Que conste, que me llena de júbilo el hecho de que en la peli ha de quedar constancia de que Naschy es un tío bueno ( esos planos a pecho descubierto, esas camisetas ajustadísimas y con mangas cortísimas para que contemplemos sus brazacos) y que la tía buena de la peli, es Naschy quien se la lleva a la cama, ¡jajajaja!.
Se cuenta en su ultima biografía, que el fracaso en salas de esta película se debe a un toque de las altas autoridades que no quedaron nada contentos con como se les deja en la película. Puede que sea cierto, Dios me libre de pensar lo contrario, pero a mi, casi me cuadra más la idea de que esta película no la vio nadie porque es horrorosa. Sencillamente, no se puede ver. Yo aguanto porque soy un bicho raro, pero a los cinco minutos, ya estaba cansado.
Únicamente, para completistas.