"Little Erin Merryweather" es la más reputada. Hay incluso quien, en su día, la calificó de lo mejor del año en cuanto a horror. ¿Hay pa tanto?... ni pa tanto, ni pa la mitad. El problema de esta peliculilla es que se cree mejor de lo que finalmente es. Digamos que le sobran humos. El director, David Morwick (nada más interesante en su escueta filmografía), está convencido de que tiene entre manos un film de terror que rompe convencionalismos. Y sí, es cierto que en algunos aspectos se sale sutilmente de la norma... las víctimas son hombres y el asesino mujer, los protas, universitarios, no son gilipollas que están a todas horas pensando con la bragueta, hay algunas imágenes

Por su lado, "The Tooth Fairy", es otra de las producciones (directas a DVD) adscritas al género que más nos gusta impulsadas por Stephen J. Canell, papá de "El Equipo A" y adicto a los rayos uva (en ese "pack" también debemos incluir "Al acecho", "The Garden" y "Left in Darkness", con la sabrosa Monica Keena de protagonista... ¡yum!). Básicamente es un slasher en el que cambiamos al típico asesino enmascarado por una bruja obsesionada en recolectar dientes de críos. Da la puta casualidad que la que era su casa se ha convertido ahora en un hostal, y la familia que lo regenta tiene una (repelente) hija pequeña a la que, ¡hop!, se le cae un diente. Eso despertará a la "Tooth Fairy" que comenzará a cebarse con los residentes y el espectador.
La verdad, si reseño esta aburrida, plana y previsible peli es solo por un motivo: el gore. Sorprende lo mucho que el film se recrea en la truculencia, especialmente en el asesinato de una rubia hacia la mitad, a la que clava en la pared, corta un brazo y saca las tripas. ¡Guau!. Las armas favoritas de la bruja son un hacha y una pistola de clavos. ¡Ah! y también hay tetas. ¿El resto?, a cámara rápida.
Curiosamente, mientras escribía estas reseñas, me he dado "cuen" de que ambas pelis todavía guardan más puntos en común. Que el asesino es hembra (como suele ser en la vida real, básicamente) y ambas son perfectamente evitables.