sábado, 20 de febrero de 2010

ANTICUERPO

Aceptaré que "Anticuerpo" es una imitación de "El chip prodigioso" (gran película), si queda claro que "El chip prodigioso" es una imitación de "Viaje Alucinante". Me parece injusto que la de Joe Dante quede libre de culpa únicamente por no ser una serie B destinada a los estantes del vídeo-club. Aquí o todos moros, o todos cristianos, cojones. Dicho esto, es fácil adivinar de qué va "Anticuerpo": de viajes alucinantes al interior del cuerpo humano gracias a la capacidad de miniaturización que tienen algunos chips prodigiosos.
En esta ocasión, el tipejo que servirá de recipiente es un malvado terrorista que esconde en sus interiores un micro-detonador listo para activar un montón de bombas atómicas si su corazón se detiene. El encargado de desmantelar el trasto, el gran Lance Henriksen, y un equipo especial, todos bien metiditos dentro de un submarino futurista, serán reducidos al tamaño de las moléculas e inyectados al malo. Dentro, además de localizar el aparato en cuestión, tendrán que enfrentarse a glóbulos blancos y otros bichos microscópicos.
El arranque de esta peliculita está muy bien, tiene ritmo, diversión y promete un montón de emociones. Desafortunadamente, luego las cosas no son como uno las espera, y el film decae gravemente cuando, paradójicamente, arranca lo que se supone es "lo bueno". Los efectos digitales aún tienen un perdón, pero las relaciones entre el equipo salvador (repleto de momentos para el ridículo más regocijante y la vergüenza ajena) pues como que no. La acción va a cuentagotas y, en fin, que al final "Anticuerpo" hace honor a su condición de caspilla de consumo rápido y fácil.
Robin Givens, con su constante risa torcida, resulta del todo irritante. A Velizar Binev lo has visto en un montón de productos de parecido calibre. Y a Gastón Pauls nada menos que en ¡"Nueve Reinas"!.
Entre los productores destaca Phillip J. Roth, director de "APEX".
Si asumes lo que es, se puede ver y hasta disfrutar comedidamente.