martes, 14 de julio de 2009

KILLING ARIEL

Un tipo le cuenta a un siquiatra, que de pequeño descubrió que su madre era infiel a su padre. Esta se lo confeso a su marido, añadiendo además que no se trataba de un humano, si no de un incubo. Al niño de vez en cuando se le aparecía.
De mayor, el tipo trata de llevar una vida correcta, rechazando los posibles polvos que le salen para no serle infiel a su mujer, hasta que descubre a una jovencita llamada Ariel a la que se folla base de bien, pero resulta ser el incubo…o no. Total, que el resto de la película, se las pasa matándola de diferentes maneras, ya que cada vez que mata al demonio, el tipo despierta de lo que se supone un sueño.
Con un punto de partida a priori interesante, esta mezcla de ATRAPADO EN EL TIEMPO, terror sobrenatural y Slasher, acaba crispando los nervios del espectador de manera soberana. Terminas de verla porque quieres ver que pasa al final, pero es una hora y veinte dura de verdad. Y lo peor es que al final, no queda del todo claro lo que está pasando.
La cosa es rara de pelotas. Se folla a la piva y por allí pasa su mujer, que luego resulta ser un sueño, para pasar a follarse a otra piva que le pone cachondo y despertar de nuevo en los brazos de la tal Ariel, a la que mata por accidente para volver a ser un sueño y volver a matarla porque cree que es el demonio y resulta ser de nuevo un sueño. Un lío de tres pares de pelotas. Ver lo mismo una y otra vez, la verdad es que se vuelve muy incomodo. A eso añádanle mucho dialogo intrascendente, tufo telefilmico y un ritmo harto tedioso.
Ahora bien, hay cosas en esta peli que se pueden reseñar favorablemente: El nivel de sangre, hachas, sierras mecánicas, cuchillos y decapitaciones es notable (¡salpicones de marisco guapos!). Es una película inquietante, tiene momentos de pelos de punta, sobretodo con las apariciones del incubo, que aunque son contadas, lo cierto es que el físico y andares lentos del actor que da vida a ese demonio, Joseph Gatt, una especie de Michael Berryman en plan guaperas, hicieron que me acojonara en un par de ocasiones. Y sobretodo, agradezco el descubrimiento del actor protagonista Michael Brainard, un actor proveniente de la serie SANTA BARBARA, y que siendo este una mezcla de John Cleese y Bruce Cambell, es lo que mas vale de la película. En mi opinión, hace una interpretación de oscar; serio y comedido cuando la situación lo requiere y enloquecido y con cara de cartoon cuando le toca empuñar la sierra eléctrica. Genial.
Así que situamos este producto videoclubero en un lugar intermedio, porque es aburrida y confusa a más no poder, pero lo inquietante de algunos momentos y lo elegante y acertado del cast, la salvan de la quema más brutal y violenta.
Detrás de estos, unos tales Fred Calvert y David J. Negron Jr, con filmografías para nada destacables.